El Psicodrama en las Depresiones Neuróticas
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama
En la clínica psicodramática de adultos es muy
frecuente la observación de cuadros depresivos tanto reactivos como psicógenos
o neuróticos. Es sobre ellos que se hará mención a la aplicación del método
psicodramático.
La depresión reactiva surge como respuesta a
un acontecimiento negativo o a un agente estresor en la vida de la persona, no
teniendo que manifestarse inmediatamente después de la exposición del fenómeno
desencadenante, sino que puede aparecer de modo anacrónico, semanas o meses más
tarde.
La depresión neurótica entra dentro de las forma
clínica llamada “depresión psicógena” que comprende además las depresiones “reactiva”
y por “agotamiento o situacional”.
Se reconoce por la concomitancia o la preexistencia de
una sintomatología neurótica, ya sea histérica, fóbica u obsesiva, exacerbada o
descompensada y de síntomas depresivos más o menos pronunciados. Puede haber
una situación desencadenante que es sólo patológica en la medida que reactiva
conflictos neuróticos o porque modifica un equilibrio neurótico precario que, a
nivel psicodiagnóstico, se detecta como una estructura de personalidad
neurótica. Generalmente se trata de situaciones de cambio y de separación.
De acuerdo a la clínica, el síndrome depresivo
comprende dos vertientes sintomáticas: la psíquica y la somática.
La vertiente psíquica de la depresión está constituida
por un trípode de signos y síntomas, a saber:
a) Alteración del humor en menos – distimia depresiva
b) Inhibición psicomotriz
c) Alteración del pensamiento – dolor moral. Se
observa fundamentalmente en pacientes de estructura psicótica.
La vertiente somática del síndrome depresivo tiene
varios componentes, entre otros, astenia o fatiga, trastornos del sueño,
trastornos digestivos, génito-urinarios, neurovegetativos (respiratorios,
laberínticos, oculares, auditivos, cardiovasculares,etc.).
Para el DSM-IV la depresión neurótica se ubicaría en
la pauta para el diagnóstico F34.1 (trastornos del humor persistente –
distimia), caracterizándose por un “estado de ánimo crónicamente depresivo la
mayor parte del día de la mayoría de los días, manifestado por el sujeto u
observado por los demás, durante al menos 2 años. Nota: En los niños y
adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable y la duración debe ser de
al menos 1 año.
Presencia, mientras está deprimido, de dos (o más) de
los siguientes síntomas:
1. pérdida o aumento de apetito
2. insomnio o hipersomnia
3. falta de energía o fatiga
4. baja autoestima
5. dificultades para concentrarse o para tomar
decisiones
6. sentimientos de desesperanza”
En el marco del grupo y con el ambiente laxo que el
mismo genera, los pacientes tienden a relatar sus acontecimientos de vida en
los que aparecen algunos de estos elementos:
En un primer nivel, se mencionan pérdidas de
familiares o amigos, rupturas de pareja, pérdidas de trabajo, extravíos o robos
de objetos preciados, cambios connotados negativamente tanto inesperados como
pronosticados, etc. Entre estos cambios toman relevancia los cambios
físicos (adelgazamiento o
ganancia de peso, dolores u otros síntomas asociados a
alguna enfermedad física).
En un segundo nivel, más profundo, se relatan
situaciones que son producto de la imaginación y la ideación, tanto conciente
como inconciente, las cuales representan, en términos muy generales,
temores a las pérdidas. Esto es, la anticipación negativa del futuro, temiendo
perder la pareja, los amigos, el trabajo, o dinero, objetos, apariencia,
juventud, etc. etc.
En ambos niveles, la posibilidad de representar
mediante el juego de roles las situaciones relatadas como desencadenantes de
los estados depresivos, posibilita la catarsis de aquellas emociones que están
contenidas, y permite la conexión entre los distintos eventos y los estados
afectivos correspondientes.
La introducción adicional de la técnica de imágenes
reales y simbólicas permite percibir y comprender las variables intervinientes,
darle perspectiva y analizar las alternativas y soluciones personales.
Técnicas como la inversión de roles y el doble
habilitan el establecimiento de vínculos reparadores que otorgan reconocimiento
tanto de sí mismo como del otro y dan lugar a soluciones nuevas, espontáneas y
creativas (catarsis de integración).
Finalmente los aportes objetivadores del grupo durante
la etapa de comentarios o análisis, le otorga al paciente una visión
comprensiva y rica en contenidos y afectos que da cierre al aprendizaje de la
sesión.
El primer nivel, relativo a la depresión reactiva,
permite un abordaje más directo y de mayor sensibilidad por parte del paciente
al insight psicodramático de la situación y su contexto. El segundo nivel,
correspondiente a las depresiones psicógenas o neuróticas, es más complejo en
tanto lo relatado por el paciente presenta mayor desconexión entre los estados
afectivos negativos y los sucesos inmediatos.
El protagonista de la sesión puede referir un suceso
desencadenante que nada tiene que ver con lo que realmente produce su
depresión.
Desde el punto de vista del Núcleo del Yo, la persona
que presenta depresión neurótica tiene una fórmula estructural en la que la
confusión mente-ambiente es compensada con mecanismos reparatorios sobre el
área mente (fantasías de pérdidas, menosprecio y autodescalificación de
sí mismo y de capacidades) y sobrevaloración del área cuerpo (agotamiento
físico, apatía, preocupación por la salud física).
Detrás de la anécdota original, muchas veces se
rastrean duelos no resueltos, así como fantasías y temores a las pérdidas.
Referencias
MORENO, Jacobo. "Psicoterapia de Grupo y
Psicodrama", Mexico, Fondo de Cultura Económica, 1975.
FORSELLEDO, A.G. “Manual Práctico de Psicopatología”
Publicaciones de UNESU. Montevideo, 2009.
FORSELLEDO, A.G. “BIPOLARIDAD EXISTENCIAL Técnica de
confrontación por imágenes simbólicas”. Serie: Temas de Psicodrama.
Publicaciones de UNESU. Montevideo, 2008.
ROJAS BERMUDEZ, Jaime G. " El Núcleo del
Yo". Buenos Aires, Ed. Genitor, 1979.
ROJAS BERMUDEZ, Jaime G. "Qué es el
Psicodrama" Buenos Aires, Ed. Celcius, 1984.