viernes, 14 de julio de 2017

Agresividad, agresión y violencia en el Psicodrama
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología

Director de Psicodrama

Si bien hay una gran diversidad conceptual respecto de la agresividad, la agresión y la violencia, se intentará exponer resumidamente estos conceptos en el marco de la teoría, metodología y técnicas del psicodrama terapéutico.

¿Qué es la agresividad?

Se entiende por agresividad a aquel impulso innato del ser humano que está dirigido a favorecer su autoafirmación, adaptación y desarrollo social, incluyendo la protección y defensa de su integridad. Se trataría pues, de una disposición natural que es susceptible de recibir influencias del medio ambiente en el cual el individuo vive. Esto es, dependiendo de la matriz familiar, social y cultural en la que se encuentre, la agresividad podrá ser reforzada, estimulada o contendida y descalificada. La patología de la agresividad puede devenir en comportamientos violentos hacia el propio individuo (autodirigidos) o hacia los demás y el medio ambiente (heterodirigidos).

En el lenguaje coloquial, la agresividad tiene una connotación bipolar, Por un lado hace referencia a la conducta positiva de autoafirmación, coraje y autodefensa y, por otro, a la conducta negativa de atacar, hacer daño a otro. Esta bipolaridad contribuye a crear confusiones e imprecisiones en el lenguaje cotidiano.

¿Qué es la agresión?

El término agresión se utiliza para designar el acto agresivo en sí, o sea, la conducta externamente observable. Siguiendo a Lagache (1960, citado por Muñoz Vivas, 2000), “la Agresividad es a la Agresión, lo que la disposición es al acto”.

De hecho se puede ser agresivo tanto activamente (amenazando, insultando, pegando o, aún matando), como pasivamente (ignorando, denegando, bloqueando el acceso a recursos u oportunidades, excluyendo, etc.).

Lo que especificaría a la agresión es el carácter intencional, volitivo (yoico) y, en general, conciente. Si bien las motivaciones pueden ser diferentes y de mayor o menor complejidad, siempre involucran un objeto elegido por el Yo y una finalidad que va más allá de aquella descrita para la agresividad como impulso adaptativo y de autoafirmación, implica, la finalidad de hacer daño al objeto.

Desde la perspectiva del Esquema de Roles, la agresión verbal-actitudinal es patrimonio del Yo y de los Roles Sociales. En cuanto al Sí Mismo Psicológico, éste tiene una dilatación escasa o moderada ya que la conducta agresiva requiere del control social de las mismas. Una dilatación severa, que cubra los roles sociales, da lugar a respuestas “todo o nada”, entre las que se encuentran las respuestas violentas.

Ver figuras 1 y 2

 Figura 1 - El Esquema de Roles
 
 Figura 2 - Agresión 
¿Qué es la violencia?

Es una expresión patológica de la agresividad y excede y desborda a la llamada agresión. En la agresión había control de parte del Yo y un objeto elegido para la misma. En la violencia, el individuo se encuentra bajo compromiso total (con el Sí Mismo Psicológico dilatado), con bajo o nulo control yoico (como ocurre en el caso del pánico). La descarga motora de la violencia es extrema, aguda y de corta duración (aunque puede repetirse si el compromiso total se mantiene), caracterizándose por no tener en cuenta al otro y por la falta de reconocimiento del objeto de su acción. Las conductas violentas en concentraciones masivas son un ejemplo en donde los individuos descontrolados destruyen todo lo que encuentran a su paso, sin considerar qué, ni a quiénes, cómo, ni dónde.

Ver figura 3
  
Figura 3 - Violencia 

En la segunda parte de esta presentación, se hará referencia al abordaje psicodramático de la agresividad y la agresión.

Referencias:

FORSELLEDO, A.G. “Manual Práctico de Psicopatología” Publicaciones de UNESU. Montevideo, 2009.

MUÑOZ VIVAS, F. “Agresividad, Agresión y Violencia” Capitulo 2. Tesis Doctoral. Facultad de Psicología. Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 2000. Fuente: http://adolescenciaantisocial.blogspot.com/2012/07/agresividad-agresion-y-violencia.html

ROJAS BERMÚDEZ, J.G. “El Núcleo del Yo”. Ediciones Genitor. Buenos Aires, 1979.

viernes, 7 de julio de 2017

Manual Práctico de Psicopatología

Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología

Nota: Se han tomado partes textuales y otras modificadas de la edición de 1991:
Forselledo, Ariel Gustavo; da Silva Rodio, Fredy, "Manual Práctico de Psicopatología" OPTAR - IIN/OEA, Montevideo, 1991

Publicación sin fines de lucro de UNESU Acceda al documento completo en forma gratuita
Se autoriza su reproducción total o parcial citando la fuente.
Montevideo, junio de 2009

Introducción

Introducir al lector al presente Manual Práctico de Psicopatología obliga a hacer un poco de historia sobre su origen y objetivos.

Entre 1984 y 1996 el autor ocupó el cargo de Profesor de Psicopatología de la carrera de Psicología en la Universidad Católica del Uruguay, siendo responsable de las prácticas en los Hospitales Musto y Vilardebó de la ciudad de Montevideo. Compartiendo dicha tarea con el psiquiatra uruguayo, Dr. Fredy da Silva Rodio, surgió la inquietud y la necesidad de que los estudiantes contaran con un material de estudio comprensible y coherente con el programa académico de la asignatura. Fue así que ambos profesores desarrollaron una serie de "fichas" que resumían los aportes fundamentales de la bibliografía básica sobre semiología psiquiátrica, las que se distribuían mediante fotocopias. Habiendo elaborado varias de esas "fichas" se decidió compilarlas en una suerte de "Manual Práctico" que fuera de fácil acceso para los estudiantes y prácticamente no tuviera costos.

Las circunstancias que posibilitaron tal objetivo estuvieron dadas por dos hechos complementarios. El primero de ellos era que, desde 1985, el Dr. Fredy da Silva y el autor eran respectivamente presidente y vicepresidente de la Asociación Uruguaya para la Prevención del Alcoholismo y la Farmacodependencia (OPTAR), de la que además eran fundadores. El segundo hecho era que esta primera organización de prevención de farmacodependencia sin fines de lucro y con personería jurídica en el Uruguay, tenía una estrecha relación con el Instituto Interamericano del Niño (IIN) de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Fue así que con la colaboración del IIN/OEA, OPTAR publicó en el año 1991, una edición del "Manual Práctico de Psicopatología", bajo el formato de repartido; material que fue ampliamente distribuido en las sucesivas generaciones de estudiantes de la Universidad Católica.

Habiendo pasado muchos años y con el mismo espíritu con el que se publicó aquél primer documento, es que el autor, contando con el apoyo del Universitario de Estudios Superiores (UNESU), del cual es su Director Académico Honorario, decidió realizar una actualización del material, editando algunas partes del original y agregando algunos temas complementarios.

El documento que se presenta es, pues, una recopilación del trabajo de autores fundamentales en psicopatología clínica, abarcando los síndromes psiquiátricos principales conjuntamente con algunas consideraciones teóricas sobre la psicopatología de los mismos.
Mantenemos la esperanza de que estudiantes, profesores, médicos, psicólogos y otros profesionales de la salud mental, puedan hacer uso de esta modesta herramienta técnica de distribución gratuita.

Por respeto a la historia del documento, se transcribe la Introducción de la edición de 1991 y, como testimonio del esfuerzo interinstitucional desinteresado que representó, es que se reproduce la tapa y contratapa de la misma.

Montevideo, 2009

martes, 30 de mayo de 2017

NOVEDAD: UN LIBRO SOBRE PSICODRAMA DE DISTRIBUCIÓN LIBRE

"Temas de Psicodrama" 
Teoría, Metodología y Técnicas

Este libro no es una introducción al psicodrama, a su encuadre o a sus técnicas. Se trata de una publicación que discute y profundiza sobre algunos tópicos que el autor considera relevantes en la práctica psicodramática.

El material que se presenta, nace del intercambio con muchos profesionales que, desde los más distantes lugares, ingresaron al blog del autor sobre “temas de psicoterapia de grupo y psicodrama”, estimulándolo a integrar en una publicación aquellas ideas, ponencias y artículos de su autoría que venía divulgando desde ese lugar.

La primera parte del libro se denomina: “conceptualizaciones teóricas”, e incluye siete temas  diversos que hacen al marco de referencia teórico del psicodrama.

La segunda parte presenta algunos de los aportes del Dr. Jaime G. Rojas-Bermúdez  al psicodrama, y la tercera, lo complementa con lo que el autor ha denominado “apuntes sobre la teoría de la personalidad en el psicodrama”, que recoge lo medular de la teoría de Rojas-Bermúdez, así como ciertas contribuciones de otros psicodramatistas.

La cuarta parte expone varias de las aplicaciones del psicodrama en distintos campos de la clínica y la pedagogía.

La quinta y última parte desarrolla once variantes del arsenal técnico del psicodrama terapéutico.

Se anhela que los psicodramatistas que accedan a este libro puedan encontrar en él, alguna herramienta que los ayude en su quehacer clínico, psicoterapéutico o pedagógico.

Si está interesado puede solicitarlo a: temasdepsicoterapia@gmail.com.

Ariel Gustavo Forselledo
Arlington, VA





martes, 14 de marzo de 2017

Algunos sustentos "existencialistas" del psicodrama de Jacobo L. Moreno
Ariel Gustavo Forselledo

Licenciado en Pisoclogía
Director de Psicodrama 


El psicodrama, tal cual lo desarrolló Jacobo L. Moreno, bien podría considerarse como "existencialista". En tal sentido, Moreno entiendía como fundamental la recuperación de la espontaneidad y de la creatividad en el psicodrama, ideas que están claramente arraigadas a esa corriente de pensamiento.

Durante el desarrollo y maduración del niño, la sociedad y la cultura van limitando y distorsionando los procesos de creatividad y espontaneidad (tan pujantes en las etapas tempranas de la vida), en pro de la inserción y el desarrollo de roles acordes a las expectativas del contexto social de pertenencia.

En este contexto es que Moreno sostiene que el psicodrama terapéutico ayuda al paciente a reencontrar su "Yo primitivo", enfatizando el valor del "aquí y ahora" como el locus-tiempo en el que se promueve la espontaneidad, la creatividad y la acción, en la búsqueda de un aprendizaje o reaprendizaje para la vida.

Su teoría integra conceptos como el de "roles", definiendo la personalidad como "el conjunto de roles que desempeña el sujeto". En su obra "Psicodrama" (1961), Moreno describe: "El ejecutor de roles es anterior a la aparición del Yo. Los roles no provienen del yo, sino que el Yo emerge de los roles".

Si bien estudios posteriores han demostrado que primero es el "Yo", como conciencia de sí mismo, y de él van emergiendo y desarrollándose los roles, Moreno descubre y demuestra que todas las personas desempeñan roles en la vida. Desde este punto de partida, el creador del psicodrama establece que algunos roles vienen impuestos por la sociedad o se desempeñan como reacción a los roles representados por los otros en el contexto social.

De aquí surge el concepto de elasticidad y plasticidad del Yo, en tanto hay personas espontáneas y creadoras que son capaces de modificar y enriquecercreativa y espontaneamente, sus roles, y hay otras que son rígidas y repiten de modo estereotipado y mecánico el desempeño de los mismos.

Para Moreno, el neurótico posee un escaso número de roles, lo que limita sus posibilidades de inserción social. Al mismo tiempo, esos roles son infantiles y estereotipados. El psicodrama ayuda a la persona a desarrollar sus roles y a asumir otros nuevos, por lo que sus capacidades de interacción con otros se enriquece y se flexibiliza el pasaje de un rol a otro. La variedad y riqueza de los roles se correlaciona con la maduración y el desarrollo de la personalidad.

Como se mencionó más arriba, otro concepto moreniano clave es el de la espontaneidad, ya que éste "anima todos los fenómenos psíquicos, dándoles novedad, frescura y flexibilidad" (Moreno, 1961). La espontaneidad es la capacidad de la persona para dar la respuesta más adecuada a una situación nueva en el momento presente. Sentimiento, pensamiento y acto se integran en una respuesta completa y adecuada a a demanda de la situación novedosa o a la originalidad de la misma ante una situación conocida.

Mediante el desarrollo de la espontaneidad, el psicodrama permite que el paciente encuentre mejores y más adecuadas respuestas ante situaciones de vida novedosas, conflictivas o inconclusas.
 
Referencias

MORENO, J.L. "Psicodrama". Editorial Horme. Buenos Aires, 1961.



lunes, 13 de marzo de 2017

Psicodrama y Análisis Existencial
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama


El psicodrama ortodoxo desarrollado por Jacobo L. Moreno y continuado por algunas escuelas latinoamericanas, tiene un fuerte arraigo en el humanismo existencialista en tanto se ocupa, precisamente, del análisis de la existencia humana. 


El psicodrama trata las situaciones humanas con métodos de acción, trabajando la relación del individuo con el mundo (en el cual enferma y en cual debe curarse). Para ello, el psicodrama ubica a la persona sobre un escenario, donde puede esclarecer sus conflictos y resolver sus problemas, recreando a los otros significativos de sus contextos familiar y social con la colaboración de los Yo-auxiliares. Este proceso implica considerar tanto la relación sujeto-objeto como la capacidad personal de proyectarse y trascender, cualidades que son exclusivas del ser humano. La capacidad humana de establecer relaciones no es estática, sino dinámica y en términos de posibilidad, esto es, la cualidad de lo posible es la cualidad del "Yo espero", "Yo proyecto", "Yo anticipo". 

La intencionalidad referida al objeto es lo que caracteriza a la conciencia en su pleno sentido y lo que le da integridad a la vivencia.

Moreno en su libro "Psicoterapia de Grupo y Psicodrama" (1966) decía a propósito del análisis existencial:

"La debilidad del análisis existencial consiste en que, habiendo desarrollado un sistema filosófico, no ha sido capaz de crear una tecnología propia. Pero me parece que la tecnologia que mejor responde a las exigencias del análisis existencial existe ya: es el psicodrama. No es una casualidad que el método psicodramático se adapte al análisis existencial. El psicodrama ha proclamado ya hace más de treinta años algunas de las tesis más importantes del análisis existencial". 

Luego establecía respecto de la valoración terapéutica existencial: "El psicodrama, a pesar de desarrollarse como una ciencia, nunca ha abandonado su arraigo existencial en la vida. Lo existencial es y seguirá siendo siempre uno de sus caracteres esenciales. Las creaciones en el encuentro aquí y ahora son únicas e inmediatas. Las vivencias comunes de dos cónyuges o dos amigos no necesitan pruebas específicas ni valoración científica. Poseen para los interesados la suprema veracidad íntima y el supremo valor existencial. Pero la valoración existencial no excluye a la científica. Estas dos formas se han vinculado muy eficazmente en la investigación sociométrica y psicodramática". 

Referencias

- MORENO, J. L. “Psicoterapia de Grupo y Psicodrama” FCE México, 1966.

domingo, 17 de julio de 2016

El Psicodrama en la Esquizofrenia
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama


El presente artículo discute la psicopatología de las psicosis crónicas de acuerdo a la teoría del Núcleo del Yo del Dr. Jaime Rojas Bermúdez y presenta algunos hallazgos en el trabajo psicoterapéutico con  pacientes crónicos internados en hospitales y centros resindenciales psiquiátricos. Se destaca el trabajo con títeres como “objeto intermediario”.

miércoles, 1 de junio de 2016

Algunas indicaciones del Psicodrama Terapéutico
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama
Las indicaciones del psicodrama terapéutico son muy amplias, siendo pocas las patologías individuales o las situaciones vinculares en las que no debería aplicarse.

Las presentaciones clínicas y las comunicaciones realizadas por psicodramatistas en diversos ámbitos académicos y clínicos muestran que el psicodrama terapéutico tiene una respuesta formidable en el tratamiento de los conflictos vinculares.

El diagnóstico del esquema de roles del paciente, esto es, qué tipo de roles tiene, cómo son, y como son sus vínculos con la matriz familiar y social, el tratamiento de las relaciones interpersonales, el desarrollo y enriquecimiento de los roles existentes, la flexibilización de los mismos, la asunción de roles nuevos, el manejo de los conflictos vinculares, son todos aspectos que el psicodrama terapéutico maneja y resuelve con extraordinaria eficacia.

También ha demostrado ser de gran ayuda para los pacientes con introversión marcada, timidez, baja socialización, inhibición, y dificultades para comunicarse. Estos aspectos son frecuentes en personalidades fóbico obsesivas, depresiones neuróticas y esquizotimias.

Otra indicación del psicodrama terapéutico se da en aquellos problemas vinculados a momentos vitales claves, como la adolescencia, la crisis de la mitad de la vida, el retiro laboral y los duelos por pérdidas.

Son conocidos los resultados del psicodrama en psicóticos, fundamentalmente en lo que hace a la recuperación del contacto con el “otro” y el mundo social, así como en el reconocimiento y mantenimiento de la relación con la realidad. El psicodrama aplicado a psicosis crónicas ha sido ampliamente investigado por autores como Jaime Rojas Bermúdez y ha sido fundante en el cuerpo teórico de su escuela.

Asimismo, el psicodrama terapéutico está indicado para el tratamiento del síndrome de stress post-traumático, neurosis de angustia, neurosis de guerra y otras situaciones críticas.

Se puede decir que no es conveniente trabajar con psicodrama terapéutico en las psicopatías y trastornos de conducta con impulsividad y agresividad, así como en las depresiones graves, principalmente durante los episodios de recidiva.

En las neurosis histéricas y caracteropatías histéricas la indicación depende del criterio del Director, dado que el histrionismo y la teatralización de la existencia, pueden obstaculizar el proceso terapéutico del paciente y del grupo.



domingo, 22 de mayo de 2016

El Juego como núcleo del proceso de aprendizaje V
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Tomado de: FORSELLEDO, A.G. “Promoviendo los Derechos de la Niñez en la Escuela. Manual de educación participativa”. UNESU. Montevideo, Segunda edición: septiembre de 2012.

Etapas del proceso de aprendizaje

Siguiendo el modelo adoptado por el autor, el proceso de aprendizaje sigue tres etapas distintas, sucesivas y complementarias (Rojas Bermúdez, 1984, Forselledo, 2000).

La primera de ellas, es la etapa de MEMORIA. Corresponde a la transmisión por parte del educador, de toda la información necesaria para introducir al educando en el tema de consideración. Puede partir de una exposición abierta o de información cerrada por medio de lecturas o materiales audiovisuales.

Lo que ocurre durante la etapa de MEMORIA, es el registro por parte del educando de la información brindada con las siguientes características:

* Es un registro lineal (con símbolos verbales) y con imágenes visuales.
* Predominan los procesos cognitivos.
* Predominan las relaciones sucesivas de ideas.

Partiendo del MODELO DE REFERENCIA aportado por el educador, de esta etapa resulta una IMAGEN DE REFERENCIA, registrada en la memoria del educando.

Luego le sigue la etapa de JUEGO. En ella, el educador pone a disposición del educando todas las condiciones instrumentales y de CAMPO, para que pueda elaborar jugando las diferentes variables involucradas en el tema.

Como se observará, los procesos tradicionales de aprendizaje transcurren fundamentalmente en la etapa de MEMORIA, con los estímulos estructurados apriori por el educador. El educando percibe, razona, conceptualiza, para posteriormente memorizar y evocar.

Al agregar el juego, la participación activa del educando permiten que éste descubra la estructura del conocimiento que se imparte, al transformar el registro lineal de la etapa de MEMORIA, en un registro de superficie, vivencial y cargado afectivamente. "Creados el deseo de aprender y el campo de aprendizaje, basta agregar los instrumentos para el juego dramático (...). La iluminación del campo se consigue a través de la motivación que se desencadena en el protagonista, comprometiéndolo con la dramatización" (Rojas Bermúdez, 1968).

Lo que ocurre en la etapa de JUEGO son todos los procesos de elaboración y descubrimiento de los contenidos temáticos por medio de la acción comprometida y de los registros de superficie con las siguientes características:

* Visión tridimensional y corporal de las variables intervinientes.
* Se añade la vivencia.
* Las relaciones no son sucesivas sino SIMULTANEAS.

Partiendo del modelo REAL, generado en la interacción educador-educando y concretizado en el "aquí y ahora" del juego, se obtiene como resultado una IMAGEN REAL del modelo aprendido.

Finalmente ocurre la etapa de REALIZACION. En ella el educando ajusta el modelo aprendido en la realidad social. Con su imagen real incorporada y registrada en las etapas anteriores, la persona aplica, prueba, ajusta y enriquece con su experiencia lo aprendido en la interacción con el educador y los otros educandos. (3)

El "cierre" del proceso de aprendizaje debe darse en la realidad social de cada persona, por lo que el conocimiento debe sentirse como una herramienta de intervención en aquella.

martes, 17 de mayo de 2016

El Juego como núcleo del proceso de aprendizaje IV
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Tomado de: FORSELLEDO, A.G. “Promoviendo los Derechos de la Niñez en la Escuela. Manual de educación participativa”. UNESU. Montevideo, Segunda edición: septiembre de 2012.

Para abordar específicamente al juego como núcleo del proceso de aprendizaje, es necesario indicar que se parte de una concepción del aprendizaje que reafirma el valor de lo lúdico en la adquisición del conocimiento.

Desde esta perspectiva, el conocimiento no sería la META del APRENDIZAJE, sino el RESULTADO y la CONSECUENCIA del ACTO de APRENDER.

En el ACTO de APRENDER, esto es, en la acción que es posibilitada por el juego, es donde se procesa y elabora la información que provee el entorno para incorporar nuevo conocimiento. Si se considera, por ejemplo, un niño de dos años que está aprendiendo a reconocer el entorno, el juego con objetos, o en la interacción con sus adultos significativos, o mediante la imitación de las conductas que observa, le permitirán avanzar en su desarrollo psicomotor y cognitivo. Si se trata de un niño de 8 años escolarizado, es en el juego donde se pueden focalizar los esfuerzos y utilizar técnicas pedagógicas especificamente preparadas para el tratamiento de los temas de aprendizaje.

Como se dijo más arriba, participación, juego y aprendizaje son procesos integrados que, solamente por intervención de los adultos, pueden llegar a separarse o distanciarse como ocurre en los procesos tradicionales de educación netamente academistas.

Campo de aprendizaje

Así como antes se habló de “campo de juego”, ahora se hará referencia al concepto de “campo de aprendizaje”. Este se define como el “contexto en el que se efectúa el aprendizaje” . Desde una perspectiva etológica, este campo tiene similares características a otros “campos” , esto es: una disposición anímica para aprender, un espacio físico donde aprender (“aquí”), un tiempo para aprender (“ahora”) y la noción de que, 15 mientras se está aprendiendo, en la realidad las cosas todavía son diferentes ("es como si fuera la realidad"). En este campo, el niño, niña o adolescente “ participará jugando para aprender”.

La labor del educador durante el aprendizaje será, fundamentalmente, la de disminuir la tensión del campo para que los educandos se sientan cómodos y centrados en la tarea, así como la de proveer a las personas que aprenden, de aquellos elementos instrumentales (información, reglas, consignas, roles, cosas concretas, etc.) con las cuales pueda jugar y encontrar soluciones (y así adquirir nuevos conocimientos). (Rojas Bermúdez, 1968, 1984).

viernes, 13 de mayo de 2016


El Juego como núcleo del proceso de aprendizaje III
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Tomado de: FORSELLEDO, A.G. “Promoviendo los Derechos de la Niñez en la Escuela. Manual de educación participativa”. UNESU. Montevideo, Segunda edición: septiembre de 2012.

Participación, juego y espontaneidad

Dado que jugar implica necesariamente participar, la participación mediante el juego permite el desarrollo de la espontaneidad, ya que da un margen muy amplio para la aparición de respuestas nuevas e inesperadas. En este sentido, es importante recordar que en el ambiente cultural actual, es tendencia habitual sustituir cada vez más la espontaneidad por respuestas fijas y regladas. Ello podría deberse a la confusión entre espontaneidad e impulsividad o descontrol. 

La coartación de la espontaneidad es una de las principales causas de la disconformidad de la persona consigo misma y con la sociedad. La espontaneidad tiende a limitarse, restringiendo la participación de las personas y eliminando las posibilidades de jugar para aprender.

Restringida pues, su capacidad creativa, la persona se transforma en un simple engranaje social sin posibilidades de participar plenamente en el devenir histórico de la sociedad.

El ejercicio de la espontaneidad que permite el juego (y la participación que él implica), enriquece a quien la ejerce y a su medio, al posibilitar al individuo trasladar a su vida cotidiana un modelo de adaptación sin imposiciones que cercenen su personalidad y al promover en los demás el mismo tipo de respuesta (ver participación finalidad).

"El rendimiento general de un individuo o de un grupo, que posean un alto nivel de espontaneidad, se caracteriza por la relación desproporcionada entre su capacidad creativa y productiva, y el poco esfuerzo realizado. De modo que la fatiga estaría vinculada con el sobreesfuerzo agregado para mantener la pauta obligatoria y bloquear la espontaneidad. Por otra parte es conocido por todos el poco cansancio que provocan las actividades que gratifican en su misma realización. En estos casos, "las horas pasan volando"; en los otros, "no se terminan nunca" (Rojas Bermúdez, 1984).

miércoles, 11 de mayo de 2016

El Juego como núcleo del proceso de aprendizaje II
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Tomado de: FORSELLEDO, A.G. “Promoviendo los Derechos de la Niñez en la Escuela. Manual de educación participativa”. UNESU. Montevideo, Segunda edición: septiembre de 2012.

La evolución del juego en el aprendizaje de vida

Se puede agregar junto a Rojas Bermúdez que el juego se desarrolla naturalmente en 13 el niño, como factor nuclear del aprendizaje de vida. El niño imita (juegos de imitación). Con ello descubre y aprende los modelos que su entorno le ofrece. Ajusta su aparato sensoriomotor a los esquemas de acción que percibe y ensaya los modelos de relación. Imita los roles y las situaciones, invierte los pasos, se coloca en todas las alternativas, hasta que las incorpora (Rojas Bermúdez, 1968, 1984).

Reafirmando el valor adaptativo y de aprendizaje que el juego implica para el niño, Jean Piaget dice: "El juego es el producto de la asimilación que se disocia de la acomodación antes de reintegrarse en las formas de equilibrio permanente, que harán de él su complementario en el pensamiento operatorio o racional. En este sentido, el juego constituye el polo extremo de la asimilación de lo real al Yo, y participa a la par, como asimilador, de esa imaginación creadora que seguirá siendo el motor de todo pensamiento ulterior y hasta la razón" (Sears, Piaget, Erickson 1979).

El juego pues, permite a través de la actuación, mostrar aspectos de la vida interior, resultado de las experiencias pasadas y actuales, así como de los sueños y las fantasías. Permite además liberar la espontaneidad que, en el sentido moreniano, es la capacidad de un individuo de responder con adecuación a situaciones nuevas (Cañeque, 1971).

Involucra la dimensión espacial al situarse en un ámbito determinado, de forma simultánea y no sucesiva. Cosas y personas, ritmos y desplazamientos, tonos y silencios, interactúan significativamente y dejan huellas en los que juegan. La construcción espacial da un contexto real a los hechos que ocurren durante el juego, aunque los que participan tengan conciencia de que es un "como si fuera la realidad".

Integra también la dimensión temporal, concretizada en el presente real, vibrante y compartido, en el "aquí y ahora". Se puede jugar a cosas del pasado o del futuro o de dimensiones fantásticas.


Incorpora la memoria corporal, ya que cada acto, cada actitud postural, tiene su historia que es doble, filo y ontogenética. El desarrollo de la persona y el de la especie se superponen y constituyen la memoria corporal.

lunes, 9 de mayo de 2016

El Juego como núcleo del proceso de aprendizaje I
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Tomado de: FORSELLEDO, A.G. “Promoviendo los Derechos de la Niñez en la Escuela. Manual de educación participativa”. UNESU. Montevideo, Segunda edición: septiembre de 2012.

El autor adoptó, desde los comienzos de la aplicación del modelo participativo que promovía desde el Instituto Interamericano del Niño (IIN/OEA), una metodología educativo-formativa que despertara en los adolescentes una conciencia crítica, autónoma y responsable, y que promoviera en ellos actitudes positivas y solidarias. Con este objetivo, tomó y adaptó una teoría desarrollada por el maestro argentino Dr. Jaime Rojas Bermúdez, que tiene al JUEGO como eje central del aprendizaje, complementándola con aportes de disciplinas como la psicología evolutiva, la etología, las teorías grupales y la educación popular.

Si se toma como punto de partida a la niñez en la primera infancia, se puede aseverar que participación, juego y aprendizaje son procesos prácticamente inseparables ya que ellos son posibles gracias a la naturaleza gregaria y lúdica del ser humano. Esto significaría que el niño o la niña aprende participando gracias al juego y, con ello, se socializa.

Más tarde, a medida que se alcanzan etapas más complejas de desarrollo y maduración y se adquieren formas progresivamente más complejas de participación, el juego queda siempre e inexorablemente unido a la participación, esto es, no hay juego si no hay participación. Aún en los juegos infantiles en donde el niño se encuentra solo jugando con objetos, él es capaz de “participar” a través de la interacción con “otros” imaginarios. Por ello, en los juegos siempre está presente la dimensión social.

Antecedentes conceptuales e importancia del juego

Como se sabe, desde distintas áreas vinculadas al hombre, filosofía, antropología, psicología, medicina, etc., se considera al juego como una necesidad prioritaria y, al constatar la universalidad del fenómeno y su importancia, se reclama su revalorización.

El historiador holandés J. Huizinga, en 1938, arribó a una primera definición sistemática del juego, por lo que se lo considera el padre intelectual del tema. Él define al juego como "una acción o actividad voluntaria, realizada en ciertos límites fijos de tiempo y lugar, según una regla libremente consentida pero absolutamente imperiosa, provista de un fin en sí, acompañada de una sensación de tensión y de júbilo, y de la conciencia de ser de otro modo que en la vida real" (Huizinga citado por Forselledo, 2000).

Esta definición ya comporta la noción etológica de “campo de juego”, que estaría constituido por: una disposición anímica (deseo de jugar), un espacio físico (los límites donde se desarrolla el juego – “aquí” ), un tiempo (es el momento de jugar - “ahora” ) y la noción de que es "como si fuera la realidad" (la realidad es distinta al juego).

Roger Caillois, seguidor de Huizinga (1958), define que la función propia del juego es el juego mismo. Ocurre para este autor, que las aptitudes que ejercita son las mismas que sirven para el estudio y las actividades serias del adulto (Caillois citado por Forselledo, 2000).

Para Henri Wallon, "en el juego puede entrar la exigencia y la liberación de cantidades mucho mas considerables de energía que las que pediría una tarea obligatoria" (Wallon citado por Forselledo, 2000).

Para D.W. Winnicott, "El jugar tiene un lugar y un tiempo (...). No se encuentra "adentro", tampoco está "afuera" (...). Jugar es hacer. Es bueno recordar siempre que el juego es por si mismo una terapia (...). En él, y quizá solo en él, el niño o el adulto están en libertad de ser creadores" (Winnicott citado por Forselledo, 2000).

Sigmund Freud sostiene que, "cada niño, en su juego, se comporta como un poeta, ya que crea un mundo propio, o mejor dicho, reordena las cosas de su mundo en una nueva forma que le agrada (...). Lo opuesto al juego no es lo serio sino lo real (...). A pesar de toda la emoción que caracteriza al mundo lúdico, el niño establece bien su diferencia y experimenta placer al unir sus objetos y situaciones imaginarias con las cosas tangibles y visibles del mundo real. Esta unión es lo que diferencia el juego de la fantasía". (Forselledo, 1996)

Volviendo al R. Caillois, en su sentido original y primario, el juego tiene algunas de las siguientes características:

1. El juego se articula libremente, es decir, que no es dirigido desde afuera.

2. La realidad en que se desarrolla el juego es ficticia, en el sentido de que se estructura mediante una combinación de datos reales y datos fantaseados.

3. Su canalización es de destino incierto en el sentido de que no prevé pasos en su desarrollo ni en su desenlace. Justamente, la característica de incierto es la que mantiene al jugador en desafío permanente, haciéndole descubrir y resolver alternativas.

4. Es improductivo, en el sentido de que no produce bienes ni servicios.

5. Es reglamentado, en el sentido de que durante su transcurso se van estableciendo convenciones o reglas "in situ", en forma deliberada y rigurosamente aceptada.

6. Produce placer, es decir que la actividad en sí promueve en forma permanente un desafío hacia la diversión.


Todas estas características se ven modificadas y pueden manejarse cuando el juego se regla exteriormente o es utilizado como medio para lograr otros objetivos, como podrían ser la educación, la capacitación laboral, la práctica de ciertos roles, la promoción de actitudes sociales positivas y hasta la participación propiamente dicha.

sábado, 30 de abril de 2016

Objetivación del conflicto
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Esta técnica fue introducida en mi trabajo con grupos de psicodrama en Montevideo, Uruguay a principios de los años 90.

Se trata de un procedimiento que puede ser aplicado en forma individual, cuando el Protagonista de la dramatización es un paciente, o con todo el grupo, cuando el Protagonista es precisamente éste.

Objetivos de la técnica

Confrontar a  la persona con un conflicto o situación que es estimulado en forma espontánea por la propia técnica, mediante la activación de registros mnémicos en las áreas del Núcleo de Yo, esto es, sensaciones corporales, representaciones mentales y actos desarrollados en el ambiente.

Objetivar el conflicto y aprender a relacionarse de un modo diferente con él.  En última instancia, se trata de ayudar al paciente a iniciar el camino para su superación (catarsis de integración).

Procedimiento

Luego de una etapa de caldeamiento esencialmente corporal, en la que se busca que el Protagonista se sienta cómodo, relajado y lejos de las anécdotas que él o sus compañeros de grupo trajeron del Contexto Social durante la primera etapa de la sesión, el Director plantea que le va a “obsequiar” una silla. Le indica que la mire, y que considere a la misma como una parte de su vida, ya sea alguien, algo, una cosa, un lugar, una época, etc. o incluso un aspecto interior de sí mismo.

Le pide que le diga cuando haya identificado qué es el objeto silla, pero le solicita que no mencione su significado, sino que lo reserve para sí.

A continuación le solicita que coloque ese aspecto de su vida - encarnado en la silla - en aquel lugar del escenario que le parezca mejor.

Ahora le pide que él mismo se ubique en aquel del escenario en el que deba estar en relación a la silla.

Luego le requiere que asuma una actitud corporal que represente como se siente en relación a ese aspecto de su vida.

A partir de este momento el Director introduce al Yo-auxiliar para que ocupe el lugar del Protagonista y asuma la forma que éste se dio a sí mismo. Le solicita al Protagonista que corrija la forma que el Yo-auxiliar ha copiado si lo cree necesario. Ahora le pregunta qué nombre le daría a esa forma. A continuación el Director invita al paciente a tomar nuevamente la forma y le insta a realizar un soliloquio de lo que piensa y siente desde ese lugar, en relación al aspecto de su vida “encarnado” en la silla.

Si en el soliloquio ese aspecto no es revelado, el Director le pregunta qué representa la silla.

A partir de este momento se trabaja la interacción del Yo del paciente (desde la forma que ha asumido) con el aspecto de su vida representado por la silla.

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El desarrollo ulterior de la técnica y sus conclusiones se encuentran en: FORSELLEDO, A.G. “Técnica: Objetivación del conflicto” en: "El Encuadre Psicodramático para el Apoyo Psicológico al Educador de Calle". Publicación de apoyo a las conferencias brindadas en el Seminario-Taller sobre Uso Indebido de Drogas en Niños Trabajadores y de la Calle. CICAD. Cartagena de Indias, Colombia, setiembre de 1996. IIN/OEA, Montevideo, noviembre de 1996.









jueves, 28 de abril de 2016

Dramatización con Anticipación Simbólica
(en pacientes con distimias depresivas neuróticas)
Ariel Gustavo Forselledo 
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Fundamentación

A. G. Forselledo sostiente en su trabajo “Bipolaridad Existencial. Confrontación por imágenes simbólicas” (2008): “Según Jean Piaget, toda conducta, tratándose de un acto desplegado al exterior o interiorizado en pensamiento, se presenta como una tendencia a la adaptación o readaptación.

Las conductas, a medida que adquieren complejidad, operan funcionalmente a distancias cada vez mayores en el espacio (percepción- si mismo Psicológicos y factor TELE) y en el tiempo (memoria, anticipación simbólica, fantasías) siguiendo trayectorias cada vez más complejas, en su carácter de ser la expresión de un SER SIMBOLICO.

Otro elemento fundamental aportado por Moreno y que se vincula tanto a la dinámica del Esquema de Roles y Núcleo del Yo, como a los procesos de Asimilación en la adaptación, es el denominado Factor TELE. Este es el conjunto de procesos perceptivos que le permiten al Yo la valoración correcta de su mundo circundante mediante pautas de atracción o rechazo. A medida que la persona madura fisio-psicológicamente, el factor TELE se desarrolla con mayor complejidad. Surge un TELE para objetos, un TELE para personas, un TELE para objetos imaginados, un TELE simbólico para aspectos internos de si mismo.

El factor TELE correlaciona conceptualmente con los polos de atracción y rechazo de la topología y con la bipolaridad existencial. Cada hombre se caracteriza psicológicamente por lo que quiere y por lo que no quiere ser. En el nivel axiológico, el hombre no es uno u otro de estos aspectos, sino que lo característico es la existencia de ambos en cada individuo.

Como resultado, el hombre es "aquí y ahora" lo que intenta ser y lo que intenta no ser.

El hombre como ser simbólico se expresa precisamente por símbolos concretos personales que son imágenes expresivas de sus valores y su ética. Estas imágenes que representan valores son expresiones del YO de cada persona evidenciando los polos axiológicos que modulan su pensamiento y su conducta. En todos los niveles de existencia, el hombre va a desear entrar en contacto con lo positivo y evitar o rechazar lo negativo”.

Por su parte, Rojas Bermúdez (1997) refiriéndose a la dimensión temporal del psicodrama decía: “El psicodrama no sólo permite explorar el pasado y trabajar el presente y tu problemática inmediata, sino que nos ofrece la posibilidad de adentrarnos en el futuro mediato mediante la dramatización de la visión que el Protagonista tiene acerca de situaciones significativas esperadas o por ocurrir en su proyecto vital. Aparecen expectativas, deseos, presagios,  pronósticos, que se escenifican y desarrollan con todos los elementos posibles.

Podemos dividir, desde el punto de vista técnico, la visión futura del Protagonista en dos dimensiones: un futuro probable y un futuro ideal, lo que nos permite discriminar la distancia que hay entre sus expectativas de probabilidad cierta y el cumplimiento de sus deseos, si todas las circunstancias se dan en su favor.”

Objetivo de la técnica

La presente técnica permite valorar la severidad de algunas distimias depresivas y las posibilidades de los pacientes para enfrentar las consecuencias personales y sociales de aquellas.

Procedimiento

En el Contexto Dramático, el Director le plantea al Protagonista que arme una escena cotidiana cualquiera pero “actual”, en la que podamos ver cómo se siente, especialmente en lo relativo a la depresión que relató durante el caldeamiento.

Esta escena es el punto de partida del presente. Una vez desarrollada, el Director le solicita al Yo-auxiliar que realice un Espejo para que el protagonista pueda verse desde afuera.

A continuación le pide que arme la misma escena en 6 meses con el desenlace ideal que quiera darle a la misma, esto es, con todo lo deseado, anhelado y positivo que le gustaría que ocurriera.

Una vez más el Yo-auxiliar hace el espejo de la segunda escena.

Finalmente le pide al Protagonista que arme la escena tal como cree que realmente va a ser en 6 meses.

El Yo-auxiliar hace otra vez el espejo.

En este momento se dispone de tres escenas de similares componentes:

1) Presente y real
2) Futura e ideal
3) Futura y tal como es prevista por el Protagonista. 
Generalmente si el paciente está efectivamente cursando una depresión, esta escena será la que anticipe negativamente el futuro y tendrá un desenlace tan extremo y autodestructivo como profunda sea la distimia.

El paciente deprimido, si es de estructura neurótica, se encuentra apegado duraderamente a los objetos o situaciones. Está “anclado”, con sus posibilidades de aprendizaje disminuidas y con sus proyectos de futuro alterados en un campo psicológico tenso y amenazante (ansiedad y angustia). Con la motivación sin objeto, o con la pérdida transitoria de la motivación, triste y autodepreciado, no puede satisfacer sus necesidades ni establecer proyectos para tal fin.

Para finalizar la etapa de dramatización, el Director solicita al Protagonista que realice nuevamente la primera escena y le pide al Yo-auxiliar que interactúe en alguno de los roles complementarios, transitando lentamente hacia la escena número 3, utilizando para ello la técnica de “interpolación de resistencias”[1]. Yendo hacia lo peor, e incluso peor que lo que el propio Protagonista había planteado, se busca encontrar y conocer los límites de éste para reaccionar ante el apego a las situaciones y conflictos que lo bloquean y encontrar los objetos que le permitan satisfacer sus necesidades y visualizar el futuro con proyectos vitales.

Durante la etapa de Comentarios, el Protagonista expresa que sintió y vivió en cada una de las escenas, sus características y contrastes, así como los desenlaces que dio a las mismas. Es muy importante que haga referencia cómo se vio a sí mismo cuando el Yo-auxiliar realizaba el espejo de cada una de las escenas.

Es relevante observar si el paciente puede contrastar e integrar la experiencia de la última escena con la de la escena número 2, donde proyectaba la situación en el futuro en condiciones ideales. Las similitudes y diferencias entre ambas pueden ser importantes para el aprendizaje del paciente respecto de su apego, falta de motivación, carencia de proyectos, temores y sentimientos negativos de carácter  neurótico. Muchas veces el Protagonista descubre que no estaba tan lejos de la escena ideal y que tampoco le era muy costoso superar los obstáculos que se le planteaban en la dramatización.

El resto del grupo que conformaba el Auditorio, le devuelve al Protagonista su pensar y sentir y le señala las contradicciones y los recursos que pudo visualizar en el paciente.

El Director realiza sus comentarios sobre lo dramatizado y resalta aquellos aspectos que puedan coadyuvar al aprendizaje de vida del paciente.

El aspecto diagnóstico sobre la distimia depresiva es patrimonio del Director quién lo reserva para el seguimiento del paciente y para otras intervenciones psicodramáticas.

Referencias:

FORSELLEDO, A.G. “Bipolaridad Existencial. Técnica de confrontación por imágenes simbólicas”, UNESU – Temas de Psicodrama. Montevideo, 2008

FORSELLEDO, A.G. “El Psicodrama en las Depresiones Involutivas y Seniles”  UNESU – Temas de Psicodrama. Montevideo, 2010

 RAMOS TORRES, Verónica. “Fantasía y muerte. Una aproximación a la propia muerte en terapia” Apuntes de Psicología, 2013, Vol. 31, número 3, págs. 327-333. Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental.

ROJAS-BERMÚDEZ, J. Teoría y técnica psicodramáticas. Barcelona: Paidós, 1997.






[1] Interpolación de Resistencias
“Moreno en Fundamentos de la Sociometría en 1962, describe esta técnica como una forma de resistencia extrapsíquica, que consiste en la intervención del terapeuta dando una consigna al yo auxiliar, o introduzca elementos en la escena con el fin de poner a prueba la capacidad de una persona para hacer frente a una situación inesperada, como que el yo auxiliar reaccione desde su rol con el protagonista con una actitud que éste no esperaba; por ejemplo, si un miembro de una pareja espera la recriminación del cónyuge en una situación determinada y se encuentra con una actitud comprensiva, su expectativa de rol se desvanece, ya que no se corresponde con el supuesto rol-contrarrol de la escena interna del protagonista y le obliga a plantearse una respuesta nueva, diferente y espontánea, lo que hace que el protagonista muestre y pueda percibir así, sus recursos yoicos, y sus modos de conducta y de vinculación más naturalmente, recurriendo a modelos más reveladores de su personalidad. de los miembros de intervenir de una manera diferente a la habitual” (Ramos Torres, 2013).

viernes, 1 de abril de 2016

Video subtitulado en Español:  Jacobo L Moreno leyendo un fragmento de "Las Palabras del Padre"

Este es un material ilustrativo de valor histórico en el que puede escucharse a Jacobo L. Moreno leyendo un fragmento de su libro: "Las Palabras del Padre". El material se presenta ahora subtitulado en Español.
Subtítulos: Ariel Gustavo Forselledo

Encuentre más información sobre Jacobo L. Moreno aquí








Referencias:
Audio tomado del video de Youtube:  https://www.youtube.com/watchfeature=player_embedded&v=zngVciTk2X0)