Agresividad, agresión y violencia en el Psicodrama
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama
Si bien hay una gran diversidad conceptual respecto de la agresividad, la agresión y la violencia, se intentará exponer resumidamente estos conceptos en el marco de la teoría, metodología y técnicas del psicodrama terapéutico.
¿Qué es la agresividad?
Se entiende por agresividad a aquel impulso innato del
ser humano que está dirigido a favorecer su autoafirmación, adaptación y
desarrollo social, incluyendo la protección y defensa de su integridad. Se
trataría pues, de una disposición natural que es susceptible de recibir
influencias del medio ambiente en el cual el individuo vive. Esto es,
dependiendo de la matriz familiar, social y cultural en la que se encuentre, la
agresividad podrá ser reforzada, estimulada o contendida y descalificada. La
patología de la agresividad puede devenir en comportamientos violentos hacia el
propio individuo (autodirigidos) o hacia los demás y el medio ambiente
(heterodirigidos).
En el lenguaje coloquial, la agresividad tiene una
connotación bipolar, Por un lado hace referencia a la conducta positiva de
autoafirmación, coraje y autodefensa y, por otro, a la conducta negativa de
atacar, hacer daño a otro. Esta bipolaridad contribuye a crear confusiones e
imprecisiones en el lenguaje cotidiano.
¿Qué es la agresión?
El término agresión se utiliza para designar el acto
agresivo en sí, o sea, la conducta externamente observable. Siguiendo a Lagache
(1960, citado por Muñoz Vivas, 2000), “la Agresividad es a la Agresión, lo que
la disposición es al acto”.
De hecho se puede ser agresivo tanto activamente
(amenazando, insultando, pegando o, aún matando), como pasivamente (ignorando,
denegando, bloqueando el acceso a recursos u oportunidades, excluyendo, etc.).
Lo que especificaría a la agresión es el carácter
intencional, volitivo (yoico) y, en general, conciente. Si bien las
motivaciones pueden ser diferentes y de mayor o menor complejidad, siempre
involucran un objeto elegido por el Yo y una finalidad que va más allá de
aquella descrita para la agresividad como impulso adaptativo y de
autoafirmación, implica, la finalidad de hacer daño al objeto.
Desde la perspectiva del Esquema de Roles, la agresión
verbal-actitudinal es patrimonio del Yo y de los Roles Sociales. En cuanto al
Sí Mismo Psicológico, éste tiene una dilatación escasa o moderada ya que la
conducta agresiva requiere del control social de las mismas. Una dilatación
severa, que cubra los roles sociales, da lugar a respuestas “todo o nada”,
entre las que se encuentran las respuestas violentas.
Ver figuras 1 y 2
Figura 1 - El Esquema de Roles
Figura 2 - Agresión
¿Qué es la violencia?
Es una expresión patológica de la agresividad y excede
y desborda a la llamada agresión. En la agresión había control de parte del Yo
y un objeto elegido para la misma. En la violencia, el individuo se encuentra
bajo compromiso total (con el Sí Mismo Psicológico dilatado), con bajo o nulo control
yoico (como ocurre en el caso del pánico). La descarga motora de la violencia
es extrema, aguda y de corta duración (aunque puede repetirse si el compromiso
total se mantiene), caracterizándose por no tener en cuenta al otro y por la
falta de reconocimiento del objeto de su acción. Las conductas violentas en
concentraciones masivas son un ejemplo en donde los individuos descontrolados
destruyen todo lo que encuentran a su paso, sin considerar qué, ni a quiénes,
cómo, ni dónde.
Ver figura 3
Figura 3 - Violencia
En la segunda parte de esta presentación, se hará
referencia al abordaje psicodramático de la agresividad y la agresión.
Referencias:
FORSELLEDO, A.G. “Manual Práctico de Psicopatología”
Publicaciones de UNESU. Montevideo, 2009.
MUÑOZ VIVAS, F. “Agresividad, Agresión y Violencia”
Capitulo 2. Tesis Doctoral. Facultad de Psicología. Universidad Complutense de
Madrid. Madrid, 2000. Fuente:
http://adolescenciaantisocial.blogspot.com/2012/07/agresividad-agresion-y-violencia.html
ROJAS BERMÚDEZ, J.G. “El Núcleo del Yo”. Ediciones Genitor. Buenos Aires, 1979.
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