lunes, 29 de febrero de 2016

El  Soliloquio y el Aparte
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Concepto y diferencia entre ambas variantes

Durante la dramatización, el Director solicita al Protagonista que haga una pausa y exprese en voz alta los pensamientos y sentimientos que le despierta la situación que se está desarrollando.

Cuando se está desarrollando la dramatización con técnica de imágenes reales y simbólicas, el Director pide al Protagonista que asuma la forma física de cada imagen y diga en voz alta lo que piensa y siente desde esa posición.

Una variante de esta técnica es el llamado “aparte”, que se aplica cuando el Protagonista está dramatizando y el Director le indica que, sin abandonar la interacción, diga lo que piensa y siente pero indicando con algún gesto que lo que va a expresar no corresponde al diálogo en curso (por ejemplo, mover la cabeza hacia un lado).

En el caso del “aparte”, el soliloquio no debe ser considerado por el interlocutor, pero es relevante para el trabajo psicoterapéutico ya que aporta información verbal de lo que acontece en el interior del Protagonista en la situación que se dramatiza y puede modificar actitudes, facilitar el insight psicodramático, o modificar las hipótesis terapéuticas del Director.

Debe tenerse en cuenta que el soliloquio en su sentido original, “enfría” las situaciones que se dramatizan, al parar el juego de roles para aplicarlo o al trabajar con imágenes que son estáticas y menos movilizadoras que aquél. Por el contrario es extremadamente recomendable utilizarlo cuando se trata de situaciones muy movilizadoras o que propician resistencias en el Protagonista para el ejercicio de sus roles.

Surgida inicialmente en el teatro, la técnica del soliloquio le pone voz a los sentimientos y pensamientos del personaje que está dramatizando con el atributo “mágico” de que los demás roles complementarios que se están jugando no lo oyen.

jueves, 18 de febrero de 2016

Caldeamiento en el psicodrama terapéutico: Etapa de la sesión y técnica.
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Al inicio cada sesión de psicodrama terapéutico, el grupo inicia las interacciones con comentarios informales de la realidad social que acaba de dejar atrás (Contexto Social), para quedar inmerso en la realidad del grupo terapéutico (Contexto Grupal). Es usual que en este momento hayan silencios prolongados, murmuraciones, diálogos de a dos o tres pacientes. Algunos de ellos tratan de comunicarse en voz baja, por lo que el Director solicita que “socialicen” sus comentarios a fin de que todos puedan participar. También se habla de lo que ocurrió en la sesión anterior y aparecen algunas anécdotas o situaciones que van orientando la atención del grupo y de la Unidad Funcional (Director y Yo-auxiliares).

El Director va ordenando la comunicación siguiendo los canales por donde van surcando las tensiones individuales y grupales, así como las necesidades expresivas de los pacientes, sus emociones manifiestas y los focos de resistencias que pueden percibirse. Toda esta etapa de intercambios entre los pacientes y entre estos y la Unidad Funcional, corresponde al caldeamiento inespecífico en el Contexto Grupal.

Una vez que la atención grupal se focaliza en una persona, en un tema o en el grupo mismo, el Director decide si va a trabajar o no con ese emergente. A partir de este momento comenzará a caldear al protagonista por lo que la etapa es la de caldeamiento específico para el mismo.

En el Contexto Grupal el Director solicita que el emergente ofrezca más información sobre la situación o anécdota original. Se “amplifica” la misma con lo aportado por el emergente y los comentarios de los demás miembros del grupo. El Director orienta las preguntas hacia la puesta en escena que va proyectando realizar, se habla de los distintos roles y situaciones involucradas.

A partir de aquí, se pasa al Contexto Dramático y el Director comienza a construir la puesta en escena junto al Protagonista. Se inicia ahora el caldeamiento específico para el rol.

Preparar al Protagonista para la acción implica necesariamente este cambio de contexto ya que, mientras está en el grupo, lo privilegiado es lo verbal y la pertenencia a la realidad grupal. El grupo contiene y critica, protege y juzga, pero siempre en el nivel de la anécdota, de la historia relatada, del pasado. El pasaje al Contexto Dramático implica la incorporación de lo tridimensional, de lo corporal, del presente vivencial (el “aquí y ahora”) y, primordialmente, de la “acción”. El Director pues, arma la puesta en escena con el Protagonista y lo prepara para que comience a actuar, y así ponga en juego los roles implicados en la situación elegida. Para ello utiliza a los Yo-auxiliares quienes serán los responsables de involucrar y comprometer al Protagonista con la situación dramática. Este es el caldeamiento desde el rol.

El Director puede utilizar técnicas de juego de roles, inversión de roles, espejo, expresión corporal, danza, etc. para lograr el caldeamiento necesario para la dramatización.


El caldeamiento en su conjunto y en sus diferentes momentos, prepara al Protagonista para la dramatización al contraer el Sí Mismo Psicológico (SMP) y con ello, disminuir la tensión del campo. El campo psicológico del Protagonista es ahora un campo de “juego” y de “aprendizaje”, lo que es esencial para el acto terapéutico que habilita el descubrimiento de soluciones, la incorporación de lo conflictivo y desconocido, el aprendizaje y desarrollo de roles y la catarsis de integración.

lunes, 8 de febrero de 2016

Video: Historia Psicodramática

Este es un material ilustrativo con fines pedagógicos, tomado con autorización de la película "Dr. Ghelman", IAM, Montevideo, 2015

Encuentre más información sobre esta técnica en este aquí

Video: Técnica Silla Vacía con Inversión de Roles

Este es un material ilustrativo con fines pedagógicos, tomado con autorización de la película "Dr. Ghelman", IAM, Montevideo, 2015

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