jueves, 19 de octubre de 2017

Concretar-Amplificar
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Es una técnica utilizada para dar, mediante un objeto, la calidad de “concreto y preciso” a una idea, sentimiento, recuerdo, dolor físico.

La amplificación, por su parte, permite “maximizar” ese fenómeno físico o psicológico, estimulando la catarsis abreactiva primero y la de integración después.

Este proceso hacia la catarsis de integración dependerá del trabajo del Director y del Yo auxiliar, con la utilización de otras técnicas psicodramáticas complementarias.

La fase destinada a “concretar” consiste en pasar de una cosa abstracta a una determinada y palpable. De este modo se materializan los pensamientos, los sueños, las fantasías, las emociones, los conflictos y aquellas partes del cuerpo que están aquejadas, con dolor o las que muestran síntomas de enfermedad (contracturas, psoriasis, migrañas, etc). De este modo un dolor de muelas puede ser representado por un ladrillo o una piedra.

La meta es que una vez identificado el objeto que representa al órgano, al síntoma, al sentimiento, etc, se lo haga hablar mediante el soliloquio del Protagonista. De esta manera, éste puede objetivar el síntoma o el dolor al ponerlo afuera y al darle contenidos con el soliloquio que realiza desde el mismo lugar donde colocó al objeto.

La fase de la amplificación consiste en que el protagonista encuentre una vocal o un sonido que se identifique con el objeto concretado en la fase anterior de la dramatización y proceda a darle intensidad y prolongarlo en el tiempo todo lo que pueda.

Por ejemplo, un paciente ubica una caja de zapatos en un rincón del escenario para representar su falta de motivación y su tristeza. Desde ese lugar realiza un soliloquio en el que dice “No puedo moverme, estoy vacía, necesito tener zapatos dentro para sentir que tengo sentido. Necesito que alguien me levante y me lleve”.

El Director le pide que elija una vocal o un sonido que represente eso que acaba de decir desde el lugar de la caja de zapatos. La paciente elige la vocal “o”. El Director le pide que comience a decir “ooo” lo más alto y prolongado que pueda. Luego de tres repeticiones donde la paciente dice “ooo” en un tono bastante bajo y breve, el Director ubica al Yo auxiliar y lo instruye a que copie a la paciente y comience a darle un poco más de intensidad al sonido de la “ooo”.

Ahora le indica a la paciente que trate de superar la intensidad y duración que dio el Yo auxiliar. De pronto, ella pasa de una “ooo” moderada a un grito desgarrador y prolongado que finaliza en un llanto que es compatible con la angustia que estaba detrás de su discurso pero que no se permitía manifestar.

Una vez lograda esta abreacción, el Director comienza a trabajar junto al Yo Auxiliar en busca de la catarsis de integración que desvele el conflicto que está representado en la caja de zapatos.

Referencias:

FORSELLEDO, A.G. "El Encuadre Psicodramático para el Apoyo al Educador de Calle". Seminario Taller sobre Consumo de Drogas por los Niños y Adolescentes Trabajadores y de la Calle. IIN/OEA. Documento 4. Montevideo, 1996.

FORSELLEDO, A.G. "Niño Callejero. Aproximación al Problema. Esquema de Roles y Técnicas Psicodramáticas". Seminario Taller sobre Consumo de Drogas por los Niños y Adolescentes Trabajadores y de la Calle. IIN/OEA. Documento 3. Montevideo, 1996

lunes, 17 de julio de 2017

El  Soliloquio y el Aparte
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Concepto y diferencia entre ambas variantes

Durante la dramatización, el Director solicita al Protagonista que haga una pausa y exprese en voz alta los pensamientos y sentimientos que le despierta la situación que se está desarrollando.

Cuando se está desarrollando la dramatización con técnica de imágenes reales y simbólicas, el Director pide al Protagonista que asuma la forma física de cada imagen y diga en voz alta lo que piensa y siente desde esa posición.

Una variante de esta técnica es el llamado “aparte”, que se aplica cuando el Protagonista está dramatizando y el Director le indica que, sin abandonar la interacción, diga lo que piensa y siente pero indicando con algún gesto que lo que va a expresar no corresponde al diálogo en curso (por ejemplo, mover la cabeza hacia un lado).

En el caso del “aparte”, el soliloquio no debe ser considerado por el interlocutor, pero es relevante para el trabajo psicoterapéutico ya que aporta información verbal de lo que acontece en el interior del Protagonista en la situación que se dramatiza y puede modificar actitudes, facilitar el insight psicodramático, o modificar las hipótesis terapéuticas del Director.

Debe tenerse en cuenta que el soliloquio en su sentido original, “enfría” las situaciones que se dramatizan, al parar el juego de roles para aplicarlo o al trabajar con imágenes que son estáticas y menos movilizadoras que aquél. Por el contrario es extremadamente recomendable utilizarlo cuando se trata de situaciones muy movilizadoras o que propician resistencias en el Protagonista para el ejercicio de sus roles.

Surgida inicialmente en el teatro, la técnica del soliloquio le pone voz a los sentimientos y pensamientos del personaje que está dramatizando con el atributo “mágico” de que los demás roles complementarios que se están jugando no lo oyen.

sábado, 15 de julio de 2017

UN LIBRO SOBRE PSICODRAMA DE DISTRIBUCIÓN LIBRE

"Temas de Psicodrama" 
Teoría, Metodología y Técnicas

Este libro no es una introducción al psicodrama, a su encuadre o a sus técnicas. Se trata de una publicación que discute y profundiza sobre algunos tópicos que el autor considera relevantes en la práctica psicodramática.

El material que se presenta, nace del intercambio con muchos profesionales que, desde los más distantes lugares, ingresaron al blog del autor sobre “temas de psicoterapia de grupo y psicodrama”, estimulándolo a integrar en una publicación aquellas ideas, ponencias y artículos de su autoría que venía divulgando desde ese lugar.

La primera parte del libro se denomina: “conceptualizaciones teóricas”, e incluye siete temas  diversos que hacen al marco de referencia teórico del psicodrama.

La segunda parte presenta algunos de los aportes del Dr. Jaime G. Rojas-Bermúdez  al psicodrama, y la tercera, lo complementa con lo que el autor ha denominado “apuntes sobre la teoría de la personalidad en el psicodrama”, que recoge lo medular de la teoría de Rojas-Bermúdez, así como ciertas contribuciones de otros psicodramatistas.

La cuarta parte expone varias de las aplicaciones del psicodrama en distintos campos de la clínica y la pedagogía.

La quinta y última parte desarrolla once variantes del arsenal técnico del psicodrama terapéutico.

Se anhela que los psicodramatistas que accedan a este libro puedan encontrar en él, alguna herramienta que los ayude en su quehacer clínico, psicoterapéutico o pedagógico.

Si está interesado puede solicitarlo a: temasdepsicoterapia@gmail.com.

Ariel Gustavo Forselledo
Arlington, VA








El Psicodrama en las Depresiones Neuróticas
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

En la clínica psicodramática de adultos es muy frecuente la observación de cuadros depresivos tanto reactivos como psicógenos o neuróticos. Es sobre ellos que se hará mención a la aplicación del método psicodramático.


La depresión reactiva surge como respuesta a un acontecimiento negativo o a un agente estresor en la vida de la persona, no teniendo que manifestarse inmediatamente después de la exposición del fenómeno desencadenante, sino que puede aparecer de modo anacrónico, semanas o meses más tarde.

La depresión neurótica entra dentro de las forma clínica llamada “depresión psicógena” que comprende además las depresiones “reactiva” y por “agotamiento o situacional”.

Se reconoce por la concomitancia o la preexistencia de una sintomatología neurótica, ya sea histérica, fóbica u obsesiva, exacerbada o descompensada y de síntomas depresivos más o menos pronunciados. Puede haber una situación desencadenante que es sólo patológica en la medida que reactiva conflictos neuróticos o porque modifica un equilibrio neurótico precario que, a nivel psicodiagnóstico, se detecta como una estructura de personalidad neurótica. Generalmente se trata de situaciones de cambio y de separación.

De acuerdo a la clínica, el síndrome depresivo comprende dos vertientes sintomáticas: la psíquica y la somática.

La vertiente psíquica de la depresión está constituida por un trípode de signos y síntomas, a saber:
a) Alteración del humor en menos – distimia depresiva
b) Inhibición psicomotriz
c) Alteración del pensamiento – dolor moral. Se observa fundamentalmente en pacientes de estructura psicótica.

La vertiente somática del síndrome depresivo tiene varios componentes, entre otros, astenia o fatiga, trastornos del sueño, trastornos digestivos, génito-urinarios, neurovegetativos (respiratorios, laberínticos, oculares, auditivos, cardiovasculares,etc.).

Para el DSM-IV la depresión neurótica se ubicaría en la pauta para el diagnóstico F34.1 (trastornos del humor persistente – distimia), caracterizándose por un “estado de ánimo crónicamente depresivo la mayor parte del día de la mayoría de los días, manifestado por el sujeto u observado por los demás, durante al menos 2 años. Nota: En los niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable y la duración debe ser de al menos 1 año. 

Presencia, mientras está deprimido, de dos (o más) de los siguientes síntomas:
1. pérdida o aumento de apetito
2. insomnio o hipersomnia
3. falta de energía o fatiga
4. baja autoestima
5. dificultades para concentrarse o para tomar decisiones
6. sentimientos de desesperanza”

En el marco del grupo y con el ambiente laxo que el mismo genera, los pacientes tienden a relatar sus acontecimientos de vida en los que aparecen algunos de estos elementos:

En un primer nivel, se mencionan pérdidas de familiares o amigos, rupturas de pareja, pérdidas de trabajo, extravíos o robos de objetos preciados, cambios connotados negativamente tanto inesperados como pronosticados, etc.  Entre estos cambios toman relevancia los cambios físicos (adelgazamiento o
ganancia de peso, dolores u otros síntomas asociados a alguna enfermedad física).

En un segundo nivel, más profundo, se relatan situaciones que son producto de la imaginación y la ideación, tanto conciente como inconciente, las cuales representan, en términos muy generales,  temores a las pérdidas. Esto es, la anticipación negativa del futuro, temiendo perder la pareja, los amigos, el trabajo, o dinero, objetos, apariencia, juventud, etc. etc.

En ambos niveles, la posibilidad de representar mediante el juego de roles las situaciones relatadas como desencadenantes de los estados depresivos, posibilita la catarsis de aquellas emociones que están contenidas, y permite la conexión entre los distintos eventos y los estados afectivos correspondientes.

La introducción adicional de la técnica de imágenes reales y simbólicas permite percibir y comprender las variables intervinientes, darle perspectiva y analizar las alternativas y soluciones personales.

Técnicas como la inversión de roles y el doble habilitan el establecimiento de vínculos reparadores que otorgan reconocimiento tanto de sí mismo como del otro y dan lugar a soluciones nuevas, espontáneas y creativas (catarsis de integración).

Finalmente los aportes objetivadores del grupo durante la etapa de comentarios o análisis, le otorga al paciente una visión comprensiva y rica en contenidos y afectos que da cierre al aprendizaje de la sesión.

El primer nivel, relativo a la depresión reactiva, permite un abordaje más directo y de mayor sensibilidad por parte del paciente al insight psicodramático de la situación y su contexto. El segundo nivel, correspondiente a las depresiones psicógenas o neuróticas, es más complejo en tanto lo relatado por el paciente presenta mayor desconexión entre los estados afectivos negativos y los sucesos inmediatos.

El protagonista de la sesión puede referir un suceso desencadenante que nada tiene que ver con lo que realmente produce su depresión.

Desde el punto de vista del Núcleo del Yo, la persona que presenta depresión neurótica tiene una fórmula estructural en la que la confusión mente-ambiente es compensada con mecanismos reparatorios sobre el área mente (fantasías de pérdidas,  menosprecio y autodescalificación de sí mismo y de capacidades) y sobrevaloración del área cuerpo (agotamiento físico, apatía, preocupación por la salud física).

Detrás de la anécdota original, muchas veces se rastrean duelos no resueltos, así como fantasías y temores a las pérdidas.

Referencias

MORENO, Jacobo. "Psicoterapia de Grupo y Psicodrama", Mexico, Fondo de Cultura Económica, 1975.

FORSELLEDO, A.G. “Manual Práctico de Psicopatología” Publicaciones de UNESU. Montevideo, 2009.

FORSELLEDO, A.G. “BIPOLARIDAD EXISTENCIAL Técnica de confrontación por imágenes simbólicas”. Serie: Temas de Psicodrama. Publicaciones de UNESU. Montevideo, 2008.

ROJAS BERMUDEZ, Jaime G. " El Núcleo del Yo". Buenos Aires, Ed. Genitor, 1979.

ROJAS BERMUDEZ, Jaime G. "Qué es el Psicodrama" Buenos Aires, Ed. Celcius, 1984.


La interpretación en el Psicodrama
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

“En el psicodrama el comportamiento y la actuación del paciente interpretan para el terapeuta en el aquí y ahora; la interpretación del terapeuta se reduce a un mínimo” (Moreno, citado por Kukier, 2005).


Para acceder a lo más profundo del conflicto planteado por el paciente, para favorecer la “iluminación del campo” que le permita el insight, la catarsis de integración que libera y genera un aprendizaje nuevo, en el psicodrama el terapeuta no interpreta, es más preciso decir que nunca interpreta. ¿Por qué?

Porque la “Dramatización, como núcleo del psicodrama, es un verdadero laboratorio que tiene al Escenario como el espacio concreto, que es construido específicamente para tal fin. En este espacio el paciente puede explorar, experimentar y ensayar soluciones o alternativas personales en un campo apropiado (el campo terapéutico) que se logró mediante el caldeamiento específico para el protagonista y para el rol realizado por el Director.

Se plantea una situación que trae el Protagonista. El Director elabora una hipótesis dramática para trabajarla con el Protagonista y los Yo auxiliares. Si esta hipótesis no es rechazada, el Director elabora y pone en práctica una hipótesis terapéutica para ayudar al paciente a tomar conciencia de pensamientos, sentimientos, motivaciones, conductas y relaciones que pueden ser conflictivos o que pueden obstaculizar el desarrollo de una vida autónoma y satisfactoria.

Si la hipótesis terapéutica no es rechazada de hecho por la interacción entre Protagonista y Yo auxiliar, el primero puede alcanzar la catarsis de integración, esto es, un reaprendizaje de vida mediante el ejercicio de su espontaneidad y creatividad.

En la catarsis de integración los roles y vínculos conflictivos son vistos por el Protagonista bajo una nueva luz. Lo que hasta ese momento generaba confusión u oscuridad, toma un nuevo sentido posibilitando que los componentes de la situación o conflicto comiencen a actuar de otra manera, transformándose en "símbolos resolutivos". Luego se integra el sentir, discriminándose e integrándose los afectos que eran contrapuestos de forma coherente con el rol.

Finalmente se integra un valor nuevo (“momento axiológico”), que es el soporte ético que acompañará en el futuro la nueva conducta y el nuevo modo de vincularse. (…)

En la catarsis de integración el protagonista encuentra soluciones, aprendiendo y reaprendiendo, integrando pensamiento, afecto y acto” (Forselledo, 2015).

Siguiendo a Reyes (2008), “En este sentido, esto marca una diferencia crucial entre la interpretación psicoanalítica y la interpretación psicodramática (…).(En el psicodrama),como terapeuta pregunto si al paciente le resuena mi pregunta, entonces continúo. Si no le resuena, pueden existir dos posibilidades. La primera es sinceramente tal vez la más frecuente: que simplemente mi interpretación no corresponda, y creo que en este sentido el modelo psicodramático implica una renuncia al rol del terapeuta como omnisapiente y omnipotente”.

De hecho, un buen Director de psicodrama tiene necesidad de “hablar” muy poco para ayudar a sus pacientes, pero tiene la obligación de dirigir muy eficazmente la dramatización para que el Protagonista pueda encontrar por sí mismo los caminos y las salidas a sus conflictos. Ello supone, adecuada selección de roles y escenas, buenas hipótesis dramáticas y terapéuticas y eficaz manejo de los Yo auxiliares.

Referencias:

FORSELLEDO, A.G. "La esencia terapéutica del psicodrama: La Dramatización y el Grupo". Psicoterapia de Grupo y Psicodrama, 2015. http://temasdepsicoterapia.blogspot.com/p/la-esencia.html

KUKIER, R. “Palabras de Jacobo Levy Moreno”. Ed. Agora. Sao Paulo, 2005.


REYES, G. “Psicodrama: Paradigma y Método”. Ed Cuatro Vientos. Santiago, 2008
La Silla Vacía
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psiclogía
Director de Psicodrama

Esta técnica es muy utilizada tanto en el psicodrama individual como en el grupal, aplicándose con múltiples variantes. 


En su manejo original, el Director coloca una silla frente al Protagonista y le solicita que imagine sentado en ella a uno de los personajes de la historia que ha relatado en la sesión y que es motivo de la puesta en escena.  Luego le pide que le hable como si dicho personaje estuviera sentado en la silla y le exprese los pensamientos,  emociones y sentimientos que le provoca, sean positivos o negativos. El Director puede colocar dos sillas, para que el Protagonista y el personaje estén sentados “frente a frente” y, eventualmente, sea más fácil efectuar un cambio de roles, de modo que el Protagonista ocupe el lugar del personaje y así pueda decir lo que éste siente y piensa de aquél.

Al decir de Rojas Bermúdez (1984), se trata de una especie de “test proyectivo psicodramático”, ya que todos los contenidos puestos en escena son parte del mundo interno del Protagonista. En este sentido, el Director puede solicitar que en la silla vacía el Protagonista “siente” cualquier personaje, sea real o imaginario, o aún un atributo de sí mismo, o hasta una etapa de la vida, por ejemplo “la niñez” o “la adolescencia”, etc.

En estos casos la inversión de roles en la silla vacía permite la confrontación del paciente con su conflicto, asumiendo alternativamente sus distintos componentes.

Una variante de la técnica consiste en colocar una serie de sillas en línea o en círculo, cada una de ellas representando un acontecimiento encadenado o una etapa vital, incluso el futuro. El Protagonista dialoga con cada una de las sillas vacías y responde desde ellas.

Otras variantes incorporan diferentes técnicas psicodramáticas como el doble o el espejo (con la introducción de un Yo auxiliar), el soliloquio y las imágenes reales y simbólicas.

Esta técnica puede ser utilizada como parte del caldeamiento  ”específico para el rol” en el contexto dramático, o como parte de la dramatización en sí misma y en respuesta a las hipótesis dramática y terapéutica del Director.

El origen de esta técnica es parte de una larga discusión entre las escuelas de psicodrama y los terapeutas gestálticos.

Referencias:

FORSELLEDO, A.G. “BIPOLARIDAD EXISTENCIAL Técnica de confrontación por imágenes simbólicas”. Serie: Temas de Psicodrama. Publicaciones de UNESU. Montevideo, 2008.

ROJAS BERMUDEZ, Jaime G. "Qué es el Psicodrama" Buenos Aires, Ed. Celcius, 1984. 


NOVEDAD: UN LIBRO SOBRE PSICODRAMA DE DISTRIBUCIÓN LIBRE

"Temas de Psicodrama" 
Teoría, Metodología y Técnicas

Este libro no es una introducción al psicodrama, a su encuadre o a sus técnicas. Se trata de una publicación que discute y profundiza sobre algunos tópicos que el autor considera relevantes en la práctica psicodramática.

El material que se presenta, nace del intercambio con muchos profesionales que, desde los más distantes lugares, ingresaron al blog del autor sobre “temas de psicoterapia de grupo y psicodrama”, estimulándolo a integrar en una publicación aquellas ideas, ponencias y artículos de su autoría que venía divulgando desde ese lugar.

La primera parte del libro se denomina: “conceptualizaciones teóricas”, e incluye siete temas  diversos que hacen al marco de referencia teórico del psicodrama.

La segunda parte presenta algunos de los aportes del Dr. Jaime G. Rojas-Bermúdez  al psicodrama, y la tercera, lo complementa con lo que el autor ha denominado “apuntes sobre la teoría de la personalidad en el psicodrama”, que recoge lo medular de la teoría de Rojas-Bermúdez, así como ciertas contribuciones de otros psicodramatistas.

La cuarta parte expone varias de las aplicaciones del psicodrama en distintos campos de la clínica y la pedagogía.

La quinta y última parte desarrolla once variantes del arsenal técnico del psicodrama terapéutico.

Se anhela que los psicodramatistas que accedan a este libro puedan encontrar en él, alguna herramienta que los ayude en su quehacer clínico, psicoterapéutico o pedagógico.

Si está interesado puede solicitarlo a: temasdepsicoterapia@gmail.com.

Ariel Gustavo Forselledo
Arlington, VA







Técnica del Doble – Doble
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Tomado y adaptado de: FORSELLEDO, A.G. et al. “Manual Regional de Educación Preventiva Participativa para Jóvenes y Padres” IIN/OEA, Cuarta Edición. Montevideo, 2000.

1. Objetivos de la Técnica:


- En el psicodrama terapéutico o pedagógico con técnica del DOBLE-DOBLE se pretende que las personas que dramatizan dispongan de "conciencias auxiliares" (yo-auxiliares) que expresen los sentimientos, pensamientos y conductas que ellos no pueden, o no perciben o eluden explicitar. 

- Hacer manifiesta la mayor cantidad posible de información involucrada en la situación terapéutica o de aprendizaje. 

- Ampliar el campo comunicacional y desbloquear obstáculos. 

2. Procedimiento 

- El Director coloca un Yo-auxiliar a cada lado de los protagonistas de la dramatización. Se prefiere emplear la técnica cuando son dos los interlocutores, de forma que serán también dos los Yo-auxiliares intervinientes. 

- El Director le solicita a cada yo-auxiliar que adopte al máximo la actitud postural y emocional del protagonista al que tiene que "asistir" como "conciencia auxiliar". Desde este rol, tiene que expresar en voz alta todo lo que el protagonista que le corresponde, piensa, siente y no expresa o no se da cuenta que lo manifiesta extraverbalmente. 

- Desde ese rol de "conciencia auxiliar" también puede dar indicaciones y sugerir actitudes al protagonista que "asiste". 

- Solo los protagonistas dialogan. Los "dobles" no son "escuchados" por el interlocutor contrario ni se les puede dirigir la palabra desde el otro lado. 

- Protagonista y "doble" pueden intercambiar ideas, a manera de "diálogo interno". 

3. El Director  

- Da las consignas, elige los protagonistas, abre y cierra las dramatizaciones, introduce cuando cree conveniente a los "dobles", así como  las variantes técnicas que correspondan, estimula los comentarios del auditorio y realiza la síntesis grupal al finalizar la etapa de Comentarios en la sesión.
La Espontaneidad
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

La espontaneidad es uno de los conceptos fundamentales del pensamiento moreniano. El vocablo proviene del latín “sponte”, que significa “libre voluntad”.  Para Moreno, la espontaneidad es la capacidad que tiene una persona para dar una respuesta adecuada a una situación nueva o una respuesta nueva a una situación antigua.


Según Moreno, el ser humano  nace con un caudal de libertad y de espontaneidad que constituye la fuentes de su capacidad creadora, y no puede haber proyectos personales de ningún tipo, ni situaciones vinculares de cualquier naturaleza, sin la intervención de estas fuentes innatas.

 “La espontaneidad no funciona sino en el momento en el que surge; se la puede comparar metafóricamente con la lámpara que se enciende y gracias a la cual todo se hace distinto en una habitación que estaba en penumbras. Cuando la luz se apaga, las cosas siguen ocupando el mismo lugar en la habitación, pero una cualidad esencia ha desaparecido” (Moreno, citado por Zuretti, Menegazzo y Tomasini, 2009).  

En este sentido, la respuesta de una persona se basa más en lo requerido aquí y ahora, que en lo aprendido en el pasado. El pasado aporta y enriquece la respuesta creativa del momento. Moreno vincula la capacidad de una persona para ser creativa a la capacidad para mantener o recuperar el  estado espontáneo de los niños. “Los niños, no contaminados por las convenciones, las conservas culturales o estereotipos, constituyen los modelos de espontaneidad para Moreno” (Marineau, 2000).

Siguiendo a López- Barberá  y Población (2009) “La espontaneidad es co-natural en el ser humano y el niño nace con un alto monto de factor "e". De hecho, del juego espontáneo entre la madre y el hijo, surge el parto natural, primer acto creador y no un "trauma" como defendería Otto Rank. Esta espontaneidad suele disminuir considerablemente por los factores biográficos, lo que se traduce en un condicionamiento que afectará posteriores posiciones emocionales racionales y conductuales, que pueden llegar a ser patológicos. Por ello Moreno habla de una patología de la espontaneidad (también de patología de los roles), y la terapia persigue la recuperación de la misma”.

Para Rojas Bermúdez (1984) “La espontaneidad se ubica en una zona intermedia entre la influencia genética y la ambiental y, si bien es influida por ambas, escapa a su control; de ella dependen las nuevas respuestas, las imprevisibles”. 

El factor “e” que definía Moreno es la "matriz espontánea" que describe Rojas Bermúdez. Para ambos autores,  éste es el punto de partida del desarrollo de la personalidad.

Durante las primeras etapas del desarrollo, el infante es extremadamente dependiente de su matriz espontánea. En las etapas o fases posteriores, cuando se desarrollan las funciones cognitivas y la maduración psicomotora avanza, el individuo pone la espontaneidad al servicio de éstas.

A continuación, se transcribe un fragmento de Rojas Bermúdez (2004) sobre este concepto:

"De acuerdo a esto, la espontaneidad participa en mayor o menor grado en los diversos actos de la vida como complemento de las pautas aprendidas. 

En el ambiente cultural actual, en el que nos desenvolvemos, es tendencia habitual sustituir cada vez más la espontaneidad por respuestas fijas y regladas, que no den lugar a reacciones nuevas e inesperadas. 

Ello se debe al desconocimiento del factor espontaneidad y a su confusión con el descontrol. La coartación de la espontaneidad es una de las principales causas de disconformidad del individuo consigo mismo y con la sociedad. Restringida su capacidad creativa, el individuo se transforma en un simple engranaje social sin posibilidades de participar plenamente en el devenir histórico de la sociedad. 

El ejercicio de la espontaneidad enriquece el medio y a quien la ejerce, al permitir al individuo una correcta adecuación al ambiente por  voluntad propia y sin imposiciones que cercenen su personalidad, y al promover en los demás el mismo tipo de respuesta. 

El rendimiento general del individuo o de un grupo, que posean un alto nivel de espontaneidad, se caracteriza por la relación desproporcionada entre su capacidad creativa y productiva, y el poco esfuerzo realizado.

De modo que la fatiga estaría vinculada con el sobreesfuerzo agregado para mantener la pauta obligatoria y bloquear la espontaneidad.  Por otra parte, es conocido por todos el poco cansancio que provocan las actividades que gratifican en su misma realización. En estos casos, "las horas pasan volando"; en los otros, "no se terminan nunca". 

La espontaneidad es, pues, un factor fundamental para la adaptación del individuo a su ambiente sin que su adecuación signifique destrucción o pérdida de sus libertades sino, por el contrario, una mayor posibilidad de ejercerlas y desarrollarlas dentro de ese mismo medio. Al hacerlo suyo, el individuo disfruta de él y lo engrandece. 

                                                     Cualidad dramática 
       
                                                     Creatividad 
Formas de espontaneidad 
                                                     Originalidad 
       
                                                    Adecuación de la respuesta

Cualidad dramática: la espontaneidad que se dirige a la activación de conservas culturales y estereotipos sociales. Por ej.: un buen actor.

Creatividad: la espontaneidad que se dirige a la creación de nuevos organismos, nuevas formas de arte, y nuevas estructuras ambientales.

Originalidad: la espontaneidad que se dirige a la formación de libres expresiones de la personalidad. Por ej.: poesía de los adolescentes que siguen la forma de una conserva cultural. 

Adecuación de la respuesta: la espontaneidad que se dirige a la formación de respuestas adecuadas a situaciones nuevas."

La espontaneidad está íntimamente vinculada a la idea del “acto creador”, esto es, al acto que produce integración,  transformación, maduración y crecimiento, tanto en quién lo ejerce como en su entorno. El acto creador “ilumina”, fluye y sorprende, pues se siente como único en su género.

Referencias:

- ILARRAZ, M.V. “La Espontaneidad”. Buenos Aires,  Año 2005. En: Psicodrama en la Universidad. Programa Clínico. Secretaría de Postgrado. Facultad de Psicología. Universidad de Buenos Aires. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2009

- LÓPEZ- BARBERÁ, E. Y POBLACIÓN, P. “Apuntes de Psicodrama Moreniano” (ITGP). Aula de Psicodrama (2004). Fuente: http://www.grupopsicodrama.com
- MARINEAU, R.  “Glosario de términos morenianos”. Fuente: http://148.206.107.15/biblioteca_digital/capitulos/103-2650tsv.pdf

- ROJAS BERMUDEZ, J.G. ¿Qué es el Psicodrama? Ed Celcius. Buenos Aires, 1984


- ZURETTI, M. MENEGAZZO C. TOMASINI, M.A.  “Síntesis Conceptos Morenianos” (2009). Centro Zerka Moreno: Fuente: http://www.centrozerkamoreno.net 
Técnica: El Espejo
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

En la dramatización con técnica de Espejo, el Director introduce uno o más Yo auxiliares para que representen en el escenario la escena completa que el Protagonista acaba de realizar. El objetivo de la técnica es que el Protagonista pueda contemplar desde afuera lo que le estaba pasando, cómo estaba actuando, cómo eran sus emociones, ideas, reflexiones, posturas, tonos de voz, etc. La idea es que también pueda tomar conciencia de sus conflictos y obstáculos, así como vencer sus resistencias a involucrarse en las situaciones, al poder objetivarlas.


En las personalidades neuróticas tiende a haber una clara discrepancia entre la imagen que la persona tiene de sí mismo, la imagen que le da a los demás y la imagen de cómo le gustaría ser. Esta técnica permite “descubrir” la discrepancia cuando la imagen que le da los demás es bien distinta de la que tiene de sí mismo.

Es muy importante que la técnica sea utilizada con cuidado por parte de Yo auxiliares entrenados, dado que la imitación que estos realizan durante su aplicación, fácilmente puede ser interpretada por el Protagonista como una burla.

Una variante que el Director puede introducir es la de hacer representar selectivamente sólo un aspecto de la escena desarrollada por el Protagonista, a efectos de enfatizar algo que pueda ser relevante para la objetivación buscada.


En el caso del espejo, el Yo auxiliar representa lo más fielmente posible todo lo que dice y hace el Protagonista durante la dramatización, sin introducir ningún elemento nuevo, como ocurre en la técnica del Doble.

viernes, 14 de julio de 2017

UN LIBRO SOBRE PSICODRAMA DE DISTRIBUCIÓN LIBRE

"Temas de Psicodrama" 
Teoría, Metodología y Técnicas

Este libro no es una introducción al psicodrama, a su encuadre o a sus técnicas. Se trata de una publicación que discute y profundiza sobre algunos tópicos que el autor considera relevantes en la práctica psicodramática.

El material que se presenta, nace del intercambio con muchos profesionales que, desde los más distantes lugares, ingresaron al blog del autor sobre “temas de psicoterapia de grupo y psicodrama”, estimulándolo a integrar en una publicación aquellas ideas, ponencias y artículos de su autoría que venía divulgando desde ese lugar.

La primera parte del libro se denomina: “conceptualizaciones teóricas”, e incluye siete temas  diversos que hacen al marco de referencia teórico del psicodrama.

La segunda parte presenta algunos de los aportes del Dr. Jaime G. Rojas-Bermúdez  al psicodrama, y la tercera, lo complementa con lo que el autor ha denominado “apuntes sobre la teoría de la personalidad en el psicodrama”, que recoge lo medular de la teoría de Rojas-Bermúdez, así como ciertas contribuciones de otros psicodramatistas.

La cuarta parte expone varias de las aplicaciones del psicodrama en distintos campos de la clínica y la pedagogía.

La quinta y última parte desarrolla once variantes del arsenal técnico del psicodrama terapéutico.

Se anhela que los psicodramatistas que accedan a este libro puedan encontrar en él, alguna herramienta que los ayude en su quehacer clínico, psicoterapéutico o pedagógico.

Si está interesado puede solicitarlo a: temasdepsicoterapia@gmail.com.

Ariel Gustavo Forselledo
Arlington, VA






Agresividad, agresión y violencia en el Psicodrama
Segunda Parte
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

“El psicodrama es  un método vivencial cuyo núcleo reside en la escenificación de situaciones reales e imaginarias tanto actuales como pasadas y futuras” (Moreno, 1966).

Citando el artículo “Alcances del Psicodrama” (Forselledo, 2015) “En el terreno psicoterapéutico (…)el psicodrama tiene objetivos específicos sobre los que el Director construye sus hipótesis dramáticas y terapéuticas. Entre otros:

- Ayudar a modificar los patrones de relación con los demás y con uno mismo, ofreciendo la posibilidad de vivenciar alternativas a la realidad personal actual.
- Tomar conciencia de pensamientos, sentimientos, motivaciones, conductas y relaciones que pueden ser conflictivos u obstaculizar el desarrollo de una vida autónoma y satisfactoria.
- Realizar un reaprendizaje de vida desarrollando, potenciando y ejerciendo al máximo la espontaneidad y creatividad.
- Mejorar las relaciones interpersonales en los contextos de pareja, familiar y social.”
- Integrar afecto, pensamiento y acto."

El psicodrama ayuda al paciente a explorar y tomar conciencia, mediante la dramatización, de aspectos tales como la agresividad ligada a la autoafirmación, las conductas agresivas, y las situaciones en las que se pudieran desencadenar episodios de violencia, experimentándolas en el “aquí y ahora” de la sesión.

Al facilitarse la expresión emocional, el paciente puede reconocer sus contenidos, y mejorar su manejo. Por ejemplo, las emociones y sentimientos asignan un objeto a la conducta, operando como factor motivador. Agredir a alguien como acto, tiene una motivación que el paciente necesita reconocer o aún descubrir.

Como en cualquier otra expresión yoica, el acto agresivo puede ser desentrañado; enriqueciendo al paciente en cuanto a su capacidad de descubrir y modificar los patrones de relación con los demás y consigo mismo y encontrar alternativas más satisfactorias para su realidad personal.

El psicodrama permite profundizar en el significado de las relaciones cargadas de agresión, los roles y los actos agresivos, sus vínculos y su contexto. Utilizando técnicas como el juego de roles y la inversión de roles se puede estimular la expresión de la agresividad y así vislumbrar los aspectos antes mencionados. En casos en los que la agresividad está bloqueada o los actos agresivos son intensamente reprimidos, se puede trabajar con objetos intermediarios (títeres, máscaras, bolsa elástica, etc.) a los efectos de “liberar” la expresión agresiva y así elaborarla con el paciente. En algunas ocasiones el trabajo con la técnica de “silla vacía” permite alcanzar el mismo objetivo.

En los casos en los que la agresividad y los actos agresivos tienden a expresarse abiertamente o están cercanos a la pérdida de control por parte del Yo, es útil trabajar con técnica de imágenes. Las imágenes reales y simbólicas hacen que los contenidos puedan ser objetivados por el paciente sin la repercusión emocional que implican los mismos.
  
Referencias:

FORSELLEDO, A.G. “Manual Práctico de Psicopatología” Publicaciones de UNESU. Montevideo, 2009.

FORSELLEDO, A.G. “Alcances del Psicodrama” Temas de Psicoterapia de Grupo y Psicodrama. 2015 Fuente: http://temasdepsicoterapia.blogspot.com/p/alcances-del-psicodrama-ariel-gustavo.html

- MORENO, J. L. “Psicoterapia de grupos y psicodrama” FCE México, 1966.

- ROJAS BERMUDEZ, J.G. “Teoria y Técnica Psicodramáticas”. Ediciones Paidos Ibérica, S.A. Primera Edición. Barcelona, 1997.


Agresividad, agresión y violencia en el Psicodrama
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología

Director de Psicodrama

Si bien hay una gran diversidad conceptual respecto de la agresividad, la agresión y la violencia, se intentará exponer resumidamente estos conceptos en el marco de la teoría, metodología y técnicas del psicodrama terapéutico.

¿Qué es la agresividad?

Se entiende por agresividad a aquel impulso innato del ser humano que está dirigido a favorecer su autoafirmación, adaptación y desarrollo social, incluyendo la protección y defensa de su integridad. Se trataría pues, de una disposición natural que es susceptible de recibir influencias del medio ambiente en el cual el individuo vive. Esto es, dependiendo de la matriz familiar, social y cultural en la que se encuentre, la agresividad podrá ser reforzada, estimulada o contendida y descalificada. La patología de la agresividad puede devenir en comportamientos violentos hacia el propio individuo (autodirigidos) o hacia los demás y el medio ambiente (heterodirigidos).

En el lenguaje coloquial, la agresividad tiene una connotación bipolar, Por un lado hace referencia a la conducta positiva de autoafirmación, coraje y autodefensa y, por otro, a la conducta negativa de atacar, hacer daño a otro. Esta bipolaridad contribuye a crear confusiones e imprecisiones en el lenguaje cotidiano.

¿Qué es la agresión?

El término agresión se utiliza para designar el acto agresivo en sí, o sea, la conducta externamente observable. Siguiendo a Lagache (1960, citado por Muñoz Vivas, 2000), “la Agresividad es a la Agresión, lo que la disposición es al acto”.

De hecho se puede ser agresivo tanto activamente (amenazando, insultando, pegando o, aún matando), como pasivamente (ignorando, denegando, bloqueando el acceso a recursos u oportunidades, excluyendo, etc.).

Lo que especificaría a la agresión es el carácter intencional, volitivo (yoico) y, en general, conciente. Si bien las motivaciones pueden ser diferentes y de mayor o menor complejidad, siempre involucran un objeto elegido por el Yo y una finalidad que va más allá de aquella descrita para la agresividad como impulso adaptativo y de autoafirmación, implica, la finalidad de hacer daño al objeto.

Desde la perspectiva del Esquema de Roles, la agresión verbal-actitudinal es patrimonio del Yo y de los Roles Sociales. En cuanto al Sí Mismo Psicológico, éste tiene una dilatación escasa o moderada ya que la conducta agresiva requiere del control social de las mismas. Una dilatación severa, que cubra los roles sociales, da lugar a respuestas “todo o nada”, entre las que se encuentran las respuestas violentas.

Ver figuras 1 y 2

 Figura 1 - El Esquema de Roles
 
 Figura 2 - Agresión 
¿Qué es la violencia?

Es una expresión patológica de la agresividad y excede y desborda a la llamada agresión. En la agresión había control de parte del Yo y un objeto elegido para la misma. En la violencia, el individuo se encuentra bajo compromiso total (con el Sí Mismo Psicológico dilatado), con bajo o nulo control yoico (como ocurre en el caso del pánico). La descarga motora de la violencia es extrema, aguda y de corta duración (aunque puede repetirse si el compromiso total se mantiene), caracterizándose por no tener en cuenta al otro y por la falta de reconocimiento del objeto de su acción. Las conductas violentas en concentraciones masivas son un ejemplo en donde los individuos descontrolados destruyen todo lo que encuentran a su paso, sin considerar qué, ni a quiénes, cómo, ni dónde.

Ver figura 3
  
Figura 3 - Violencia 

En la segunda parte de esta presentación, se hará referencia al abordaje psicodramático de la agresividad y la agresión.

Referencias:

FORSELLEDO, A.G. “Manual Práctico de Psicopatología” Publicaciones de UNESU. Montevideo, 2009.

MUÑOZ VIVAS, F. “Agresividad, Agresión y Violencia” Capitulo 2. Tesis Doctoral. Facultad de Psicología. Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 2000. Fuente: http://adolescenciaantisocial.blogspot.com/2012/07/agresividad-agresion-y-violencia.html

ROJAS BERMÚDEZ, J.G. “El Núcleo del Yo”. Ediciones Genitor. Buenos Aires, 1979.