lunes, 28 de diciembre de 2015

Comentarios sobre una vieja entrevista al Dr. Rojas Bermúdez
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

De acuerdo con una entrevista realizada al Dr. Jaime Rojas Bermúdez y publicada en la Revista de Psiquiatría y Psicología Humanista, del Centro de Análisis Transacional de Barcelona en 1985 (citada en el sitio: “Psicodrama Vivo: Experiencias en torno al Psicodrama”, 2013), el entrevistado habla de sus aportes fundamentales al psicodrama moderno, como son la definición y el uso del encuadre, el objeto intermediario, las imágenes reales y simbólicas y, muy especialmente, la teoría de Esquema de Roles y el Núcleo del Yo. Esta última se constituiría en la teoría de la personalidad del psicodrama, integrando conocimientos de diversos campos, como la psicología, la sociología, la psiquiatría, la neurología, el desarrollo fisiológico, la etología, entre otros.

En relación este último punto, le preguntaron si su teoría de la personalidad era capaz de responder a preguntas no contestadas por otras teorías. El Dr. Rojas Bermúdez respondió afirmativamente indicando que: La búsqueda de una explicación teórica surgió como parte de un trabajo clínico, es decir, el modelo con el que yo había empezado a trabajar parte del modelo psicoanalítico; después de eso la clínica no coincidía con el enfoque psicoanalítico y empezó la búsqueda de otra forma de comprender la estructura de la personalidad. Eso fue lo que me llevó a la investigación con pacientes psicóticos que me permitían trabajar mucho más seguro porque había menos variables en la tarea”.

Esta respuesta deja en claro que el Dr. Rojas Bermúdez, en sus comienzos como psicoanalista que exploraba con el psicodrama, se encontró con las contradicciones y desajustes que existen entre el enfoque teórico del psicoanálisis y los hallazgos de la clínica psicodramática. En particular, fue fundamental el trabajo con pacientes psicóticos crónicos, internados en el Hospital Borda de la ciudad de Buenos Aires, donde el Dr. Rojas Bermúdez no sólo sistemtatiza el encuadre del psicodrama, sino que descubre el Objeto Intermediario y desarrolla la teoría del Esquema de Roles.

El entrevistador se interesaba entonces por conocer si las características personales o psicológicas del profesional actuante, influirían en su tendencia hacia un tipo de teoría o de técnica y no a otra.

El Dr. Rojas manifestaba que esa influencia personal existía, pero indicaba “... creo que tiene que ver con el aprendizaje. Hay elementos que facilitan que un individuo se dedique a cierto tipo de actividad. Ahora recordaba la creación del diván con el sillón detrás, por Freud, él lo planteó como que él no podía estar soportando todo el santo día que hubiera gente mirándole la cara. Es un poco de qué manera uno recurre a un encuadre para protegerse o ayudarse a sí mismo. De este modo yo pienso que las características de un individuo fóbico tenderán a una actitud terapéutica distinta que la de un individuo obsesivo”.

Entonces, además de las características individuales del profesional, influye el aprendizaje que se realiza desde el rol que se ejerce. En este sentido Freud habría recurrido al diván porque era reacio al contacto cara a cara, y la relación verbal pasiva lo protegía y se ajustaba más a sus características personales.

El entrevistador le preguntaba si se podía ser Kleiniano y aplicar el psicodrama de Rojas Bermudez, o ser Lacaniano y aplicar el psicodrama de Moreno.

Rojas Bermúdez respondía que “...en la vida se puede hacer de todo. Hay mezclas variadas pero el problema de la mezcla es que al final uno no sabe qué está tomando, entonces, pienso que lo ideal sería tener una línea de trabajo teórica y práctica coherente, pero trabajar de una manera y hacer la lectura de otra es una situación que lleva a que uno no sepa realmente qué es lo que está haciendo”.

Como siempre, el Dr. Rojas Bermúdez es prágmático y conciso. La libertad de elección de un modelo psicoterapéutico, y del modo de ejercitar la psicoterapia, es un derecho, pero la misma se equilibra con la responsabilidad del profesional. Este tiene que tener una formación sólida que le permita integrar teoría, metodología y técnica, haciendo que el trabajo terapéutico resultante sea responsable, consistente y coherente. De lo contrario, como es tan frecuente ver en la práctica clínica, se mezclan teorías y metodologías que tienen profundas contradicciones epistemológicas y técnicas, dando como resultado experiencias oscuras, imprudentes y hasta iatrogéncias.

Consultado finalmente sobre la consolidación de su teoría, el Dr. Rojas Bermúdez expresaba: Yo creo que está bastante estructurado, pero es indudable que hay toda una serie de investigaciones a seguir realizando, sobre todo para comprender la fisiosicopatología. Yo pienso que es un modelo de pensamiento, modelo teórico útil para empezar a enfocar las enfermedades mentales de otra manera, todavía no está acabado. Hay un campo de investigación para continuarlo”.

Y la investigación y el trabajo desde su escuela continuó y continúa, principalmente en España donde reside, y también en Argentina, Uruguay y Brasil, países donde el maestro dejó abiertos los caminos entre los años 70 y 80.

Referencias:


Psicodrama Vivo: Experiencias en torno al Psicodrama”, 2013. Sinopsis Entrevista a Rojas Bermudez, 1985. Tomada de:Revista de Psiquiatría y Psicología Humanista. Centro de Análisis Transacional. Av. de Madrid, 133, 1º 1. Barcelona. ISSN: 0212-6451.

jueves, 17 de diciembre de 2015

Sociodrama de Familia - Ejemplo Clínico
Grupo familiar con una paciente esquizofrénica

El caso que se presenta ilustra la metodología desarrollada en el trabajo: “La Familia. Marco referencial y abordaje sociodramático” (Ithurralde, Forselledo, Rodríguez, 1984). Al mismo tiempo muestra el tipo particular de comunicación que se establece en aquellas familias que tienen un integrante con enfermedad esquizofrénica. 

Acceda aquí al documento completo de forma gratuita.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Psicodrama con Títeres
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Esta es una variante técnica muy utilizada en el tratamiento de niños, como un complemento o recurso a aplicar en algunos períodos en los que los niveles de angustia son muy elevados, por ejemplo, a los comienzos del tratamiento.

Rojas Bermúdez ha introducido los títeres en el tratamiento con psicóticos crónicos ("Títeres y Psicodrama", Ediciones Genitor, 1968) para facilitar el caldeamiento y la participación de los enfermos en la Dramatización. La experiencia de Rojas con psicóticos se realizó en el Hospital Borda de la ciudad de la ciudad de Buenos Aires, con personas que tenían más de 10 años de internación y cuyo estado revelaba un extremo ensimismamiento y retracción con una progresiva pérdida del contacto con el medio social inmediato.

El títere, como "Objeto Intermediario", focaliza la atención del paciente y éste, por estímulo del Director, comienza a dialogar con aquél. Como consecuencia, emerge un Protagonista que pasa al Escenario y participa de la Dramatización con la intervención de los títeres manejados por los Yo-auxiliares y luego por el propio paciente.

Los títeres facilitan la Dramatización y el contacto con el paciente.

El fundamento de los títeres es que dosifican los mensajes que normalmente pueden ser decodificados como peligrosos por el paciente psicótico, logrando un vínculo precario por intermediación de este objeto. Por ejemplo, mientras el rostro humano envía 100 mensajes, se calcula que el títere emite 5.

La fundamentación de esta técnica, basada en la teoría del Esquema de Roles (Rojas Bermúdez, 1979) es que los protagonistas utilicen roles poco desarrollados o sumergidos en el Si Mismo Psicológico para la expresión de emociones, sentimientos, afectos e ideas que no han podido hasta el momento traducirse en comportamientos sociales adaptativos.

A nivel del trabajo con niños, pretende incorporar en forma controlada la “vivencia”, para el enfoque de temas dolorosos como violencia familiar, separación de los padres, trastornos de conducta, trastornos del control esfinteriano, etc.

El proceso se inicia con la construcción de dos Títeres por miembro del grupo. Esto permite la aproximación a la técnica desde sus orígenes. El títere nace de cada participante, es moldeado y pintado por él. Es vestido por él y luego es identificado con un nombre propio. De esta manera se constituye en un producto de la proyección de partes de su personalidad y, por tanto, es pasible de una correcta identificación.

Una segunda etapa, está constituida por algunos juegos de manejo del títere, a los efectos de que los participantes se familiaricen con la coordinación visomanual del mismo.

Una tercera etapa da inicio a las primeras dramatizaciones espontáneas: Presentación de los personajes (cada niño presenta sus dos títeres y habla de quiénes son y cómo son sus vidas), interacción entre varios participantes con uno de los títeres y análisis de las historias surgidas.

Una vez que protagonistas y auditorio, están en el clima apropiado, el monitor puede intervenir desde afuera o introducir un Yo-auxiliar para inducir el diálogo sobre los temas que los participantes no hubieran planteado.

De acuerdo a las necesidades de la situación planteada, el o los protagonistas conjuntamente con el Director y el auditorio, comentarán y tratarán de comprender lo ocurrido en la Dramatización, refiriéndose exclusivamente al juego y evitando las referencias personales. Si la historia quedó inconclusa, se pueden discutir distintas alternativas de desenlace y luego pasar a dramatizarlas.

Se evidencian así los elementos más significativos de las situaciones surgidas y se obtiene una opinión grupal que se enriquece con la "vivencia controlada" de la dramatización con títeres.

EL TITERE MOTIVA EMOCIONALMENTE AL NIÑO PARA UN APRENDIZAJE QUE FACILITA:

* Modificar conductas
* Incentivar la creatividad
* Promover la espontaneidad
* Desarrollar su sentido estético
* Enriquecer su caudal imaginativo
* Enriquecer su expresión verbal
* Perfeccionar su sensibilidad auditivo-visual
* Adquirir conocimientos
* Desarrollar sus destrezas psicomotrices
* Expresar conflictos.


Referencias:

FORSELLEDO, A.G. “Niñez en Situación de Calle Un Modelo de Prevención de las Farmacodependencias basado en los Derechos Humanos”. IIN/OEA. Segunda Edición. Montevideo, 2002.
ROJAS BERMÚDEZ, J.G."Títeres y Psicodrama", Ediciones Genitor. Buenos Aires, 1968.
ROJAS BERMÚDEZ, J.G. “El Núcleo del Yo”. Ed. Genitor, Buenos Aires, 1979
ROJAS BERMUDEZ, Jaime G. "Qué es el Psicodrama" Buenos Aires, Ed. Celcius, 1984.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Técnica: Inversión de Roles
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

La inversión de roles es una de las técnicas más empleadas en el psicodrama y una de las que lo caracteriza. Esta técnica se basa en el principio del “Encuentro” que, al igual que el psicodrama, fue creada por Jacobo L. Moreno.

El principio del encuentro es una de las bases conceptuales del pensamiento filosófico, de la visión antropológica y del modelo psicoterapéutico de Moreno.

Moreno refiere:

"Al principio fue el Verbo" dice el Evangelio según San Juan.
"Al principio fue el Acto" dice el Fausto en el mito de Goethe.
"Al principio fue el Encuentro"

Y esto es porque Moreno cree que el encuentro es “estar uno con otro”, como fenómeno esencial de la naturaleza social humana. En el encuentro dos personas son capaces de ponerse cada una en el lugar de la otra con una correcta percepción télica y actuando con espontaneidad. Es pues, una cualidad humana que no puede prepararse ni preverse de antemano, y sólo puede acontecer en el instante.

El encuentro permite al ser humano relacionarse consigo mismo, con el otro en el mundo y con la trascendencia.

Moreno describió este principio en uno de sus poemas:

"Un encuentro de dos: ojo a ojo, cara a cara,
y cuando esté cerca arrancaré tus ojos
y los colocaré en el lugar de los míos,
y tu arrancarás mis ojos
y los colocarás en el lugar de los tuyos,
entonces, yo te miraré con tus ojos
y tu me mirarás con los míos.”

La técnica de la inversión de roles personifica el contenido del poema, cuando en el psicodrama y durante la dramatización, el Director solicita al Protagonista que intercambie el rol que viene jugando con su interlocutor (un Yo auxiliar u otro miembro del grupo).

De este modo cada uno en la interacción se coloca en el lugar del otro encarnado su personaje, adoptando su actitud física y compenetrándose con la manera del ser del rol complementario.

Si la técnica se desarrolla apropiadamente, el Protagonista tiene la invalorable posibilidad de “ver desde adentro” la realidad del otro, confrontándose con lo que pensaba antes de él y logrando la vivencia simultánea de los dos roles contrapuestos. La comprensión resultante puede, aunque no siempre, permitir el insight psicodramático o catarsis de integración.

Objetivos

- Cambiar el rol jugado por el protagonista por el de su interlocutor o interlocutora a fin de permitirle explicar, entender y aprender un hecho o situación, a partir del punto de vista del otro.

- Objetivar una situación de aprendizaje a partir de la realidad y punto de vista del "Otro", así como verse a "si mismo" en acción desde el rol complementario. Esto otorga la posibilidad de la vivencia simultánea de los roles complementarios, lo que ayuda a mejorar la comprensión de la situación y de la relación recíproca.

Procedimiento

Bien aplicada, la técnica de inversión de roles, produce beneficios significativos en el procesos psicoterapéutico o pedagógico y es, posiblemente, la más utilizada por su sencillez y sus resultados. El Director solicita al protagonista que se ubique en la posición de su interlocutor y adopte su rol y su actitud. Luego pide que se reinicie la dramatización desde el punto en que había quedado o, en algunos casos, que se retome desde el principio, con los roles invertidos. Posteriormente, en la etapa de comentarios, le pide al protagonista que manifieste que piensa y siente de haber estado en el “lugar del otro”.

Referencias:

-  FORSELLEDO, Ariel Gustavo. "El Psicodrama aplicado al tratamiento del consumo de drogas” Serie: Temas de Psicodrama. Publicaciones de UNESU. Montevideo, 2008.
- MORENO, J. L. “Psicoterapia de grupos y psicodrama” FCE México, 1966.


- ROJAS BERMUDEZ, Jaime G. "Qué es el Psicodrama" Buenos Aires, Ed. Celcius, 1984.

martes, 6 de octubre de 2015

Psicodrama con Títeres
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Esta es una variante técnica muy utilizada en el tratamiento de niños, como un complemento o recurso a aplicar en algunos períodos en los que los niveles de angustia son muy elevados, por ejemplo, a los comienzos del tratamiento.

Rojas Bermúdez ha introducido los títeres en el tratamiento con psicóticos crónicos ("Títeres y Psicodrama", Ediciones Genitor, 1968) para facilitar el caldeamiento y la participación de los enfermos en la Dramatización. La experiencia de Rojas con psicóticos se realizó en el Hospital Borda de la ciudad de la ciudad de Buenos Aires, con personas que tenían más de 10 años de internación y cuyo estado revelaba un extremo ensimismamiento y retracción con una progresiva pérdida del contacto con el medio social inmediato.

El títere, como "Objeto Intermediario", focaliza la atención del paciente y éste, por estímulo del Director, comienza a dialogar con aquél. Como consecuencia, emerge un Protagonista que pasa al Escenario y participa de la Dramatización con la intervención de los títeres manejados por los Yo-auxiliares y luego por el propio paciente.

Los títeres facilitan la Dramatización y el contacto con el paciente.

El fundamento de los títeres es que dosifican los mensajes que normalmente pueden ser decodificados como peligrosos por el paciente psicótico, logrando un vínculo precario por intermediación de este objeto. Por ejemplo, mientras el rostro humano envía 100 mensajes, se calcula que el títere emite 5.

La fundamentación de esta técnica, basada en la teoría del Esquema de Roles (Rojas Bermúdez, 1979) es que los protagonistas utilicen roles poco desarrollados o sumergidos en el Si Mismo Psicológico para la expresión de emociones, sentimientos, afectos e ideas que no han podido hasta el momento traducirse en comportamientos sociales adaptativos.

A nivel del trabajo con niños, pretende incorporar en forma controlada la “vivencia”, para el enfoque de temas dolorosos como violencia familiar, separación de los padres, trastornos de conducta, trastornos del control esfinteriano, etc.

El proceso se inicia con la construcción de dos Títeres por miembro del grupo. Esto permite la aproximación a la técnica desde sus orígenes. El títere nace de cada participante, es moldeado y pintado por él. Es vestido por él y luego es identificado con un nombre propio. De esta manera se constituye en un producto de la proyección de partes de su personalidad y, por tanto, es pasible de una correcta identificación.

Una segunda etapa, está constituida por algunos juegos de manejo del títere, a los efectos de que los participantes se familiaricen con la coordinación visomanual del mismo.

Una tercera etapa da inicio a las primeras dramatizaciones espontáneas: Presentación de los personajes (cada niño presenta sus dos títeres y habla de quiénes son y cómo son sus vidas), interacción entre varios participantes con uno de los títeres y análisis de las historias surgidas.

Una vez que protagonistas y auditorio, están en el clima apropiado, el monitor puede intervenir desde afuera o introducir un Yo-auxiliar para inducir el diálogo sobre los temas que los participantes no hubieran planteado.

De acuerdo a las necesidades de la situación planteada, el o los protagonistas conjuntamente con el Director y el auditorio, comentarán y tratarán de comprender lo ocurrido en la Dramatización, refiriéndose exclusivamente al juego y evitando las referencias personales. Si la historia quedó inconclusa, se pueden discutir distintas alternativas de desenlace y luego pasar a dramatizarlas.

Se evidencian así los elementos más significativos de las situaciones surgidas y se obtiene una opinión grupal que se enriquece con la "vivencia controlada" de la dramatización con títeres.

EL TITERE MOTIVA EMOCIONALMENTE AL NIÑO PARA UN APRENDIZAJE QUE FACILITA:

* Modificar conductas
* Incentivar la creatividad
* Promover la espontaneidad
* Desarrollar su sentido estético
* Enriquecer su caudal imaginativo
* Enriquecer su expresión verbal
* Perfeccionar su sensibilidad auditivo-visual
* Adquirir conocimientos
* Desarrollar sus destrezas psicomotrices
* Expresar conflictos.


Referencias:

FORSELLEDO, A.G. “Niñez en Situación de Calle Un Modelo de Prevención de las Farmacodependencias basado en los Derechos Humanos”. IIN/OEA. Segunda Edición. Montevideo, 2002.
ROJAS BERMÚDEZ, J.G."Títeres y Psicodrama", Ediciones Genitor. Buenos Aires, 1968.
ROJAS BERMÚDEZ, J.G. “El Núcleo del Yo”. Ed. Genitor, Buenos Aires, 1979
ROJAS BERMUDEZ, Jaime G. "Qué es el Psicodrama" Buenos Aires, Ed. Celcius, 1984.


lunes, 17 de agosto de 2015

La Familia. Marco referencial y abordaje sociodramático
Autores del trabajo original: Julio Ithurralde, Ariel Gustavo Forselledo, Marta Rodríguez
Primera, Segunda y Tercera Revisión: Ariel Gustavo Forselledo
Montevideo, 2013

El presente trabajo es la tercera revisión de una conferencia realizada, por primera vez en 1984, en el marco del Curso de Perfeccionamiento para Psiquiatras del Cono Sur (Sala Vaz Ferreira, Bibioteca Nacional, Montevideo). La primera revisión, fue realizada diez años más tarde para un Taller de Capacitación para Profesionales en Educación Preventiva de las Farmacodependencias (IIN/OEA, Managua, Nicaragua). La segunda revisión ocurrió en el año 2004 para un Taller Subregional sobre Inclusión Educativa y Social de la Niñez con Capacidades Diferentes (IIN/MIMDES, Lima). La presente revisión, se da en el marco del programa de publicaciones de UNESU.

Introducción

En el transcurso de las últimas décadas, numerosas investigaciones psiquiátricas han desplazado notablemente su centro de interés, pasando el foco de atención desde el individuo a la familia en su conjunto. Ahora se considera a la familia como una unidad de trabajo y de conceptualización, enfatizándose los patrones de interacción y de comunicación entre sus miembros (Ithurralde y Aramendi, citados por Forselledo, 2004).

Desde esta perspectiva, el paciente psiquiátrico es visto como uno de los puntos de relación, uno de los nudos de intercambio de aquel sistema de interacción, de aquella red de comunicación,  que es la familia. El paciente, sus síntomas, sus anomalías son replanteados y reexaminados en el sistema dinámico de los intercambios familiares.

El desarrollo conceptual al que se hace referencia ha permitido la emergencia de modelos sistémicos de terapia familiar de amplia aceptación y éxito en el trabajo clínico con pacientes neuróticos y psicóticos.

El origen del movimiento de las terapias familiares se debe a aportes interdisciplinarios tan variados y diversos como los del psicoanálisis, la antropología, la etología, la sociología, la teoría general de sistemas, la sociometría y la psiquiatría. Todos ellos han contribuido, a su modo, a crear la autonomía operacional de este campo de trabajo clínico.  De estas variadas disciplinas se mencionarán los aportes de Sigmund Freud, Jacobo L. Moreno y Gregory Bateson. El primero mediante el psicoanálisis de pacientes neuróticos descubrió el modo triangular de pertenencia del individuo a su familia nuclear de origen y la necesidad de éste de desprenderse de aquella (Freud, 1948). En el caso de los pacientes psicóticos esta secuencia se encuentra gravemente perturbada. Paralelamente Moreno (1966), elaboró todo un sistema terapéutico que, si bien no fue dirigido exclusivamente a los grupos familiares sino a todos los grupos humanos, le permitió analizar las fuerzas que interactúan entre sus miembros desarrollando los conceptos de “espontaneidad”, “creatividad” y  “rol”, que constituyen las piedras angulares de las terapias grupales.

Mientras tanto Bateson (1977), mediante sus estudios antropológicos, puso de manifiesto la importancia de los factores estrictamente relacionales en la agravación de los trastornos esquizofrénicos.

El encuentro entre disciplinas muy distantes como las citadas, pudo darse muchos años más tarde gracias a las aproximaciones epistemológicas de la cibernética por un lado y de la teoría general de sistemas de Ludwig von Bertalanffy por el otro, las que dieron una estructura coherente a los principios y hallazgos antes mencionados.

Siguiendo a Salvador Minuchin (1977), el proceso de la terapia familiar ha seguido la evolución de las diferentes corrientes psicoterapéuticas, delimitándose tres orientaciones básicas.

La primera, denominada “transicional” está representada por Ackerman, Bloch y Boszarmenyi Nagi, produce una coalición de conceptos basados en la teoría general de sistemas con otros emanados de las corrientes psicodinámicas.

La segunda corriente es la “existencial”, destacándose la figura de Virigina Satir quien centra su interés en alcanzar el crecimiento y la expansión del individuo, utilizando como herramienta terapéutica y factor de cambio, la experiencia presente entre los miembros de la familia y el propio terapeuta.

La tercera corriente es la que utiliza en forma más ortodoxa la teoría general de sistemas y la teoría de la comunicación.

Según este autor, el rápido y productivo avance en el terreno de la terapia familiar no ha evitado las discrepancias entre los distintos autores y enfoques, persistiendo las diferencias en cuanto a metodologías y niveles de intervención.

El presente trabajo plantea un marco referencial para entender las disfuncionalidades familiares, tomando a la teoría general de sistemas como referente estructural y a la teoría de las comunicaciones como referente semiológico. Finalmente presenta al sociodrama para el abordaje terapéutico de aquellas disfuncionalidades. 





martes, 7 de julio de 2015

Comentarios o Análisis

Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Es la tercera y última etapa de la sesión de psicodrama, en la cual el grupo discute y analiza la dramatización. El auditorio, influido y comprometido por lo ocurrido en el contexto dramático,  comunica sus pensamientos, emociones  y vivencias,  agregando de esta manera elementos personales a lo dramatizado. El protagonista recibe y se enriquece con este cúmulo de experiencias que el grupo pudo tener gracias a su trabajo y a su esfuerzo por superar las situaciones conflictivas que puso en escena en el  aquí y ahora de la dramatización.  El Director, por su parte, aporta su análisis buscando un mayor esclarecimiento y compresión de lo acontecido con el protagonista en el contexto dramático. Su intervención se basa en señalamientos y elaboraciones intelectuales,  enfatizando o esclareciendo  aspectos de lo ocurrido, pero nunca interpretando. Ello se debe a que  la catarsis de integración, que dio lugar al insight psicodramático, posibilita el descubrimiento de una estructura nueva, superior y liberadora frente a los problemas que lo aquejaban. El paciente realiza un aprendizaje para la vida integrando pensamiento, sentimiento y acto en un todo coherente, espontáneo y liberador.  Por esto, el paciente NO requiere de los códigos personales del terapeuta, es decir, no necesita de su interpretación de lo ocurrido.  

Al terminar la sesión, los integrantes del grupo llevan al contexto social las vivencias y resultados de la sesión, cerrando el ciclo: grupo – individuo – grupo, de la terpia psicodramática.

jueves, 2 de julio de 2015

La técnica de construcción de imágenes

Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

La técnica de construcción de imágenes en el Psicodrama Terapéutico ha sido uno de los aportes que el Dr. Jaime Rojas Bermúdez (1984) realizara para la etapa de Dramatización.  Su característica principal reside en la creación, por parte del Protagonista, de una imagen (estatua), que luego irá enriqueciendo con contenidos y significados.

Muy sintéticamente, la misma consiste en la construcción, a partir de una "situación real" de una reproducción fotográfica (estática) o estatua significativa a la que se llama "imagen real". Posteriormente se realiza una simbolización de ésta, a la que se denomina "imagen simbólica". Mediante la "imagen real" se permite al protagonista, la confrontación de su imagen interna (representación) con la imagen externa (construida, concreta, presente) y sus mutuas influencias. A su vez, la imagen simbólica permite observar la capacidad de abstracción del protagonista, así como la selección, jerarquización y síntesis de elementos que utiliza de la imagen real para pasar a la simbólica. Las posibilidades terapéuticas de la técnica se relacionan con la visión estructural que permite de las situaciones conflictivas planteadas, así como el comprender y darse cuenta de su dinámica.

“Como es conocido por los psicodramatistas, la técnica de construcción de imágenes no moviliza como la Dramatización con juego de roles, ya que estimula y promueve la elaboración intelectual por sobre la afectiva. Además, al inmovilizar el cuerpo y los elementos representados, limita la vivencia global que posibilita el actuar. Otras técnicas psicodramáticas están relacionadas con la construcción de imágenes o con el tratamiento simbólico de situaciones reales y son utilizadas con gran valor evaluativo, diagnóstico o terapéutico. Por ejemplo, el Test de Roles, el Test de Evaluación de Areas del Núcleo del Yo, la Valoración Estructural del Si Mismo Físico, la Realización Simbólica, La Proyección al Futuro y otras” (Forselledo, 2008).

Siguiendo a Rojas Bermúdez (1997), hay dos formas principales de abordar los elementos conflictivos durante la dramatización: 1) el juego de roles  y 2) las imágenes.  El Director, al construir su hipótesis dramática, considera el material anecdótico aportado por el Protagonista. Si dicho material es primordialmente emocional y vincular, trabajará con juego de roles.  Por el contrario, si el material es más “mental” (perceptual, intelectual, oscuro, olvidado, imaginado, etc.) utilizará las imágenes. Del mismo modo y como se mencionó más arriba, si el material es afectivo y vincular pero extremadamente movilizador, el Director también podrá utilizar las imágenes dado su menor compromiso  emocional.

La imagen creada por una persona evidencia el “modo” en que la persona percibe el tema representado, pero mostrando aspectos ocultos o inconcientes, que se le “escapan” o que no controla de modo intelectual y conciente. El Yo de la persona controla la imagen que se construye pero lo que se muestra, revela aspectos mucho más profundos de su mundo interno.

El Protagonista, al construir la imagen en el escenario, no sólo se enriquece por el valor objetivador que significa verla desde afuera,  esto es, ver su propia producción, sino que se enriquece con los aportes del Auditorio. Este objetiva, analiza y devuelve,  desde sus percepciones individuales, la confrontación de lo que se hizo, con lo que se quiso hacer o representar y con lo que los demás sienten y piensan de ello.

“La construcción de imágenes es un acto creador, donde la persona va haciendo un ejercicio de reflexión. De este modo mientras construye la imagen y realiza los movimientos motores necesarios para ello va elaborando su vivencia. El proceso de construcción en sí también revela una valiosa información sobre la forma de relación con el espacio dramático, mostrando su forma de instrumentar las partes en relación al todo, utilizando un ritmo concreto y comunicando con su lenguaje corporal. Si el juego de roles “es la línea de lo vivencial, de las emociones” la imagen “es la línea de lo intelectual, de la comprensión global: de las estructuras de pensamiento, de las sensaciones y de las acciones.” (Rojas Bermúdez, 1997). La técnica de construcción de imágenes tal y como la plantea Rojas Bermúdez (1997) consta de dos pasos: (1) la realización en el escenario de la imagen, quedando siempre el/la protagonista fuera de la misma para poder observarla, y (2) el paso de la persona por cada uno de los elementos que componen la imagen, realizando el soliloquio correspondiente. Es decir, colocándose en las diversas partes y adoptando la postura corporal que se ajuste más a lo representado da voz a lo que desde esa posición piensa y siente. A partir del material que se ponga de manifiesto el/la terapeuta utilizará las variedades técnicas (como creación de imágenes anteriores y posteriores o ideales y temidas) que crea más convenientes (…)”(Roselló Rey, 2013).

- FORSELLEDO, A.G. “BIPOLARIDAD EXISTENCIAL Técnica de confrontación por imágenes simbólicas”. Serie: Temas de Psicodrama. Publicaciones de UNESU. Montevideo, 2008.

- ROSSELLÓ REY, E. “Uso de la técnica de construcción de imágenes en terapia individual desde el enfoque de psicodrama”. Apuntes de Psicología Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental, 2013, Vol. 31, número 3, págs. 421-426. Universidad de Cádiz, Universidad de Córdoba, España.

- ROJAS BERMUDEZ, Jaime G. "Qué es el Psicodrama" Buenos Aires, Ed. Celcius, 1984.
  
- ROJAS BERMUDEZ, J.G. “Teoria y Técnica Psicodramáticas”. Ediciones Paidos Ibérica, S.A. Primera Edición. Barcelona, 1997


miércoles, 10 de junio de 2015

Los comienzos del Psicodrama: El caso Bárbara

Ariel Gustavo Forselledo citando el libro: MORENO, J. L. “Psicoterapia de grupos y psicodrama” FCE México, 1966.


En el año 1921 Moreno inicia en Viena el “teatro de la improvisación” o teatro de la espontaneidad". Contando con varios actores, Moreno desarrollaba y dirigía sesiones de teatro donde se improvisaban escenas que eran sugeridas por el público o incluso por los propios actores.

El público que asistía a estas funciones podía participar y algunas veces hasta actuar en las situaciones dramáticas. Entre el cuerpo de actores que trabajaba con Moreno había una actriz llamada Ana Hallering, que había ganado fama entre el público con el seudónimo de "Bárbara".

Sigamos a Moreno (1966)en su descripción del emblemático caso de Bárbara:

“Siendo yo un joven médico fundé el ‘teatro de improvisación’ (Stegreivheater) 1921 en la calle Maysedergasse, cerca de la Opera de Viena. Allí vi de nuevo claramente las posibilidades terapéuticas que existen en la liberación de situaciones conflictivas anímicas al representarlas, el vivirlas activa y estructuradamente. Lo que motivó este reconocimiento fue lo siguiente: teníamos una joven actriz que representaba con gran éxito papeles de santas, heroínas y románticas.

Uno de sus admiradores era el joven dramaturgo que no se perdía una sola de sus representaciones. Ella se enamoró igualmente de él y se casaron. Ella siguió siendo nuestra primera actriz y él nuestro primer espectador, por decirlo así. Un día, él vino a mí muy deprimido y me confesó que su matrimonio era insoportable. Su mujer, a la que todos tenían por un ángel era a solas con él, lo contrario, como si sufriera una transformación. Perdía todo freno, discutía, empleaba las expresiones más ordinarias y cuando él la rechazaba enfadado, le respondía incluso a golpes. Yo le invité a venir con ella aquella misma noche, como siempre, al teatro, porque tenía una idea de la forma en que se podría intentar ayudarlos. Cuando apareció la actriz le dije que tenía la impresión de que debería ofrecer al público por una vez algo nuevo y que no debía reducirse demasiado unilateralmente a representar papeles de mujeres honorables.

Ella acogió entusiasmada la proposición e improvisó con un colega una escena en la que ella representaba una mujer de la calle. Desempeñó el papel con una ordinariez tan auténtica, que no había quien la reconociese. El público estaba fascinado y el éxito fue grande. Se marchó muy feliz a casa con su marido. Desde entonces representó preferentemente tales papeles. Su marido comprendió inmediatamente que esto era terapia. Me visitaba todos los días para informarme. ‘Se ha producido una transformación’, me dijo algunos días después, ‘es cierto que aún tiene accesos de cólera, pero han perdido intensidad. Son también de más corta duración y a veces comienza a reír súbitamente porque se acuerda de escenas del mismo tipo que ella ha representado en el teatro. Y yo me río con ella por el mismo motivo. Es como si nos viéramos uno a otro en un espejo psicológico. A veces empieza a reír incluso antes de caer en el acceso, porque sabe perfectamente cómo se va a desarrollar. En ocasiones se deja llevar por él, pero en una forma mucho más suave que antes’. Era como una catarsis, surgida del humor y de la risa. Continué el ‘tratamiento’ transfiriéndole papeles que se adaptaban cuidadosamente a su situación conflictiva personal. Su marido me informó que a través de las escenas que le hice representar había llegado él a comprenderla mejor y se había vuelto más tolerante con ella. Una noche pregunté a los dos si no querrían salir a escena ambos y comenzó una especie de terapia interhumana” (Moreno, 1966).


A partir de entonces improvisaron escenas hogareñas, de sus familias de origen, sus sueños, planes de futuro, etc. Los espectadores se impresionaban vivamente con las evoluciones de esta pareja. Este fue el inicio del Psicodrama terapéutico.

lunes, 8 de junio de 2015

¿Qué es el Psicodrama?

El psicodrama creado por Jacobo L. Moreno, médico rumano que vivió entre 1889 y 1974, es un método grupal que trabaja con la acción o drama con diferentes objetivos. Entre ellos, los más importantes son psicoterapéuticos, pedagógicos, sociales, preventivos y laborales.

Para más detalles de la definición y descripción del método, referimos al lector a este vínculo con la página de la Asociación uruguaya de Psicodrama y Psicoterapia de Grupo.