jueves, 17 de noviembre de 2022

Psicodrama como tratamiento para ansiedad y depresión en personal de salud que atiende pacientes con COVID-19, en un hospital de Nuevo León, México

Autores: Salomón Daniel Nuñez-Ocman , Andrés López-Rentería, Bernardo Robles Garay, Lucero Montalvo-Salas , Judith Rodríguez-Rivera, Diana Carolina Flores-Rodarte, Enoc Isaí Hernández-Cantú

Artículo publicado en la Revista Brasilera de Psicodrama.

Fuente: Rev. Bras. Psicodrama, São Paulo, v30, e0922, p.1-12, 2022 -  https://www.revbraspsicodrama.org.br/rbp/article/view/491/510

 

Recomendamos a los psicodramatistas la lectura de este artículo dada la relevancia y actualidad de su temática.

 Resumen

El  presente  estudio,  tuvo  por  objetivo  evaluar  una  intervención  psicoterapéutica  con  base  en  psicodrama  para  el  personal  de  salud  de  un  hospital  que  atiende  pacientes  con  COVID-19  en  la  ciudad  de  Apodaca,  Nuevo  León,  México. Se estudió a una población con ansiedad y/o depresión, midiendo sus síntomas con el Test de Goldberg. Se trató a los sujetos mediante sesiones de psicodrama y se lograron disminuir significativamente síntomas como preocupación, nerviosismo, irritabilidad; se consiguió además, aumentar la energía y el interés por las cosas en los participantes.

 

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Caldeamiento grupal en el Contexto Dramático


Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

¿Qué es el Caldeamiento?

La etapa de Caldeamiento es la primera etapa de la sesión de psicodrama. En ella, el Director y el grupo se ponen en contacto con el fin de preparar al protagonista, a los miembros del grupo y a los Yo auxiliares para la escena a dramatizar. Se trata de un conjunto de procedimientos destinados a centralizar la atención del grupo, disminuyendo la tensión del campo y facilitando la interacción. El Director inicia el caldeamiento inespecífico facilitando la comunicación a través de comentarios sobre la sesión anterior, o simplemente estimulando el diálogo a partir de cualquier tema iniciador. De esta manera se facilita la aparición de él o los emergentes grupales que darán lugar al protagonista de la sesión.

Una vez detectado el protagonista, comienza el caldeamiento específico a los efectos de prepararlo para la dramatización y de conformar con el resto del grupo Auditorio. El Director orienta los comentarios hacia el planteo del protagonista, con el fin de concentrar aún más la atención grupal sobre él.

Caldeamiento en el Contexto Dramático

En algunos casos, el Director decide caldear al grupo en el contexto dramático, ya sea porque el protagonista será el propio grupo, o será un tema que atrapó la atención del mismo, o simplemente porque es necesario bajar la tensión del campo en todos los integrantes.

A continuación, se presentarán dos ejercicios que el autor de este trabajo ha utilizado para el caldeamiento del grupo en el contexto dramático.

Primer ejercicio

Todo el grupo pasa al escenario (incluidos los Yo auxiliares).

El Director les solicita que comiencen a caminar lentamente en todas las direcciones explorando el escenario. Deben caminar en silencio, reconociendo el espacio con la mirada en el piso.

Al cruzarse con algún compañero/a deben tratar de reconocerse mutualmente mirando sólo a los pies del otro.

Ahora deben cerrar los ojos y caminar con los brazos y las manos extendidas hacia adelante y en posición horizontal al cuerpo. Al tocar un compañero/a, deben reconocerse mutuamente explorando sus manos pero sin abrir los ojos.

Siguen caminando lentamente, ahora con los ojos abiertos y comienzan a buscar un lugar en el escenario donde se sientan cómodos para quedarse en él. Una vez encontrado el lugar se quedan de pie.

A partir de este momento el Director pide que todos se miren entre sí y que si lo necesitan, busquen una nueva posición en el escenario. Cuando los miembros del grupo terminan de modificar sus posiciones, se les solicita que se sienten en el piso.

Ahora se les pide que se tomen de las manos con aquellos/as que están a ambos lados formando un círculo. Dependiendo de la posición de los participantes en el escenario, puede formarse más de un círculo.

El ejercicio continúa con el Director solicitando a cada participante que describa cómo es y cómo siente a cada una de las dos personas que tiene a sus lados utilizando como única fuente de información la exploración de las manos.

El ejercicio culmina cuando todos terminan esta etapa.

Dependiendo del manejo de los tiempos de la sesión, es posible que la misma pase ahora al contexto grupal para realizar comentarios.

Si el tiempo lo permite, el Director puede realizar una dramatización con él o los protagonistas que hubieran emergido del ejercicio grupal.

Segundo ejercicio

Todo el grupo pasa al escenario (incluidos los Yo auxiliares).

Este ejercicio es sin palabras y está dirigido principalmente al manejo del cuerpo.

El Director pide a los integrantes del grupo que formen un círculo. Luego introduce música rítmica o bailable y solicita que cada uno se mueva con el ritmo pero sin preocuparse de estilos de baile o de actos aprendidos. Pueden moverse en el escenario en todas las direcciones que deseen. Hace énfasis en que traten de moverse con la música sin importar las formas que surjan. Con ello, busca que el manejo del cuerpo sea lo más espontáneo posible.

Luego solicita que traten de encontrar una pareja con la que se sientan identificados en los movimientos o simplemente cómodos en el juego corporal.

Una vez establecidas las parejas y las interacciones rítmicas y de movimientos entre ellas, el Director pide que uno de los miembros haga el espejo del otro. Posteriormente solicita la inversión del espejo y ahora el que era imitado pasa a imitar.

Una vez finalizado el espejo, el Director pide que uno de los miembros de las parejas haga movimientos con las manos intentando expresar algo y que el otro miembro ensaye una respuesta usando todo su cuerpo. Luego se invierten los roles y el que se expresaba con las manos ahora responde con el cuerpo.

Posteriormente se pasa a un juego de interacción corporal general. El Director pide que corran en todas las direcciones sobre el escenario evitando chocarse. Luego que formen un círculo y que la persona que está detrás tome con su mano derecha el tobillo izquierdo de la que va adelante. Les pide que todos caminen agarrados así a distintas velocidades, luego pide que se den vuelta y vayan en el sentido contrario.

Finalmente les pide que se acuesten en la alfombra, con los ojos cerrados, las piernas juntas y extendidas y los brazos a los costados del cuerpo. Las manos abiertas tocando con las palmas el piso. Pone música de relajación y solicita a los integrantes del grupo que se concentren en la respiración tratando de llevarla a un ritmo suave y profundo, aspirando por la nariz y espirando por la boca. Esta fase se extiende unos minutos hasta alcanzar la relajación del grupo.

Dependiendo del manejo de los tiempos de la sesión, es posible que la misma pase ahora al contexto grupal para realizar comentarios.

Si el tiempo lo permite, el Director puede realizar una dramatización con él o los protagonistas que hubieran emergido del ejercicio grupal.

viernes, 4 de noviembre de 2022

El Juego Dramático en la Supervisión: del desarrollo del Rol del Psicoterapeuta al proceso psicoterapéutico del paciente

Maria Dulce Santiago de Carvalho

Artículo publicado en la Revista Brasilera de Psicodrama.

Fuente: Rev. Bras. Psicodrama, São Paulo, v29, n3, p.188-197, Set. – Dez., 2021

RESUMEN

De la relación con el paciente surgen sentimientos, dudas, fantasías y miedos que acaban escapando del mundo interno del terapeuta; se tratan de impases que a menudo reflejan bloqueos que límite también la liberación de la espontaneidad del paciente. El artículo destaca la supervisión con técnicas psicodramáticas como  elemento  de  formación  y  desarrollo  del  rol  de  terapeuta,  reportando  un  caso  de  estudio  en  el  ámbito  psicoterapéutico.  El  objetivo  se  centra  en  destacar  el  juego  dramático  como  posibilidad  de  reconocer  aspectos  personales  del  supervisado  que  interfieren  en  el  proceso  psicoterapéutico  y  en  la gestión espontánea-creativa de sus intervenciones, integrando el conocimiento con la dimensión vivencial. Se  pudo  concluir  que  la  supervisando  desarrolló  una  mayor  seguridad  en  su  rol  profesional,  señalando  también la gran importancia de la supervisora en este proceso.


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