La interpretación en el Psicodrama
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama
“En el psicodrama el comportamiento y la actuación del
paciente interpretan para el terapeuta en el aquí y ahora; la interpretación
del terapeuta se reduce a un mínimo” (Moreno, citado por Kukier, 2005).
Para acceder a lo más profundo del conflicto planteado
por el paciente, para favorecer la “iluminación del campo” que le permita el
insight, la catarsis de integración que libera y genera un aprendizaje nuevo,
en el psicodrama el terapeuta no interpreta, es más preciso decir que nunca
interpreta. ¿Por qué?
Porque la “Dramatización, como núcleo del
psicodrama, es un verdadero laboratorio que tiene al Escenario como el espacio
concreto, que es construido específicamente para tal fin. En este espacio el
paciente puede explorar, experimentar y ensayar soluciones o alternativas
personales en un campo apropiado (el campo terapéutico) que se logró mediante
el caldeamiento específico para el protagonista y para el rol realizado por el
Director.
Se plantea una situación que trae el Protagonista. El
Director elabora una hipótesis dramática para trabajarla con el Protagonista y
los Yo auxiliares. Si esta hipótesis no es rechazada, el Director elabora y
pone en práctica una hipótesis terapéutica para ayudar al paciente a tomar
conciencia de pensamientos, sentimientos, motivaciones, conductas y relaciones
que pueden ser conflictivos o que pueden obstaculizar el desarrollo de una vida
autónoma y satisfactoria.
Si la hipótesis terapéutica no es rechazada de hecho
por la interacción entre Protagonista y Yo auxiliar, el primero puede alcanzar
la catarsis de integración, esto es, un reaprendizaje de vida mediante el
ejercicio de su espontaneidad y creatividad.
En la catarsis de integración los roles y vínculos
conflictivos son vistos por el Protagonista bajo una nueva luz. Lo que hasta
ese momento generaba confusión u oscuridad, toma un nuevo sentido posibilitando
que los componentes de la situación o conflicto comiencen a actuar de otra
manera, transformándose en "símbolos resolutivos". Luego se integra
el sentir, discriminándose e integrándose los afectos que eran contrapuestos de
forma coherente con el rol.
Finalmente se integra un valor nuevo (“momento
axiológico”), que es el soporte ético que acompañará en el futuro la nueva
conducta y el nuevo modo de vincularse. (…)
En la catarsis de integración el protagonista
encuentra soluciones, aprendiendo y reaprendiendo, integrando pensamiento,
afecto y acto” (Forselledo, 2015).
Siguiendo a Reyes (2008), “En este sentido, esto
marca una diferencia crucial entre la interpretación psicoanalítica y la
interpretación psicodramática (…).(En el psicodrama),como terapeuta pregunto si
al paciente le resuena mi pregunta, entonces continúo. Si no le resuena, pueden
existir dos posibilidades. La primera es sinceramente tal vez la más frecuente:
que simplemente mi interpretación no corresponda, y creo que en este sentido el
modelo psicodramático implica una renuncia al rol del terapeuta como
omnisapiente y omnipotente”.
De hecho, un buen Director de psicodrama tiene
necesidad de “hablar” muy poco para ayudar a sus pacientes, pero tiene la
obligación de dirigir muy eficazmente la dramatización para que el Protagonista
pueda encontrar por sí mismo los caminos y las salidas a sus conflictos. Ello
supone, adecuada selección de roles y escenas, buenas hipótesis dramáticas y
terapéuticas y eficaz manejo de los Yo auxiliares.
Referencias:
FORSELLEDO, A.G. "La esencia terapéutica del
psicodrama: La Dramatización y el Grupo". Psicoterapia de Grupo y
Psicodrama, 2015. http://temasdepsicoterapia.blogspot.com/p/la-esencia.html
KUKIER, R. “Palabras de Jacobo Levy Moreno”. Ed.
Agora. Sao Paulo, 2005.
REYES, G. “Psicodrama: Paradigma y Método”. Ed Cuatro
Vientos. Santiago, 2008
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