La Silla Vacía
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psiclogía
Director de Psicodrama
Esta técnica es muy utilizada tanto en el psicodrama
individual como en el grupal, aplicándose con múltiples variantes.
En su manejo original, el Director coloca una silla
frente al Protagonista y le solicita que imagine sentado en ella a uno de los
personajes de la historia que ha relatado en la sesión y que es motivo de la
puesta en escena. Luego le pide que le hable como si dicho personaje
estuviera sentado en la silla y le exprese los pensamientos, emociones y
sentimientos que le provoca, sean positivos o negativos. El Director puede
colocar dos sillas, para que el Protagonista y el personaje estén sentados
“frente a frente” y, eventualmente, sea más fácil efectuar un cambio de roles,
de modo que el Protagonista ocupe el lugar del personaje y así pueda decir lo
que éste siente y piensa de aquél.
Al decir de Rojas Bermúdez (1984), se trata de una
especie de “test proyectivo psicodramático”, ya que todos los contenidos
puestos en escena son parte del mundo interno del Protagonista. En este
sentido, el Director puede solicitar que en la silla vacía el Protagonista
“siente” cualquier personaje, sea real o imaginario, o aún un atributo de sí
mismo, o hasta una etapa de la vida, por ejemplo “la niñez” o “la
adolescencia”, etc.
En estos casos la inversión de roles en la silla vacía
permite la confrontación del paciente con su conflicto, asumiendo
alternativamente sus distintos componentes.
Una variante de la técnica consiste en colocar una
serie de sillas en línea o en círculo, cada una de ellas representando un
acontecimiento encadenado o una etapa vital, incluso el futuro. El Protagonista
dialoga con cada una de las sillas vacías y responde desde ellas.
Otras variantes incorporan diferentes técnicas
psicodramáticas como el doble o el espejo (con la introducción de un Yo
auxiliar), el soliloquio y las imágenes reales y simbólicas.
Esta técnica puede ser utilizada como parte del
caldeamiento ”específico para el rol” en el contexto dramático, o como
parte de la dramatización en sí misma y en respuesta a las hipótesis dramática
y terapéutica del Director.
El origen de esta técnica es parte de una larga
discusión entre las escuelas de psicodrama y los terapeutas gestálticos.
Referencias:
FORSELLEDO, A.G. “BIPOLARIDAD EXISTENCIAL Técnica de
confrontación por imágenes simbólicas”. Serie: Temas de Psicodrama.
Publicaciones de UNESU. Montevideo, 2008.
ROJAS BERMUDEZ, Jaime G. "Qué es el Psicodrama"
Buenos Aires, Ed. Celcius, 1984.
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