lunes, 9 de mayo de 2016

El Juego como núcleo del proceso de aprendizaje I
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Tomado de: FORSELLEDO, A.G. “Promoviendo los Derechos de la Niñez en la Escuela. Manual de educación participativa”. UNESU. Montevideo, Segunda edición: septiembre de 2012.

El autor adoptó, desde los comienzos de la aplicación del modelo participativo que promovía desde el Instituto Interamericano del Niño (IIN/OEA), una metodología educativo-formativa que despertara en los adolescentes una conciencia crítica, autónoma y responsable, y que promoviera en ellos actitudes positivas y solidarias. Con este objetivo, tomó y adaptó una teoría desarrollada por el maestro argentino Dr. Jaime Rojas Bermúdez, que tiene al JUEGO como eje central del aprendizaje, complementándola con aportes de disciplinas como la psicología evolutiva, la etología, las teorías grupales y la educación popular.

Si se toma como punto de partida a la niñez en la primera infancia, se puede aseverar que participación, juego y aprendizaje son procesos prácticamente inseparables ya que ellos son posibles gracias a la naturaleza gregaria y lúdica del ser humano. Esto significaría que el niño o la niña aprende participando gracias al juego y, con ello, se socializa.

Más tarde, a medida que se alcanzan etapas más complejas de desarrollo y maduración y se adquieren formas progresivamente más complejas de participación, el juego queda siempre e inexorablemente unido a la participación, esto es, no hay juego si no hay participación. Aún en los juegos infantiles en donde el niño se encuentra solo jugando con objetos, él es capaz de “participar” a través de la interacción con “otros” imaginarios. Por ello, en los juegos siempre está presente la dimensión social.

Antecedentes conceptuales e importancia del juego

Como se sabe, desde distintas áreas vinculadas al hombre, filosofía, antropología, psicología, medicina, etc., se considera al juego como una necesidad prioritaria y, al constatar la universalidad del fenómeno y su importancia, se reclama su revalorización.

El historiador holandés J. Huizinga, en 1938, arribó a una primera definición sistemática del juego, por lo que se lo considera el padre intelectual del tema. Él define al juego como "una acción o actividad voluntaria, realizada en ciertos límites fijos de tiempo y lugar, según una regla libremente consentida pero absolutamente imperiosa, provista de un fin en sí, acompañada de una sensación de tensión y de júbilo, y de la conciencia de ser de otro modo que en la vida real" (Huizinga citado por Forselledo, 2000).

Esta definición ya comporta la noción etológica de “campo de juego”, que estaría constituido por: una disposición anímica (deseo de jugar), un espacio físico (los límites donde se desarrolla el juego – “aquí” ), un tiempo (es el momento de jugar - “ahora” ) y la noción de que es "como si fuera la realidad" (la realidad es distinta al juego).

Roger Caillois, seguidor de Huizinga (1958), define que la función propia del juego es el juego mismo. Ocurre para este autor, que las aptitudes que ejercita son las mismas que sirven para el estudio y las actividades serias del adulto (Caillois citado por Forselledo, 2000).

Para Henri Wallon, "en el juego puede entrar la exigencia y la liberación de cantidades mucho mas considerables de energía que las que pediría una tarea obligatoria" (Wallon citado por Forselledo, 2000).

Para D.W. Winnicott, "El jugar tiene un lugar y un tiempo (...). No se encuentra "adentro", tampoco está "afuera" (...). Jugar es hacer. Es bueno recordar siempre que el juego es por si mismo una terapia (...). En él, y quizá solo en él, el niño o el adulto están en libertad de ser creadores" (Winnicott citado por Forselledo, 2000).

Sigmund Freud sostiene que, "cada niño, en su juego, se comporta como un poeta, ya que crea un mundo propio, o mejor dicho, reordena las cosas de su mundo en una nueva forma que le agrada (...). Lo opuesto al juego no es lo serio sino lo real (...). A pesar de toda la emoción que caracteriza al mundo lúdico, el niño establece bien su diferencia y experimenta placer al unir sus objetos y situaciones imaginarias con las cosas tangibles y visibles del mundo real. Esta unión es lo que diferencia el juego de la fantasía". (Forselledo, 1996)

Volviendo al R. Caillois, en su sentido original y primario, el juego tiene algunas de las siguientes características:

1. El juego se articula libremente, es decir, que no es dirigido desde afuera.

2. La realidad en que se desarrolla el juego es ficticia, en el sentido de que se estructura mediante una combinación de datos reales y datos fantaseados.

3. Su canalización es de destino incierto en el sentido de que no prevé pasos en su desarrollo ni en su desenlace. Justamente, la característica de incierto es la que mantiene al jugador en desafío permanente, haciéndole descubrir y resolver alternativas.

4. Es improductivo, en el sentido de que no produce bienes ni servicios.

5. Es reglamentado, en el sentido de que durante su transcurso se van estableciendo convenciones o reglas "in situ", en forma deliberada y rigurosamente aceptada.

6. Produce placer, es decir que la actividad en sí promueve en forma permanente un desafío hacia la diversión.


Todas estas características se ven modificadas y pueden manejarse cuando el juego se regla exteriormente o es utilizado como medio para lograr otros objetivos, como podrían ser la educación, la capacitación laboral, la práctica de ciertos roles, la promoción de actitudes sociales positivas y hasta la participación propiamente dicha.

sábado, 30 de abril de 2016

Objetivación del conflicto
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Esta técnica fue introducida en mi trabajo con grupos de psicodrama en Montevideo, Uruguay a principios de los años 90.

Se trata de un procedimiento que puede ser aplicado en forma individual, cuando el Protagonista de la dramatización es un paciente, o con todo el grupo, cuando el Protagonista es precisamente éste.

Objetivos de la técnica

Confrontar a  la persona con un conflicto o situación que es estimulado en forma espontánea por la propia técnica, mediante la activación de registros mnémicos en las áreas del Núcleo de Yo, esto es, sensaciones corporales, representaciones mentales y actos desarrollados en el ambiente.

Objetivar el conflicto y aprender a relacionarse de un modo diferente con él.  En última instancia, se trata de ayudar al paciente a iniciar el camino para su superación (catarsis de integración).

Procedimiento

Luego de una etapa de caldeamiento esencialmente corporal, en la que se busca que el Protagonista se sienta cómodo, relajado y lejos de las anécdotas que él o sus compañeros de grupo trajeron del Contexto Social durante la primera etapa de la sesión, el Director plantea que le va a “obsequiar” una silla. Le indica que la mire, y que considere a la misma como una parte de su vida, ya sea alguien, algo, una cosa, un lugar, una época, etc. o incluso un aspecto interior de sí mismo.

Le pide que le diga cuando haya identificado qué es el objeto silla, pero le solicita que no mencione su significado, sino que lo reserve para sí.

A continuación le solicita que coloque ese aspecto de su vida - encarnado en la silla - en aquel lugar del escenario que le parezca mejor.

Ahora le pide que él mismo se ubique en aquel del escenario en el que deba estar en relación a la silla.

Luego le requiere que asuma una actitud corporal que represente como se siente en relación a ese aspecto de su vida.

A partir de este momento el Director introduce al Yo-auxiliar para que ocupe el lugar del Protagonista y asuma la forma que éste se dio a sí mismo. Le solicita al Protagonista que corrija la forma que el Yo-auxiliar ha copiado si lo cree necesario. Ahora le pregunta qué nombre le daría a esa forma. A continuación el Director invita al paciente a tomar nuevamente la forma y le insta a realizar un soliloquio de lo que piensa y siente desde ese lugar, en relación al aspecto de su vida “encarnado” en la silla.

Si en el soliloquio ese aspecto no es revelado, el Director le pregunta qué representa la silla.

A partir de este momento se trabaja la interacción del Yo del paciente (desde la forma que ha asumido) con el aspecto de su vida representado por la silla.

___________________

El desarrollo ulterior de la técnica y sus conclusiones se encuentran en: FORSELLEDO, A.G. “Técnica: Objetivación del conflicto” en: "El Encuadre Psicodramático para el Apoyo Psicológico al Educador de Calle". Publicación de apoyo a las conferencias brindadas en el Seminario-Taller sobre Uso Indebido de Drogas en Niños Trabajadores y de la Calle. CICAD. Cartagena de Indias, Colombia, setiembre de 1996. IIN/OEA, Montevideo, noviembre de 1996.









jueves, 28 de abril de 2016

Dramatización con Anticipación Simbólica
(en pacientes con distimias depresivas neuróticas)
Ariel Gustavo Forselledo 
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Fundamentación

A. G. Forselledo sostiente en su trabajo “Bipolaridad Existencial. Confrontación por imágenes simbólicas” (2008): “Según Jean Piaget, toda conducta, tratándose de un acto desplegado al exterior o interiorizado en pensamiento, se presenta como una tendencia a la adaptación o readaptación.

Las conductas, a medida que adquieren complejidad, operan funcionalmente a distancias cada vez mayores en el espacio (percepción- si mismo Psicológicos y factor TELE) y en el tiempo (memoria, anticipación simbólica, fantasías) siguiendo trayectorias cada vez más complejas, en su carácter de ser la expresión de un SER SIMBOLICO.

Otro elemento fundamental aportado por Moreno y que se vincula tanto a la dinámica del Esquema de Roles y Núcleo del Yo, como a los procesos de Asimilación en la adaptación, es el denominado Factor TELE. Este es el conjunto de procesos perceptivos que le permiten al Yo la valoración correcta de su mundo circundante mediante pautas de atracción o rechazo. A medida que la persona madura fisio-psicológicamente, el factor TELE se desarrolla con mayor complejidad. Surge un TELE para objetos, un TELE para personas, un TELE para objetos imaginados, un TELE simbólico para aspectos internos de si mismo.

El factor TELE correlaciona conceptualmente con los polos de atracción y rechazo de la topología y con la bipolaridad existencial. Cada hombre se caracteriza psicológicamente por lo que quiere y por lo que no quiere ser. En el nivel axiológico, el hombre no es uno u otro de estos aspectos, sino que lo característico es la existencia de ambos en cada individuo.

Como resultado, el hombre es "aquí y ahora" lo que intenta ser y lo que intenta no ser.

El hombre como ser simbólico se expresa precisamente por símbolos concretos personales que son imágenes expresivas de sus valores y su ética. Estas imágenes que representan valores son expresiones del YO de cada persona evidenciando los polos axiológicos que modulan su pensamiento y su conducta. En todos los niveles de existencia, el hombre va a desear entrar en contacto con lo positivo y evitar o rechazar lo negativo”.

Por su parte, Rojas Bermúdez (1997) refiriéndose a la dimensión temporal del psicodrama decía: “El psicodrama no sólo permite explorar el pasado y trabajar el presente y tu problemática inmediata, sino que nos ofrece la posibilidad de adentrarnos en el futuro mediato mediante la dramatización de la visión que el Protagonista tiene acerca de situaciones significativas esperadas o por ocurrir en su proyecto vital. Aparecen expectativas, deseos, presagios,  pronósticos, que se escenifican y desarrollan con todos los elementos posibles.

Podemos dividir, desde el punto de vista técnico, la visión futura del Protagonista en dos dimensiones: un futuro probable y un futuro ideal, lo que nos permite discriminar la distancia que hay entre sus expectativas de probabilidad cierta y el cumplimiento de sus deseos, si todas las circunstancias se dan en su favor.”

Objetivo de la técnica

La presente técnica permite valorar la severidad de algunas distimias depresivas y las posibilidades de los pacientes para enfrentar las consecuencias personales y sociales de aquellas.

Procedimiento

En el Contexto Dramático, el Director le plantea al Protagonista que arme una escena cotidiana cualquiera pero “actual”, en la que podamos ver cómo se siente, especialmente en lo relativo a la depresión que relató durante el caldeamiento.

Esta escena es el punto de partida del presente. Una vez desarrollada, el Director le solicita al Yo-auxiliar que realice un Espejo para que el protagonista pueda verse desde afuera.

A continuación le pide que arme la misma escena en 6 meses con el desenlace ideal que quiera darle a la misma, esto es, con todo lo deseado, anhelado y positivo que le gustaría que ocurriera.

Una vez más el Yo-auxiliar hace el espejo de la segunda escena.

Finalmente le pide al Protagonista que arme la escena tal como cree que realmente va a ser en 6 meses.

El Yo-auxiliar hace otra vez el espejo.

En este momento se dispone de tres escenas de similares componentes:

1) Presente y real
2) Futura e ideal
3) Futura y tal como es prevista por el Protagonista. 
Generalmente si el paciente está efectivamente cursando una depresión, esta escena será la que anticipe negativamente el futuro y tendrá un desenlace tan extremo y autodestructivo como profunda sea la distimia.

El paciente deprimido, si es de estructura neurótica, se encuentra apegado duraderamente a los objetos o situaciones. Está “anclado”, con sus posibilidades de aprendizaje disminuidas y con sus proyectos de futuro alterados en un campo psicológico tenso y amenazante (ansiedad y angustia). Con la motivación sin objeto, o con la pérdida transitoria de la motivación, triste y autodepreciado, no puede satisfacer sus necesidades ni establecer proyectos para tal fin.

Para finalizar la etapa de dramatización, el Director solicita al Protagonista que realice nuevamente la primera escena y le pide al Yo-auxiliar que interactúe en alguno de los roles complementarios, transitando lentamente hacia la escena número 3, utilizando para ello la técnica de “interpolación de resistencias”[1]. Yendo hacia lo peor, e incluso peor que lo que el propio Protagonista había planteado, se busca encontrar y conocer los límites de éste para reaccionar ante el apego a las situaciones y conflictos que lo bloquean y encontrar los objetos que le permitan satisfacer sus necesidades y visualizar el futuro con proyectos vitales.

Durante la etapa de Comentarios, el Protagonista expresa que sintió y vivió en cada una de las escenas, sus características y contrastes, así como los desenlaces que dio a las mismas. Es muy importante que haga referencia cómo se vio a sí mismo cuando el Yo-auxiliar realizaba el espejo de cada una de las escenas.

Es relevante observar si el paciente puede contrastar e integrar la experiencia de la última escena con la de la escena número 2, donde proyectaba la situación en el futuro en condiciones ideales. Las similitudes y diferencias entre ambas pueden ser importantes para el aprendizaje del paciente respecto de su apego, falta de motivación, carencia de proyectos, temores y sentimientos negativos de carácter  neurótico. Muchas veces el Protagonista descubre que no estaba tan lejos de la escena ideal y que tampoco le era muy costoso superar los obstáculos que se le planteaban en la dramatización.

El resto del grupo que conformaba el Auditorio, le devuelve al Protagonista su pensar y sentir y le señala las contradicciones y los recursos que pudo visualizar en el paciente.

El Director realiza sus comentarios sobre lo dramatizado y resalta aquellos aspectos que puedan coadyuvar al aprendizaje de vida del paciente.

El aspecto diagnóstico sobre la distimia depresiva es patrimonio del Director quién lo reserva para el seguimiento del paciente y para otras intervenciones psicodramáticas.

Referencias:

FORSELLEDO, A.G. “Bipolaridad Existencial. Técnica de confrontación por imágenes simbólicas”, UNESU – Temas de Psicodrama. Montevideo, 2008

FORSELLEDO, A.G. “El Psicodrama en las Depresiones Involutivas y Seniles”  UNESU – Temas de Psicodrama. Montevideo, 2010

 RAMOS TORRES, Verónica. “Fantasía y muerte. Una aproximación a la propia muerte en terapia” Apuntes de Psicología, 2013, Vol. 31, número 3, págs. 327-333. Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental.

ROJAS-BERMÚDEZ, J. Teoría y técnica psicodramáticas. Barcelona: Paidós, 1997.






[1] Interpolación de Resistencias
“Moreno en Fundamentos de la Sociometría en 1962, describe esta técnica como una forma de resistencia extrapsíquica, que consiste en la intervención del terapeuta dando una consigna al yo auxiliar, o introduzca elementos en la escena con el fin de poner a prueba la capacidad de una persona para hacer frente a una situación inesperada, como que el yo auxiliar reaccione desde su rol con el protagonista con una actitud que éste no esperaba; por ejemplo, si un miembro de una pareja espera la recriminación del cónyuge en una situación determinada y se encuentra con una actitud comprensiva, su expectativa de rol se desvanece, ya que no se corresponde con el supuesto rol-contrarrol de la escena interna del protagonista y le obliga a plantearse una respuesta nueva, diferente y espontánea, lo que hace que el protagonista muestre y pueda percibir así, sus recursos yoicos, y sus modos de conducta y de vinculación más naturalmente, recurriendo a modelos más reveladores de su personalidad. de los miembros de intervenir de una manera diferente a la habitual” (Ramos Torres, 2013).

viernes, 1 de abril de 2016

Video subtitulado en Español:  Jacobo L Moreno leyendo un fragmento de "Las Palabras del Padre"

Este es un material ilustrativo de valor histórico en el que puede escucharse a Jacobo L. Moreno leyendo un fragmento de su libro: "Las Palabras del Padre". El material se presenta ahora subtitulado en Español.
Subtítulos: Ariel Gustavo Forselledo

Encuentre más información sobre Jacobo L. Moreno aquí








Referencias:
Audio tomado del video de Youtube:  https://www.youtube.com/watchfeature=player_embedded&v=zngVciTk2X0) 

miércoles, 30 de marzo de 2016

Video subtitulado en Inglés:  Jacobo L Moreno leyendo un fragmento de "Las Palabras del Padre"

Este es un material ilustrativo de valor histórico en el que puede escucharse a Jacobo L. Moreno leyendo un fragmento de su libro: "Las Palabras del Padre". 
Subtítulos: Ariel Gustavo Forselledo

Encuentre más información sobre Jacobo L. Moreno aquí








Referencias:
Audio tomado del video de Youtube:  https://www.youtube.com/watchfeature=player_embedded&v=zngVciTk2X0) 

lunes, 29 de febrero de 2016

El  Soliloquio y el Aparte
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Concepto y diferencia entre ambas variantes

Durante la dramatización, el Director solicita al Protagonista que haga una pausa y exprese en voz alta los pensamientos y sentimientos que le despierta la situación que se está desarrollando.

Cuando se está desarrollando la dramatización con técnica de imágenes reales y simbólicas, el Director pide al Protagonista que asuma la forma física de cada imagen y diga en voz alta lo que piensa y siente desde esa posición.

Una variante de esta técnica es el llamado “aparte”, que se aplica cuando el Protagonista está dramatizando y el Director le indica que, sin abandonar la interacción, diga lo que piensa y siente pero indicando con algún gesto que lo que va a expresar no corresponde al diálogo en curso (por ejemplo, mover la cabeza hacia un lado).

En el caso del “aparte”, el soliloquio no debe ser considerado por el interlocutor, pero es relevante para el trabajo psicoterapéutico ya que aporta información verbal de lo que acontece en el interior del Protagonista en la situación que se dramatiza y puede modificar actitudes, facilitar el insight psicodramático, o modificar las hipótesis terapéuticas del Director.

Debe tenerse en cuenta que el soliloquio en su sentido original, “enfría” las situaciones que se dramatizan, al parar el juego de roles para aplicarlo o al trabajar con imágenes que son estáticas y menos movilizadoras que aquél. Por el contrario es extremadamente recomendable utilizarlo cuando se trata de situaciones muy movilizadoras o que propician resistencias en el Protagonista para el ejercicio de sus roles.

Surgida inicialmente en el teatro, la técnica del soliloquio le pone voz a los sentimientos y pensamientos del personaje que está dramatizando con el atributo “mágico” de que los demás roles complementarios que se están jugando no lo oyen.

jueves, 18 de febrero de 2016

Caldeamiento en el psicodrama terapéutico: Etapa de la sesión y técnica.
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Al inicio cada sesión de psicodrama terapéutico, el grupo inicia las interacciones con comentarios informales de la realidad social que acaba de dejar atrás (Contexto Social), para quedar inmerso en la realidad del grupo terapéutico (Contexto Grupal). Es usual que en este momento hayan silencios prolongados, murmuraciones, diálogos de a dos o tres pacientes. Algunos de ellos tratan de comunicarse en voz baja, por lo que el Director solicita que “socialicen” sus comentarios a fin de que todos puedan participar. También se habla de lo que ocurrió en la sesión anterior y aparecen algunas anécdotas o situaciones que van orientando la atención del grupo y de la Unidad Funcional (Director y Yo-auxiliares).

El Director va ordenando la comunicación siguiendo los canales por donde van surcando las tensiones individuales y grupales, así como las necesidades expresivas de los pacientes, sus emociones manifiestas y los focos de resistencias que pueden percibirse. Toda esta etapa de intercambios entre los pacientes y entre estos y la Unidad Funcional, corresponde al caldeamiento inespecífico en el Contexto Grupal.

Una vez que la atención grupal se focaliza en una persona, en un tema o en el grupo mismo, el Director decide si va a trabajar o no con ese emergente. A partir de este momento comenzará a caldear al protagonista por lo que la etapa es la de caldeamiento específico para el mismo.

En el Contexto Grupal el Director solicita que el emergente ofrezca más información sobre la situación o anécdota original. Se “amplifica” la misma con lo aportado por el emergente y los comentarios de los demás miembros del grupo. El Director orienta las preguntas hacia la puesta en escena que va proyectando realizar, se habla de los distintos roles y situaciones involucradas.

A partir de aquí, se pasa al Contexto Dramático y el Director comienza a construir la puesta en escena junto al Protagonista. Se inicia ahora el caldeamiento específico para el rol.

Preparar al Protagonista para la acción implica necesariamente este cambio de contexto ya que, mientras está en el grupo, lo privilegiado es lo verbal y la pertenencia a la realidad grupal. El grupo contiene y critica, protege y juzga, pero siempre en el nivel de la anécdota, de la historia relatada, del pasado. El pasaje al Contexto Dramático implica la incorporación de lo tridimensional, de lo corporal, del presente vivencial (el “aquí y ahora”) y, primordialmente, de la “acción”. El Director pues, arma la puesta en escena con el Protagonista y lo prepara para que comience a actuar, y así ponga en juego los roles implicados en la situación elegida. Para ello utiliza a los Yo-auxiliares quienes serán los responsables de involucrar y comprometer al Protagonista con la situación dramática. Este es el caldeamiento desde el rol.

El Director puede utilizar técnicas de juego de roles, inversión de roles, espejo, expresión corporal, danza, etc. para lograr el caldeamiento necesario para la dramatización.


El caldeamiento en su conjunto y en sus diferentes momentos, prepara al Protagonista para la dramatización al contraer el Sí Mismo Psicológico (SMP) y con ello, disminuir la tensión del campo. El campo psicológico del Protagonista es ahora un campo de “juego” y de “aprendizaje”, lo que es esencial para el acto terapéutico que habilita el descubrimiento de soluciones, la incorporación de lo conflictivo y desconocido, el aprendizaje y desarrollo de roles y la catarsis de integración.

lunes, 8 de febrero de 2016

Video: Historia Psicodramática

Este es un material ilustrativo con fines pedagógicos, tomado con autorización de la película "Dr. Ghelman", IAM, Montevideo, 2015

Encuentre más información sobre esta técnica en este aquí

Video: Técnica Silla Vacía con Inversión de Roles

Este es un material ilustrativo con fines pedagógicos, tomado con autorización de la película "Dr. Ghelman", IAM, Montevideo, 2015

Encuentre más información sobre esta técnica en este aquí

lunes, 4 de enero de 2016

Video: Caldeamiento Específico por Jacobo Moreno


Este video editado por la AUPPG muestra cómo el maestro realizaba el "Caldeamiento específico para el Rol" en un sociodrama de pareja.

Obsérvese que Moreno va del esposo a la esposa a quién finalmente elige como protagonista de la dramatización.

Otro detalle interesante es que la Yo-auxiliar empleada por Moreno es su esposa Zerka.

Las imágenes fueron filmadas durante el Primer Congreso Internacional de Psicodrama de París, 1964.

La fuente del documento es: www.psychoterapy.net

El subtitulado en español es de la AUPPG

lunes, 28 de diciembre de 2015

Comentarios sobre una vieja entrevista al Dr. Rojas Bermúdez
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

De acuerdo con una entrevista realizada al Dr. Jaime Rojas Bermúdez y publicada en la Revista de Psiquiatría y Psicología Humanista, del Centro de Análisis Transacional de Barcelona en 1985 (citada en el sitio: “Psicodrama Vivo: Experiencias en torno al Psicodrama”, 2013), el entrevistado habla de sus aportes fundamentales al psicodrama moderno, como son la definición y el uso del encuadre, el objeto intermediario, las imágenes reales y simbólicas y, muy especialmente, la teoría de Esquema de Roles y el Núcleo del Yo. Esta última se constituiría en la teoría de la personalidad del psicodrama, integrando conocimientos de diversos campos, como la psicología, la sociología, la psiquiatría, la neurología, el desarrollo fisiológico, la etología, entre otros.

En relación este último punto, le preguntaron si su teoría de la personalidad era capaz de responder a preguntas no contestadas por otras teorías. El Dr. Rojas Bermúdez respondió afirmativamente indicando que: La búsqueda de una explicación teórica surgió como parte de un trabajo clínico, es decir, el modelo con el que yo había empezado a trabajar parte del modelo psicoanalítico; después de eso la clínica no coincidía con el enfoque psicoanalítico y empezó la búsqueda de otra forma de comprender la estructura de la personalidad. Eso fue lo que me llevó a la investigación con pacientes psicóticos que me permitían trabajar mucho más seguro porque había menos variables en la tarea”.

Esta respuesta deja en claro que el Dr. Rojas Bermúdez, en sus comienzos como psicoanalista que exploraba con el psicodrama, se encontró con las contradicciones y desajustes que existen entre el enfoque teórico del psicoanálisis y los hallazgos de la clínica psicodramática. En particular, fue fundamental el trabajo con pacientes psicóticos crónicos, internados en el Hospital Borda de la ciudad de Buenos Aires, donde el Dr. Rojas Bermúdez no sólo sistemtatiza el encuadre del psicodrama, sino que descubre el Objeto Intermediario y desarrolla la teoría del Esquema de Roles.

El entrevistador se interesaba entonces por conocer si las características personales o psicológicas del profesional actuante, influirían en su tendencia hacia un tipo de teoría o de técnica y no a otra.

El Dr. Rojas manifestaba que esa influencia personal existía, pero indicaba “... creo que tiene que ver con el aprendizaje. Hay elementos que facilitan que un individuo se dedique a cierto tipo de actividad. Ahora recordaba la creación del diván con el sillón detrás, por Freud, él lo planteó como que él no podía estar soportando todo el santo día que hubiera gente mirándole la cara. Es un poco de qué manera uno recurre a un encuadre para protegerse o ayudarse a sí mismo. De este modo yo pienso que las características de un individuo fóbico tenderán a una actitud terapéutica distinta que la de un individuo obsesivo”.

Entonces, además de las características individuales del profesional, influye el aprendizaje que se realiza desde el rol que se ejerce. En este sentido Freud habría recurrido al diván porque era reacio al contacto cara a cara, y la relación verbal pasiva lo protegía y se ajustaba más a sus características personales.

El entrevistador le preguntaba si se podía ser Kleiniano y aplicar el psicodrama de Rojas Bermudez, o ser Lacaniano y aplicar el psicodrama de Moreno.

Rojas Bermúdez respondía que “...en la vida se puede hacer de todo. Hay mezclas variadas pero el problema de la mezcla es que al final uno no sabe qué está tomando, entonces, pienso que lo ideal sería tener una línea de trabajo teórica y práctica coherente, pero trabajar de una manera y hacer la lectura de otra es una situación que lleva a que uno no sepa realmente qué es lo que está haciendo”.

Como siempre, el Dr. Rojas Bermúdez es prágmático y conciso. La libertad de elección de un modelo psicoterapéutico, y del modo de ejercitar la psicoterapia, es un derecho, pero la misma se equilibra con la responsabilidad del profesional. Este tiene que tener una formación sólida que le permita integrar teoría, metodología y técnica, haciendo que el trabajo terapéutico resultante sea responsable, consistente y coherente. De lo contrario, como es tan frecuente ver en la práctica clínica, se mezclan teorías y metodologías que tienen profundas contradicciones epistemológicas y técnicas, dando como resultado experiencias oscuras, imprudentes y hasta iatrogéncias.

Consultado finalmente sobre la consolidación de su teoría, el Dr. Rojas Bermúdez expresaba: Yo creo que está bastante estructurado, pero es indudable que hay toda una serie de investigaciones a seguir realizando, sobre todo para comprender la fisiosicopatología. Yo pienso que es un modelo de pensamiento, modelo teórico útil para empezar a enfocar las enfermedades mentales de otra manera, todavía no está acabado. Hay un campo de investigación para continuarlo”.

Y la investigación y el trabajo desde su escuela continuó y continúa, principalmente en España donde reside, y también en Argentina, Uruguay y Brasil, países donde el maestro dejó abiertos los caminos entre los años 70 y 80.

Referencias:


Psicodrama Vivo: Experiencias en torno al Psicodrama”, 2013. Sinopsis Entrevista a Rojas Bermudez, 1985. Tomada de:Revista de Psiquiatría y Psicología Humanista. Centro de Análisis Transacional. Av. de Madrid, 133, 1º 1. Barcelona. ISSN: 0212-6451.

jueves, 17 de diciembre de 2015

Sociodrama de Familia - Ejemplo Clínico
Grupo familiar con una paciente esquizofrénica

El caso que se presenta ilustra la metodología desarrollada en el trabajo: “La Familia. Marco referencial y abordaje sociodramático” (Ithurralde, Forselledo, Rodríguez, 1984). Al mismo tiempo muestra el tipo particular de comunicación que se establece en aquellas familias que tienen un integrante con enfermedad esquizofrénica. 

Acceda aquí al documento completo de forma gratuita.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Psicodrama con Títeres
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Esta es una variante técnica muy utilizada en el tratamiento de niños, como un complemento o recurso a aplicar en algunos períodos en los que los niveles de angustia son muy elevados, por ejemplo, a los comienzos del tratamiento.

Rojas Bermúdez ha introducido los títeres en el tratamiento con psicóticos crónicos ("Títeres y Psicodrama", Ediciones Genitor, 1968) para facilitar el caldeamiento y la participación de los enfermos en la Dramatización. La experiencia de Rojas con psicóticos se realizó en el Hospital Borda de la ciudad de la ciudad de Buenos Aires, con personas que tenían más de 10 años de internación y cuyo estado revelaba un extremo ensimismamiento y retracción con una progresiva pérdida del contacto con el medio social inmediato.

El títere, como "Objeto Intermediario", focaliza la atención del paciente y éste, por estímulo del Director, comienza a dialogar con aquél. Como consecuencia, emerge un Protagonista que pasa al Escenario y participa de la Dramatización con la intervención de los títeres manejados por los Yo-auxiliares y luego por el propio paciente.

Los títeres facilitan la Dramatización y el contacto con el paciente.

El fundamento de los títeres es que dosifican los mensajes que normalmente pueden ser decodificados como peligrosos por el paciente psicótico, logrando un vínculo precario por intermediación de este objeto. Por ejemplo, mientras el rostro humano envía 100 mensajes, se calcula que el títere emite 5.

La fundamentación de esta técnica, basada en la teoría del Esquema de Roles (Rojas Bermúdez, 1979) es que los protagonistas utilicen roles poco desarrollados o sumergidos en el Si Mismo Psicológico para la expresión de emociones, sentimientos, afectos e ideas que no han podido hasta el momento traducirse en comportamientos sociales adaptativos.

A nivel del trabajo con niños, pretende incorporar en forma controlada la “vivencia”, para el enfoque de temas dolorosos como violencia familiar, separación de los padres, trastornos de conducta, trastornos del control esfinteriano, etc.

El proceso se inicia con la construcción de dos Títeres por miembro del grupo. Esto permite la aproximación a la técnica desde sus orígenes. El títere nace de cada participante, es moldeado y pintado por él. Es vestido por él y luego es identificado con un nombre propio. De esta manera se constituye en un producto de la proyección de partes de su personalidad y, por tanto, es pasible de una correcta identificación.

Una segunda etapa, está constituida por algunos juegos de manejo del títere, a los efectos de que los participantes se familiaricen con la coordinación visomanual del mismo.

Una tercera etapa da inicio a las primeras dramatizaciones espontáneas: Presentación de los personajes (cada niño presenta sus dos títeres y habla de quiénes son y cómo son sus vidas), interacción entre varios participantes con uno de los títeres y análisis de las historias surgidas.

Una vez que protagonistas y auditorio, están en el clima apropiado, el monitor puede intervenir desde afuera o introducir un Yo-auxiliar para inducir el diálogo sobre los temas que los participantes no hubieran planteado.

De acuerdo a las necesidades de la situación planteada, el o los protagonistas conjuntamente con el Director y el auditorio, comentarán y tratarán de comprender lo ocurrido en la Dramatización, refiriéndose exclusivamente al juego y evitando las referencias personales. Si la historia quedó inconclusa, se pueden discutir distintas alternativas de desenlace y luego pasar a dramatizarlas.

Se evidencian así los elementos más significativos de las situaciones surgidas y se obtiene una opinión grupal que se enriquece con la "vivencia controlada" de la dramatización con títeres.

EL TITERE MOTIVA EMOCIONALMENTE AL NIÑO PARA UN APRENDIZAJE QUE FACILITA:

* Modificar conductas
* Incentivar la creatividad
* Promover la espontaneidad
* Desarrollar su sentido estético
* Enriquecer su caudal imaginativo
* Enriquecer su expresión verbal
* Perfeccionar su sensibilidad auditivo-visual
* Adquirir conocimientos
* Desarrollar sus destrezas psicomotrices
* Expresar conflictos.


Referencias:

FORSELLEDO, A.G. “Niñez en Situación de Calle Un Modelo de Prevención de las Farmacodependencias basado en los Derechos Humanos”. IIN/OEA. Segunda Edición. Montevideo, 2002.
ROJAS BERMÚDEZ, J.G."Títeres y Psicodrama", Ediciones Genitor. Buenos Aires, 1968.
ROJAS BERMÚDEZ, J.G. “El Núcleo del Yo”. Ed. Genitor, Buenos Aires, 1979
ROJAS BERMUDEZ, Jaime G. "Qué es el Psicodrama" Buenos Aires, Ed. Celcius, 1984.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Técnica: Inversión de Roles
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

La inversión de roles es una de las técnicas más empleadas en el psicodrama y una de las que lo caracteriza. Esta técnica se basa en el principio del “Encuentro” que, al igual que el psicodrama, fue creada por Jacobo L. Moreno.

El principio del encuentro es una de las bases conceptuales del pensamiento filosófico, de la visión antropológica y del modelo psicoterapéutico de Moreno.

Moreno refiere:

"Al principio fue el Verbo" dice el Evangelio según San Juan.
"Al principio fue el Acto" dice el Fausto en el mito de Goethe.
"Al principio fue el Encuentro"

Y esto es porque Moreno cree que el encuentro es “estar uno con otro”, como fenómeno esencial de la naturaleza social humana. En el encuentro dos personas son capaces de ponerse cada una en el lugar de la otra con una correcta percepción télica y actuando con espontaneidad. Es pues, una cualidad humana que no puede prepararse ni preverse de antemano, y sólo puede acontecer en el instante.

El encuentro permite al ser humano relacionarse consigo mismo, con el otro en el mundo y con la trascendencia.

Moreno describió este principio en uno de sus poemas:

"Un encuentro de dos: ojo a ojo, cara a cara,
y cuando esté cerca arrancaré tus ojos
y los colocaré en el lugar de los míos,
y tu arrancarás mis ojos
y los colocarás en el lugar de los tuyos,
entonces, yo te miraré con tus ojos
y tu me mirarás con los míos.”

La técnica de la inversión de roles personifica el contenido del poema, cuando en el psicodrama y durante la dramatización, el Director solicita al Protagonista que intercambie el rol que viene jugando con su interlocutor (un Yo auxiliar u otro miembro del grupo).

De este modo cada uno en la interacción se coloca en el lugar del otro encarnado su personaje, adoptando su actitud física y compenetrándose con la manera del ser del rol complementario.

Si la técnica se desarrolla apropiadamente, el Protagonista tiene la invalorable posibilidad de “ver desde adentro” la realidad del otro, confrontándose con lo que pensaba antes de él y logrando la vivencia simultánea de los dos roles contrapuestos. La comprensión resultante puede, aunque no siempre, permitir el insight psicodramático o catarsis de integración.

Objetivos

- Cambiar el rol jugado por el protagonista por el de su interlocutor o interlocutora a fin de permitirle explicar, entender y aprender un hecho o situación, a partir del punto de vista del otro.

- Objetivar una situación de aprendizaje a partir de la realidad y punto de vista del "Otro", así como verse a "si mismo" en acción desde el rol complementario. Esto otorga la posibilidad de la vivencia simultánea de los roles complementarios, lo que ayuda a mejorar la comprensión de la situación y de la relación recíproca.

Procedimiento

Bien aplicada, la técnica de inversión de roles, produce beneficios significativos en el procesos psicoterapéutico o pedagógico y es, posiblemente, la más utilizada por su sencillez y sus resultados. El Director solicita al protagonista que se ubique en la posición de su interlocutor y adopte su rol y su actitud. Luego pide que se reinicie la dramatización desde el punto en que había quedado o, en algunos casos, que se retome desde el principio, con los roles invertidos. Posteriormente, en la etapa de comentarios, le pide al protagonista que manifieste que piensa y siente de haber estado en el “lugar del otro”.

Referencias:

-  FORSELLEDO, Ariel Gustavo. "El Psicodrama aplicado al tratamiento del consumo de drogas” Serie: Temas de Psicodrama. Publicaciones de UNESU. Montevideo, 2008.
- MORENO, J. L. “Psicoterapia de grupos y psicodrama” FCE México, 1966.


- ROJAS BERMUDEZ, Jaime G. "Qué es el Psicodrama" Buenos Aires, Ed. Celcius, 1984.

martes, 6 de octubre de 2015

Psicodrama con Títeres
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Esta es una variante técnica muy utilizada en el tratamiento de niños, como un complemento o recurso a aplicar en algunos períodos en los que los niveles de angustia son muy elevados, por ejemplo, a los comienzos del tratamiento.

Rojas Bermúdez ha introducido los títeres en el tratamiento con psicóticos crónicos ("Títeres y Psicodrama", Ediciones Genitor, 1968) para facilitar el caldeamiento y la participación de los enfermos en la Dramatización. La experiencia de Rojas con psicóticos se realizó en el Hospital Borda de la ciudad de la ciudad de Buenos Aires, con personas que tenían más de 10 años de internación y cuyo estado revelaba un extremo ensimismamiento y retracción con una progresiva pérdida del contacto con el medio social inmediato.

El títere, como "Objeto Intermediario", focaliza la atención del paciente y éste, por estímulo del Director, comienza a dialogar con aquél. Como consecuencia, emerge un Protagonista que pasa al Escenario y participa de la Dramatización con la intervención de los títeres manejados por los Yo-auxiliares y luego por el propio paciente.

Los títeres facilitan la Dramatización y el contacto con el paciente.

El fundamento de los títeres es que dosifican los mensajes que normalmente pueden ser decodificados como peligrosos por el paciente psicótico, logrando un vínculo precario por intermediación de este objeto. Por ejemplo, mientras el rostro humano envía 100 mensajes, se calcula que el títere emite 5.

La fundamentación de esta técnica, basada en la teoría del Esquema de Roles (Rojas Bermúdez, 1979) es que los protagonistas utilicen roles poco desarrollados o sumergidos en el Si Mismo Psicológico para la expresión de emociones, sentimientos, afectos e ideas que no han podido hasta el momento traducirse en comportamientos sociales adaptativos.

A nivel del trabajo con niños, pretende incorporar en forma controlada la “vivencia”, para el enfoque de temas dolorosos como violencia familiar, separación de los padres, trastornos de conducta, trastornos del control esfinteriano, etc.

El proceso se inicia con la construcción de dos Títeres por miembro del grupo. Esto permite la aproximación a la técnica desde sus orígenes. El títere nace de cada participante, es moldeado y pintado por él. Es vestido por él y luego es identificado con un nombre propio. De esta manera se constituye en un producto de la proyección de partes de su personalidad y, por tanto, es pasible de una correcta identificación.

Una segunda etapa, está constituida por algunos juegos de manejo del títere, a los efectos de que los participantes se familiaricen con la coordinación visomanual del mismo.

Una tercera etapa da inicio a las primeras dramatizaciones espontáneas: Presentación de los personajes (cada niño presenta sus dos títeres y habla de quiénes son y cómo son sus vidas), interacción entre varios participantes con uno de los títeres y análisis de las historias surgidas.

Una vez que protagonistas y auditorio, están en el clima apropiado, el monitor puede intervenir desde afuera o introducir un Yo-auxiliar para inducir el diálogo sobre los temas que los participantes no hubieran planteado.

De acuerdo a las necesidades de la situación planteada, el o los protagonistas conjuntamente con el Director y el auditorio, comentarán y tratarán de comprender lo ocurrido en la Dramatización, refiriéndose exclusivamente al juego y evitando las referencias personales. Si la historia quedó inconclusa, se pueden discutir distintas alternativas de desenlace y luego pasar a dramatizarlas.

Se evidencian así los elementos más significativos de las situaciones surgidas y se obtiene una opinión grupal que se enriquece con la "vivencia controlada" de la dramatización con títeres.

EL TITERE MOTIVA EMOCIONALMENTE AL NIÑO PARA UN APRENDIZAJE QUE FACILITA:

* Modificar conductas
* Incentivar la creatividad
* Promover la espontaneidad
* Desarrollar su sentido estético
* Enriquecer su caudal imaginativo
* Enriquecer su expresión verbal
* Perfeccionar su sensibilidad auditivo-visual
* Adquirir conocimientos
* Desarrollar sus destrezas psicomotrices
* Expresar conflictos.


Referencias:

FORSELLEDO, A.G. “Niñez en Situación de Calle Un Modelo de Prevención de las Farmacodependencias basado en los Derechos Humanos”. IIN/OEA. Segunda Edición. Montevideo, 2002.
ROJAS BERMÚDEZ, J.G."Títeres y Psicodrama", Ediciones Genitor. Buenos Aires, 1968.
ROJAS BERMÚDEZ, J.G. “El Núcleo del Yo”. Ed. Genitor, Buenos Aires, 1979
ROJAS BERMUDEZ, Jaime G. "Qué es el Psicodrama" Buenos Aires, Ed. Celcius, 1984.