martes, 5 de febrero de 2019


Pasos para la Aplicación de una Técnica Psicodramática

Tomado de: POBLACIÓN KNAPPE, P. LÓPEZ BARBERÁ, e. “Técnicas Psicodramáticas” Fuente: Revista Vínculos. Nº6 1992. Instituto de Técnicas de Grupo y Psicodrama. Madrid. http://www.itgpsicodrama.org/publicaciones/TECNICAS_PSICODRAMATICAS.pdf

El siguiente fragmento ha sido tomado del referido artículo de Población Knappe y López Barberá publicado por el Instituto de Técnicas de Grupo y Psicodrama. Recomendamos calurosamente su lectura, así como la de otros importantes aportes que esta institución pone a disposición de los psicodramatistas en la red.

“IDEAS GENERALES SOBRE LA APLICACIÓN DE LAS TÉCNICAS.

En varios momentos de esta obra insistimos en la importancia que tiene el uso adecuado de las técnicas psicodramáticas, evitando su aplicación de un modo mecánico o alocado, a lo que caiga.

En un intento de organizar una metodología con esta finalidad hemos descrito los siguientes:

PASOS EN LA APLICACION DE UNA TECNICA

1. Valoración del momento del sistema en tratamiento (Percepción nivel manifiesto/nivel latente. Captación del sistema como totalidad)

2. Decisión sobre la introducción de una técnica (¿Es el momento oportuno? Valoración del riesgo)

3. Elección de una técnica concreta (¿Qué se busca? Saber cómo actúa. A todo o parte del sistema)

4. Propuesta (Sorpresiva / Advirtiendo/ Pidiendo permiso / A quién/es se propone)

5. Instrucciones o consignas (Precisas, claras, en cuanto al lenguaje,  momento y al sistema concreto)

6. Desarrollo (Eslabonamiento y/o relación con otras técnicas. Tempo. ¿Caldeamiento?)

7. Comentario (En soliloquio. En grupo)

1. Valoración del momento del sistema en tratamiento.

Como base de todos los pasos posteriores es muy conveniente si no imprescindible que el terapeuta tenga una percepción clara de lo que está ocurriendo en aquel momento en el sistema.

Por una parte qué ocurre en los niveles ocultos, al menos en la escena latente, o primer nivel bajo la escena que se percibe en e~ drama que transcurre en el nivel manifiesto.

En segundo lugar que tenga conciencia tanto del grupo como totalidad como de cada uno de sus elementos.

Una evaluación general del sistema fundada en estas consideraciones servirá de punto de partida del proceso que sigue.

2. Decisión sobre la introducción (o no) de una técnica.

Acabamos de evaluar la pareja, familia o sistema que sea en tratamiento y tenemos que cuestionamos si es el momento adecuado para irrumpir en el proceso comunicacional e insertar una técnica o es preferible esperar otra oportunidad.

Intervenir para hacer una propuesta técnica siempre va a modificar lo que está ocurriendo en ese momento; y no siempre carece de riesgos. Por de pronto interrumpe el flujo natural de sucesos, la atención se centra en el terapeuta y surge una expectación ante lo que se da o exige, que de ambas maneras se vive la propuesta.

Por tanto un riesgo inmediato es que cortemos la afluencia posible de un material interesante y aún en estado latente. ¿La técnica que sugiramos va a enriquecer la producción terapéutica o el material que está surgiendo es lo suficientemente valioso y no conviene interrumpir?.

3. Elección de una técnica concreta.

Si tras la evaluación general y la valoración del momento hemos decidido la conveniencia de aplicar una técnica, tenemos que elegir la más adecuada y para ello habremos de respondemos a cuatro preguntas:

¿Qué perseguimos obtener?
¿Cómo actúa la técnica a aplicar?
¿Lo haremos a todo o parte del sistema?
¿Por fin ¿Qué técnica concreta elegimos?

-¿Qué se busca?: Podemos desear explorar algún área desconocida, conocer más datos o más clara o más profundamente lo que tenemos delante, o nuestro interés está en mostrar o demostrar a los sujetos en conflicto lo que no acaban de ver; o provocar una crisis, o llegar a una situación catártica, o preparar, caldear, la situación para la posterior aplicación de otra técnica...

- Las técnicas que barajamos ¿cómo actúan? : La capacidad profundamente incisiva de un doblaje bien realizado dista mucho en su acción de un doblaje superficial o de un soliloquio, que incluso puede servir para tapar la latencia emocional.

- ¿Todo o parte del sistema?: ¿Por donde nos interesa introducirnos? .Podemos actuar sobre una díada, por ejemplo los padres, como manera de re situar las posiciones relativas parentales-filiales, o en el mismo caso, con la misma finalidad, actuar con los hijos, o con la totalidad de la familia. Habremos de calibrar que subgrupo está más abierto a la intervención, o más motivado, o con una actitud más negativa, o si actuar sobre un subgrupo puede provocar un hiato indeseado en la comunicación...

- Elección final de una técnica determinada: Aún después de haber contemplado los puntos anteriores puede encontrarse el terapeuta ante varias técnicas de posible aplicación. No vacile y déjese aplicar la más sencilla; las técnicas complicadas suelen ser una alternativa de lucirse el terapeuta pero su sofisticación no suele corresponderse con su utilidad.

4. Propuesta.

Otro aspecto a decidir antes de servirse de una técnica es si se introducirá de un modo sorpresivo como es el caso habitual de lo que llamamos en psicodrama interpolación de resistencias[1], o a veces, por ejemplo el modo de intervenir con el espejo, o si previamente advertimos a los sujetos de nuestra inmediata acción, si les pedimos permiso, como suele ser conveniente en el doblaje, o incluso, es necesario pedir su colaboración, como es claro en el caso de las esculturas.

5. Instrucciones o consignas. No nos cansaremos de repetir la necesidad de que las instrucciones o consignas que damos a los sujetos sean claras, precisas y comprensibles. Para ello debemos siempre adecuar el lenguaje al utilizado coloquialmente por los sujetos en función de sus niveles culturales; también que el momento elegido sea el oportuno para que lo "puedan oir" y enviado claramente al sistema o parte del sistema a quién deseamos lo reciba, sin confusión entre los miembros.

6. Desarrollo. Una vez que se ha recurrido a una técnica debemos sopesar si los que la reciben precisan o no de un mayor o menor proceso de caldeamiento. Se haya o no manejado el warming-up, una vez iniciado el proceso de la dramatización deberá, en general, respetarse el tempo personal de los sujetos, que puede diferir mucho del tempo del terapeuta.

Sea lo largo del desarrollo de la técnica, o a su fmal, podemos introducir otras técnicas (doble, cambio de roles, etc. en una escultura) o dar paso a una nueva intervención, por ejemplo, tras una escultura podemos proponer una dramatización reconstructiva en relación con aspectos patológicos desvelados por aquella.

7. Comentario.

A lo largo de la 3ª fase de la sesión (eco-grupal) se procede al comentario sobre lo ocurrido en el transcurso de la aplicación de la técnica. Se promueve la aportación emocional y se desalienta en general el comentario racional-analítico, que no suele ser en estos casos más que una agresión disimulada bajo el disfraz de un buen deseo. En castellano es muy habitual decir algo así: "Yo siento que tu estas repitiendo la forma de actuar que aprendiste de pequeño y que por eso muestras tu odio hacia las personas que..." (etc.) .¡No, por favor! ¡Corten sin temor este tipo de intervención!”


[1] Interpolación de resistencias = se trata de introducir una respuesta, un contrarol que resulta inesperado para el protagonista; rompe el círculo de su juego; le obliga a una nueva respuesta.