Esencia terapéutica

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La esencia terapéutica del psicodrama: 
La Dramatización y el Grupo

Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

La Dramatización

"Históricamente el psicodrama representa el punto decisivo en el apartamiento del tratamiento (…) del individuo con métodos verbales hacia el tratamiento con métodos de acción"(Moreno, 1966).

La Dramatización en el psicodrama le otorga al paciente una segunda oportunidad para vivir, aprender e integrar acontecimientos relevantes de su vida, actuándolos en el Escenario de la sesión, en vez de simplemente hablar sobre ellos.

El psicodrama ayuda al paciente a explorar, mediante la dramatización, situaciones personales, sean pasadas, presentes o futuras, sean reales o fantaseadas; experimentándolas en el presente, esto es, en el “aquí y ahora” de la sesión. Con ello el paciente descubre y modifica patrones de relación con los demás y consigo mismo, y encuentra alternativas a su realidad personal.

La dramatización, bajo el control del Director o Terapeuta, permite trabajar aspectos de la vida cotidiana, familiar, laboral y social que son concientes y verbalizables, así como aspectos inconcientes, no comunicados o verbalizados, pensamientos, sueños, fantasías, deseos no realizados, temores e impulsos. La dimensión temporal puede manejarse además, de acuerdo con las hipótesis dramáticas y terapéuticas del Director, yendo hacia el pasado o el futuro, volviendo al presente y alterando estos ejes tantas veces como sea necesario.

La Dramatización, como núcleo del psicodrama, es un verdadero laboratorio que tiene al Escenario como el espacio concreto, que es construido específicamente para tal fin. En este espacio el paciente puede explorar, experimentar y ensayar soluciones o alternativas personales en un campo apropiado (el campo terapéutico) que se logró mediante el caldeamiento específico para el protagonista y para el rol realizado por el Director.

Se plantea una situación que trae el Protagonista. El Director elabora una hipótesis dramática para trabajarla con el Protagonista y los Yo auxiliares. Si esta hipótesis no es rechazada, el Director elabora y pone en práctica una hipótesis terapéutica para ayudar al paciente a tomar conciencia de pensamientos, sentimientos, motivaciones, conductas y relaciones que pueden ser conflictivos o que pueden obstaculizar el desarrollo de una vida autónoma y satisfactoria.

Si la hipótesis terapéutica no es rechazada de hecho por la interacción entre Protagonista y Yo auxiliar, el primero puede alcanzar la catarsis de integración, esto es, un reaprendizaje de vida mediante el ejercicio de su espontaneidad y creatividad.

En la catarsis de integración los roles y vínculos conflictivos son vistos por el Protagonista bajo una nueva luz. Lo que hasta ese momento generaba confusión u oscuridad, toma un nuevo sentido posibilitando que los componentes de la situación o conflicto comiencen a actuar de otra manera, transformándose en "símbolos resolutivos". Luego se integra el sentir, discriminándose e integrándose los afectos que eran contrapuestos de forma coherente con el rol.

Finalmente se integra un valor nuevo (“momento axiológico”), que es el soporte ético que acompañará en el futuro la nueva conducta y el nuevo modo de vincularse.

“Hablar de “catarsis de integración”, en sentido estricto, es hablar de actos de comprensión, o sea actos fundantes de transformación, que Moreno comparó como nuevos nacimientos. Estos fenómenos son los que permiten la liberación de roles anclados a estampaciones inadecuadas, facilitando un salto a la asunción de nuevas conductas. Es decir: completar aspectos irresueltos en el modo de ser, caracterizados por tipos de ordenamientos vinculares, originalmente inadecuados” (Centro Zerka Moreno,2015).

En la catarsis de integración el protagonista encuentra soluciones, aprendiendo y reaprendiendo, integrando pensamiento, afecto y acto.

El grupo

El individuo enferma en grupos y debe curarse en ellos.

"Históricamente el psicodrama representa el punto decisivo en el apartamiento del tratamiento del individuo aislado hacia el tratamiento del individuo en grupos (…)”(Moreno, 1966). 

Moreno enfocó el psicodrama más a los grupos por una razón muy sencilla: porque el ser humano vive en grupos, trabaja, aprende, juega y se divierte en grupos. De hecho la fuerza terapéutica del psicodrama proviene de la dinámica y energía del grupo.

La primera etapa de la sesión de psicodrama se da en el Contexto Grupal. Siguiendo a Rojas Bermúdez (1984),el Contexto Grupal “lo constituye el grupo en sí. Se halla formado por todos los integrantes, tanto pacientes como terapeutas, sus interacciones y el producto de las mismas; es decir, sus costumbres, normas y leyes particulares. Este contexto es siempre particular de cada grupo a pesar de que el encuadre sea el mismo. Va dando origen a su historia, y la historia a su vez, pasa a formar parte del contexto, caracterizándolo y diferenciándolo de los demás grupos”. (…) En cuanto al grado de compromiso es similar al del contexto social en el sentido de que cada individuo debe hacerse responsable de sus actos y palabras frente al grupo. El compromiso es, pues, total. Pero se diferencia del contexto social por su mayor grado de libertad, tolerancia y comprensión, dadas las finalidades terapéuticas prefijadas y conocidas por todos”.

La segunda etapa se da en el Contexto Dramático y, durante la misma, el grupo forma parte de un nuevo instrumento: el Auditorio.

El Auditorio “es la parte del grupo que no está participando en la dramatización de forma directa, es decir, las personas que quedan fuera del espacio dramático, pero que está siempre participando, aun desde el silencio, y vierte luego esta participación en el momento de compartir o sharing. Durante el caldeamiento verbal todos son auditorio, y de las interacciones que surgen en este ámbito emerge el protagonista, que surge como resultado del clima emocional grupal de los relatos de cada miembro. Se establece un nexo que mantiene al auditorio relacionado con el protagonista y sus vicisitudes a lo largo de la dramatización. En el curso de esa etapa, comparte con el protagonista los hechos por los que atraviesa en el aquí y ahora; cada miembro del grupo puede resonar de diferente manera con lo ocurrido, todos ellos son nuevos emergentes que se explicitan durante los comentarios y pueden ser punto de partida para una nueva dramatización” (Impronta, 2015). 

Durante la tercera etapa de la sesión, llamada “Comentarios o Análisis”, la atención retorna al grupo, ya que es éste el que debe brindar las opiniones, comentarios y repercusiones afectivas de lo trabajado durante la dramatización.

El auditorio es importante porque es depositario de ideas y emociones resultantes de la dramatización. Cada miembro del grupo tuvo la oportunidad identificarse con el protagonista y con los otros personajes de la situación dramatizada y está en condiciones de devolver ese material. Ello enriquecerá lo vivido “aquí y ahora” por el protagonista y ayudará al trabajo esclarecedor que el terapeuta realiza sobre “un material concreto, compartido por todos y no referido a un pasado remoto” (Rojas Bermúdez, 1984).

Referencias:

- Documento: “Instrumentos del Psicodrama y Etapas de la Sesión Psicodramática”. Impronta – Escuela de Psicodrama y Humanidades. Balmes, 203, Principal 1ª -08006 – Barcelona, 2015. Fuente: http://impronta-psicodrama.es/docs/temario%20alumnos%20formacion/Instrumentos_psicodrama_etapas_sesion.pdf

- "Diccionario de Psicodrama y Sociodrama". Centro Zerka Moreno, 2015. Fuente: http://centrozerkamoreno.net/services/diccionario-de-psicodrama-y-sociodrama/

- MORENO, J. L. “Psicoterapia de grupos y psicodrama” FCE México, 1966.

- ROJAS BERMUDEZ, Jaime G. "Qué es el Psicodrama" Buenos Aires, Ed. Celcius, 1984.

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