miércoles, 11 de mayo de 2016

El Juego como núcleo del proceso de aprendizaje II
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Tomado de: FORSELLEDO, A.G. “Promoviendo los Derechos de la Niñez en la Escuela. Manual de educación participativa”. UNESU. Montevideo, Segunda edición: septiembre de 2012.

La evolución del juego en el aprendizaje de vida

Se puede agregar junto a Rojas Bermúdez que el juego se desarrolla naturalmente en 13 el niño, como factor nuclear del aprendizaje de vida. El niño imita (juegos de imitación). Con ello descubre y aprende los modelos que su entorno le ofrece. Ajusta su aparato sensoriomotor a los esquemas de acción que percibe y ensaya los modelos de relación. Imita los roles y las situaciones, invierte los pasos, se coloca en todas las alternativas, hasta que las incorpora (Rojas Bermúdez, 1968, 1984).

Reafirmando el valor adaptativo y de aprendizaje que el juego implica para el niño, Jean Piaget dice: "El juego es el producto de la asimilación que se disocia de la acomodación antes de reintegrarse en las formas de equilibrio permanente, que harán de él su complementario en el pensamiento operatorio o racional. En este sentido, el juego constituye el polo extremo de la asimilación de lo real al Yo, y participa a la par, como asimilador, de esa imaginación creadora que seguirá siendo el motor de todo pensamiento ulterior y hasta la razón" (Sears, Piaget, Erickson 1979).

El juego pues, permite a través de la actuación, mostrar aspectos de la vida interior, resultado de las experiencias pasadas y actuales, así como de los sueños y las fantasías. Permite además liberar la espontaneidad que, en el sentido moreniano, es la capacidad de un individuo de responder con adecuación a situaciones nuevas (Cañeque, 1971).

Involucra la dimensión espacial al situarse en un ámbito determinado, de forma simultánea y no sucesiva. Cosas y personas, ritmos y desplazamientos, tonos y silencios, interactúan significativamente y dejan huellas en los que juegan. La construcción espacial da un contexto real a los hechos que ocurren durante el juego, aunque los que participan tengan conciencia de que es un "como si fuera la realidad".

Integra también la dimensión temporal, concretizada en el presente real, vibrante y compartido, en el "aquí y ahora". Se puede jugar a cosas del pasado o del futuro o de dimensiones fantásticas.


Incorpora la memoria corporal, ya que cada acto, cada actitud postural, tiene su historia que es doble, filo y ontogenética. El desarrollo de la persona y el de la especie se superponen y constituyen la memoria corporal.

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