sábado, 15 de julio de 2017

Técnica: El Espejo
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

En la dramatización con técnica de Espejo, el Director introduce uno o más Yo auxiliares para que representen en el escenario la escena completa que el Protagonista acaba de realizar. El objetivo de la técnica es que el Protagonista pueda contemplar desde afuera lo que le estaba pasando, cómo estaba actuando, cómo eran sus emociones, ideas, reflexiones, posturas, tonos de voz, etc. La idea es que también pueda tomar conciencia de sus conflictos y obstáculos, así como vencer sus resistencias a involucrarse en las situaciones, al poder objetivarlas.


En las personalidades neuróticas tiende a haber una clara discrepancia entre la imagen que la persona tiene de sí mismo, la imagen que le da a los demás y la imagen de cómo le gustaría ser. Esta técnica permite “descubrir” la discrepancia cuando la imagen que le da los demás es bien distinta de la que tiene de sí mismo.

Es muy importante que la técnica sea utilizada con cuidado por parte de Yo auxiliares entrenados, dado que la imitación que estos realizan durante su aplicación, fácilmente puede ser interpretada por el Protagonista como una burla.

Una variante que el Director puede introducir es la de hacer representar selectivamente sólo un aspecto de la escena desarrollada por el Protagonista, a efectos de enfatizar algo que pueda ser relevante para la objetivación buscada.


En el caso del espejo, el Yo auxiliar representa lo más fielmente posible todo lo que dice y hace el Protagonista durante la dramatización, sin introducir ningún elemento nuevo, como ocurre en la técnica del Doble.

viernes, 14 de julio de 2017

UN LIBRO SOBRE PSICODRAMA DE DISTRIBUCIÓN LIBRE

"Temas de Psicodrama" 
Teoría, Metodología y Técnicas

Este libro no es una introducción al psicodrama, a su encuadre o a sus técnicas. Se trata de una publicación que discute y profundiza sobre algunos tópicos que el autor considera relevantes en la práctica psicodramática.

El material que se presenta, nace del intercambio con muchos profesionales que, desde los más distantes lugares, ingresaron al blog del autor sobre “temas de psicoterapia de grupo y psicodrama”, estimulándolo a integrar en una publicación aquellas ideas, ponencias y artículos de su autoría que venía divulgando desde ese lugar.

La primera parte del libro se denomina: “conceptualizaciones teóricas”, e incluye siete temas  diversos que hacen al marco de referencia teórico del psicodrama.

La segunda parte presenta algunos de los aportes del Dr. Jaime G. Rojas-Bermúdez  al psicodrama, y la tercera, lo complementa con lo que el autor ha denominado “apuntes sobre la teoría de la personalidad en el psicodrama”, que recoge lo medular de la teoría de Rojas-Bermúdez, así como ciertas contribuciones de otros psicodramatistas.

La cuarta parte expone varias de las aplicaciones del psicodrama en distintos campos de la clínica y la pedagogía.

La quinta y última parte desarrolla once variantes del arsenal técnico del psicodrama terapéutico.

Se anhela que los psicodramatistas que accedan a este libro puedan encontrar en él, alguna herramienta que los ayude en su quehacer clínico, psicoterapéutico o pedagógico.

Si está interesado puede solicitarlo a: temasdepsicoterapia@gmail.com.

Ariel Gustavo Forselledo
Arlington, VA






Agresividad, agresión y violencia en el Psicodrama
Segunda Parte
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

“El psicodrama es  un método vivencial cuyo núcleo reside en la escenificación de situaciones reales e imaginarias tanto actuales como pasadas y futuras” (Moreno, 1966).

Citando el artículo “Alcances del Psicodrama” (Forselledo, 2015) “En el terreno psicoterapéutico (…)el psicodrama tiene objetivos específicos sobre los que el Director construye sus hipótesis dramáticas y terapéuticas. Entre otros:

- Ayudar a modificar los patrones de relación con los demás y con uno mismo, ofreciendo la posibilidad de vivenciar alternativas a la realidad personal actual.
- Tomar conciencia de pensamientos, sentimientos, motivaciones, conductas y relaciones que pueden ser conflictivos u obstaculizar el desarrollo de una vida autónoma y satisfactoria.
- Realizar un reaprendizaje de vida desarrollando, potenciando y ejerciendo al máximo la espontaneidad y creatividad.
- Mejorar las relaciones interpersonales en los contextos de pareja, familiar y social.”
- Integrar afecto, pensamiento y acto."

El psicodrama ayuda al paciente a explorar y tomar conciencia, mediante la dramatización, de aspectos tales como la agresividad ligada a la autoafirmación, las conductas agresivas, y las situaciones en las que se pudieran desencadenar episodios de violencia, experimentándolas en el “aquí y ahora” de la sesión.

Al facilitarse la expresión emocional, el paciente puede reconocer sus contenidos, y mejorar su manejo. Por ejemplo, las emociones y sentimientos asignan un objeto a la conducta, operando como factor motivador. Agredir a alguien como acto, tiene una motivación que el paciente necesita reconocer o aún descubrir.

Como en cualquier otra expresión yoica, el acto agresivo puede ser desentrañado; enriqueciendo al paciente en cuanto a su capacidad de descubrir y modificar los patrones de relación con los demás y consigo mismo y encontrar alternativas más satisfactorias para su realidad personal.

El psicodrama permite profundizar en el significado de las relaciones cargadas de agresión, los roles y los actos agresivos, sus vínculos y su contexto. Utilizando técnicas como el juego de roles y la inversión de roles se puede estimular la expresión de la agresividad y así vislumbrar los aspectos antes mencionados. En casos en los que la agresividad está bloqueada o los actos agresivos son intensamente reprimidos, se puede trabajar con objetos intermediarios (títeres, máscaras, bolsa elástica, etc.) a los efectos de “liberar” la expresión agresiva y así elaborarla con el paciente. En algunas ocasiones el trabajo con la técnica de “silla vacía” permite alcanzar el mismo objetivo.

En los casos en los que la agresividad y los actos agresivos tienden a expresarse abiertamente o están cercanos a la pérdida de control por parte del Yo, es útil trabajar con técnica de imágenes. Las imágenes reales y simbólicas hacen que los contenidos puedan ser objetivados por el paciente sin la repercusión emocional que implican los mismos.
  
Referencias:

FORSELLEDO, A.G. “Manual Práctico de Psicopatología” Publicaciones de UNESU. Montevideo, 2009.

FORSELLEDO, A.G. “Alcances del Psicodrama” Temas de Psicoterapia de Grupo y Psicodrama. 2015 Fuente: http://temasdepsicoterapia.blogspot.com/p/alcances-del-psicodrama-ariel-gustavo.html

- MORENO, J. L. “Psicoterapia de grupos y psicodrama” FCE México, 1966.

- ROJAS BERMUDEZ, J.G. “Teoria y Técnica Psicodramáticas”. Ediciones Paidos Ibérica, S.A. Primera Edición. Barcelona, 1997.


Agresividad, agresión y violencia en el Psicodrama
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología

Director de Psicodrama

Si bien hay una gran diversidad conceptual respecto de la agresividad, la agresión y la violencia, se intentará exponer resumidamente estos conceptos en el marco de la teoría, metodología y técnicas del psicodrama terapéutico.

¿Qué es la agresividad?

Se entiende por agresividad a aquel impulso innato del ser humano que está dirigido a favorecer su autoafirmación, adaptación y desarrollo social, incluyendo la protección y defensa de su integridad. Se trataría pues, de una disposición natural que es susceptible de recibir influencias del medio ambiente en el cual el individuo vive. Esto es, dependiendo de la matriz familiar, social y cultural en la que se encuentre, la agresividad podrá ser reforzada, estimulada o contendida y descalificada. La patología de la agresividad puede devenir en comportamientos violentos hacia el propio individuo (autodirigidos) o hacia los demás y el medio ambiente (heterodirigidos).

En el lenguaje coloquial, la agresividad tiene una connotación bipolar, Por un lado hace referencia a la conducta positiva de autoafirmación, coraje y autodefensa y, por otro, a la conducta negativa de atacar, hacer daño a otro. Esta bipolaridad contribuye a crear confusiones e imprecisiones en el lenguaje cotidiano.

¿Qué es la agresión?

El término agresión se utiliza para designar el acto agresivo en sí, o sea, la conducta externamente observable. Siguiendo a Lagache (1960, citado por Muñoz Vivas, 2000), “la Agresividad es a la Agresión, lo que la disposición es al acto”.

De hecho se puede ser agresivo tanto activamente (amenazando, insultando, pegando o, aún matando), como pasivamente (ignorando, denegando, bloqueando el acceso a recursos u oportunidades, excluyendo, etc.).

Lo que especificaría a la agresión es el carácter intencional, volitivo (yoico) y, en general, conciente. Si bien las motivaciones pueden ser diferentes y de mayor o menor complejidad, siempre involucran un objeto elegido por el Yo y una finalidad que va más allá de aquella descrita para la agresividad como impulso adaptativo y de autoafirmación, implica, la finalidad de hacer daño al objeto.

Desde la perspectiva del Esquema de Roles, la agresión verbal-actitudinal es patrimonio del Yo y de los Roles Sociales. En cuanto al Sí Mismo Psicológico, éste tiene una dilatación escasa o moderada ya que la conducta agresiva requiere del control social de las mismas. Una dilatación severa, que cubra los roles sociales, da lugar a respuestas “todo o nada”, entre las que se encuentran las respuestas violentas.

Ver figuras 1 y 2

 Figura 1 - El Esquema de Roles
 
 Figura 2 - Agresión 
¿Qué es la violencia?

Es una expresión patológica de la agresividad y excede y desborda a la llamada agresión. En la agresión había control de parte del Yo y un objeto elegido para la misma. En la violencia, el individuo se encuentra bajo compromiso total (con el Sí Mismo Psicológico dilatado), con bajo o nulo control yoico (como ocurre en el caso del pánico). La descarga motora de la violencia es extrema, aguda y de corta duración (aunque puede repetirse si el compromiso total se mantiene), caracterizándose por no tener en cuenta al otro y por la falta de reconocimiento del objeto de su acción. Las conductas violentas en concentraciones masivas son un ejemplo en donde los individuos descontrolados destruyen todo lo que encuentran a su paso, sin considerar qué, ni a quiénes, cómo, ni dónde.

Ver figura 3
  
Figura 3 - Violencia 

En la segunda parte de esta presentación, se hará referencia al abordaje psicodramático de la agresividad y la agresión.

Referencias:

FORSELLEDO, A.G. “Manual Práctico de Psicopatología” Publicaciones de UNESU. Montevideo, 2009.

MUÑOZ VIVAS, F. “Agresividad, Agresión y Violencia” Capitulo 2. Tesis Doctoral. Facultad de Psicología. Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 2000. Fuente: http://adolescenciaantisocial.blogspot.com/2012/07/agresividad-agresion-y-violencia.html

ROJAS BERMÚDEZ, J.G. “El Núcleo del Yo”. Ediciones Genitor. Buenos Aires, 1979.

viernes, 7 de julio de 2017

Manual Práctico de Psicopatología

Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología

Nota: Se han tomado partes textuales y otras modificadas de la edición de 1991:
Forselledo, Ariel Gustavo; da Silva Rodio, Fredy, "Manual Práctico de Psicopatología" OPTAR - IIN/OEA, Montevideo, 1991

Publicación sin fines de lucro de UNESU Acceda al documento completo en forma gratuita
Se autoriza su reproducción total o parcial citando la fuente.
Montevideo, junio de 2009

Introducción

Introducir al lector al presente Manual Práctico de Psicopatología obliga a hacer un poco de historia sobre su origen y objetivos.

Entre 1984 y 1996 el autor ocupó el cargo de Profesor de Psicopatología de la carrera de Psicología en la Universidad Católica del Uruguay, siendo responsable de las prácticas en los Hospitales Musto y Vilardebó de la ciudad de Montevideo. Compartiendo dicha tarea con el psiquiatra uruguayo, Dr. Fredy da Silva Rodio, surgió la inquietud y la necesidad de que los estudiantes contaran con un material de estudio comprensible y coherente con el programa académico de la asignatura. Fue así que ambos profesores desarrollaron una serie de "fichas" que resumían los aportes fundamentales de la bibliografía básica sobre semiología psiquiátrica, las que se distribuían mediante fotocopias. Habiendo elaborado varias de esas "fichas" se decidió compilarlas en una suerte de "Manual Práctico" que fuera de fácil acceso para los estudiantes y prácticamente no tuviera costos.

Las circunstancias que posibilitaron tal objetivo estuvieron dadas por dos hechos complementarios. El primero de ellos era que, desde 1985, el Dr. Fredy da Silva y el autor eran respectivamente presidente y vicepresidente de la Asociación Uruguaya para la Prevención del Alcoholismo y la Farmacodependencia (OPTAR), de la que además eran fundadores. El segundo hecho era que esta primera organización de prevención de farmacodependencia sin fines de lucro y con personería jurídica en el Uruguay, tenía una estrecha relación con el Instituto Interamericano del Niño (IIN) de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Fue así que con la colaboración del IIN/OEA, OPTAR publicó en el año 1991, una edición del "Manual Práctico de Psicopatología", bajo el formato de repartido; material que fue ampliamente distribuido en las sucesivas generaciones de estudiantes de la Universidad Católica.

Habiendo pasado muchos años y con el mismo espíritu con el que se publicó aquél primer documento, es que el autor, contando con el apoyo del Universitario de Estudios Superiores (UNESU), del cual es su Director Académico Honorario, decidió realizar una actualización del material, editando algunas partes del original y agregando algunos temas complementarios.

El documento que se presenta es, pues, una recopilación del trabajo de autores fundamentales en psicopatología clínica, abarcando los síndromes psiquiátricos principales conjuntamente con algunas consideraciones teóricas sobre la psicopatología de los mismos.
Mantenemos la esperanza de que estudiantes, profesores, médicos, psicólogos y otros profesionales de la salud mental, puedan hacer uso de esta modesta herramienta técnica de distribución gratuita.

Por respeto a la historia del documento, se transcribe la Introducción de la edición de 1991 y, como testimonio del esfuerzo interinstitucional desinteresado que representó, es que se reproduce la tapa y contratapa de la misma.

Montevideo, 2009

martes, 30 de mayo de 2017

NOVEDAD: UN LIBRO SOBRE PSICODRAMA DE DISTRIBUCIÓN LIBRE

"Temas de Psicodrama" 
Teoría, Metodología y Técnicas

Este libro no es una introducción al psicodrama, a su encuadre o a sus técnicas. Se trata de una publicación que discute y profundiza sobre algunos tópicos que el autor considera relevantes en la práctica psicodramática.

El material que se presenta, nace del intercambio con muchos profesionales que, desde los más distantes lugares, ingresaron al blog del autor sobre “temas de psicoterapia de grupo y psicodrama”, estimulándolo a integrar en una publicación aquellas ideas, ponencias y artículos de su autoría que venía divulgando desde ese lugar.

La primera parte del libro se denomina: “conceptualizaciones teóricas”, e incluye siete temas  diversos que hacen al marco de referencia teórico del psicodrama.

La segunda parte presenta algunos de los aportes del Dr. Jaime G. Rojas-Bermúdez  al psicodrama, y la tercera, lo complementa con lo que el autor ha denominado “apuntes sobre la teoría de la personalidad en el psicodrama”, que recoge lo medular de la teoría de Rojas-Bermúdez, así como ciertas contribuciones de otros psicodramatistas.

La cuarta parte expone varias de las aplicaciones del psicodrama en distintos campos de la clínica y la pedagogía.

La quinta y última parte desarrolla once variantes del arsenal técnico del psicodrama terapéutico.

Se anhela que los psicodramatistas que accedan a este libro puedan encontrar en él, alguna herramienta que los ayude en su quehacer clínico, psicoterapéutico o pedagógico.

Si está interesado puede solicitarlo a: temasdepsicoterapia@gmail.com.

Ariel Gustavo Forselledo
Arlington, VA





martes, 14 de marzo de 2017

Algunos sustentos "existencialistas" del psicodrama de Jacobo L. Moreno
Ariel Gustavo Forselledo

Licenciado en Pisoclogía
Director de Psicodrama 


El psicodrama, tal cual lo desarrolló Jacobo L. Moreno, bien podría considerarse como "existencialista". En tal sentido, Moreno entiendía como fundamental la recuperación de la espontaneidad y de la creatividad en el psicodrama, ideas que están claramente arraigadas a esa corriente de pensamiento.

Durante el desarrollo y maduración del niño, la sociedad y la cultura van limitando y distorsionando los procesos de creatividad y espontaneidad (tan pujantes en las etapas tempranas de la vida), en pro de la inserción y el desarrollo de roles acordes a las expectativas del contexto social de pertenencia.

En este contexto es que Moreno sostiene que el psicodrama terapéutico ayuda al paciente a reencontrar su "Yo primitivo", enfatizando el valor del "aquí y ahora" como el locus-tiempo en el que se promueve la espontaneidad, la creatividad y la acción, en la búsqueda de un aprendizaje o reaprendizaje para la vida.

Su teoría integra conceptos como el de "roles", definiendo la personalidad como "el conjunto de roles que desempeña el sujeto". En su obra "Psicodrama" (1961), Moreno describe: "El ejecutor de roles es anterior a la aparición del Yo. Los roles no provienen del yo, sino que el Yo emerge de los roles".

Si bien estudios posteriores han demostrado que primero es el "Yo", como conciencia de sí mismo, y de él van emergiendo y desarrollándose los roles, Moreno descubre y demuestra que todas las personas desempeñan roles en la vida. Desde este punto de partida, el creador del psicodrama establece que algunos roles vienen impuestos por la sociedad o se desempeñan como reacción a los roles representados por los otros en el contexto social.

De aquí surge el concepto de elasticidad y plasticidad del Yo, en tanto hay personas espontáneas y creadoras que son capaces de modificar y enriquecercreativa y espontaneamente, sus roles, y hay otras que son rígidas y repiten de modo estereotipado y mecánico el desempeño de los mismos.

Para Moreno, el neurótico posee un escaso número de roles, lo que limita sus posibilidades de inserción social. Al mismo tiempo, esos roles son infantiles y estereotipados. El psicodrama ayuda a la persona a desarrollar sus roles y a asumir otros nuevos, por lo que sus capacidades de interacción con otros se enriquece y se flexibiliza el pasaje de un rol a otro. La variedad y riqueza de los roles se correlaciona con la maduración y el desarrollo de la personalidad.

Como se mencionó más arriba, otro concepto moreniano clave es el de la espontaneidad, ya que éste "anima todos los fenómenos psíquicos, dándoles novedad, frescura y flexibilidad" (Moreno, 1961). La espontaneidad es la capacidad de la persona para dar la respuesta más adecuada a una situación nueva en el momento presente. Sentimiento, pensamiento y acto se integran en una respuesta completa y adecuada a a demanda de la situación novedosa o a la originalidad de la misma ante una situación conocida.

Mediante el desarrollo de la espontaneidad, el psicodrama permite que el paciente encuentre mejores y más adecuadas respuestas ante situaciones de vida novedosas, conflictivas o inconclusas.
 
Referencias

MORENO, J.L. "Psicodrama". Editorial Horme. Buenos Aires, 1961.



lunes, 13 de marzo de 2017

Psicodrama y Análisis Existencial
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama


El psicodrama ortodoxo desarrollado por Jacobo L. Moreno y continuado por algunas escuelas latinoamericanas, tiene un fuerte arraigo en el humanismo existencialista en tanto se ocupa, precisamente, del análisis de la existencia humana. 


El psicodrama trata las situaciones humanas con métodos de acción, trabajando la relación del individuo con el mundo (en el cual enferma y en cual debe curarse). Para ello, el psicodrama ubica a la persona sobre un escenario, donde puede esclarecer sus conflictos y resolver sus problemas, recreando a los otros significativos de sus contextos familiar y social con la colaboración de los Yo-auxiliares. Este proceso implica considerar tanto la relación sujeto-objeto como la capacidad personal de proyectarse y trascender, cualidades que son exclusivas del ser humano. La capacidad humana de establecer relaciones no es estática, sino dinámica y en términos de posibilidad, esto es, la cualidad de lo posible es la cualidad del "Yo espero", "Yo proyecto", "Yo anticipo". 

La intencionalidad referida al objeto es lo que caracteriza a la conciencia en su pleno sentido y lo que le da integridad a la vivencia.

Moreno en su libro "Psicoterapia de Grupo y Psicodrama" (1966) decía a propósito del análisis existencial:

"La debilidad del análisis existencial consiste en que, habiendo desarrollado un sistema filosófico, no ha sido capaz de crear una tecnología propia. Pero me parece que la tecnologia que mejor responde a las exigencias del análisis existencial existe ya: es el psicodrama. No es una casualidad que el método psicodramático se adapte al análisis existencial. El psicodrama ha proclamado ya hace más de treinta años algunas de las tesis más importantes del análisis existencial". 

Luego establecía respecto de la valoración terapéutica existencial: "El psicodrama, a pesar de desarrollarse como una ciencia, nunca ha abandonado su arraigo existencial en la vida. Lo existencial es y seguirá siendo siempre uno de sus caracteres esenciales. Las creaciones en el encuentro aquí y ahora son únicas e inmediatas. Las vivencias comunes de dos cónyuges o dos amigos no necesitan pruebas específicas ni valoración científica. Poseen para los interesados la suprema veracidad íntima y el supremo valor existencial. Pero la valoración existencial no excluye a la científica. Estas dos formas se han vinculado muy eficazmente en la investigación sociométrica y psicodramática". 

Referencias

- MORENO, J. L. “Psicoterapia de Grupo y Psicodrama” FCE México, 1966.

domingo, 17 de julio de 2016

El Psicodrama en la Esquizofrenia
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama


El presente artículo discute la psicopatología de las psicosis crónicas de acuerdo a la teoría del Núcleo del Yo del Dr. Jaime Rojas Bermúdez y presenta algunos hallazgos en el trabajo psicoterapéutico con  pacientes crónicos internados en hospitales y centros resindenciales psiquiátricos. Se destaca el trabajo con títeres como “objeto intermediario”.

miércoles, 1 de junio de 2016

Algunas indicaciones del Psicodrama Terapéutico
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama
Las indicaciones del psicodrama terapéutico son muy amplias, siendo pocas las patologías individuales o las situaciones vinculares en las que no debería aplicarse.

Las presentaciones clínicas y las comunicaciones realizadas por psicodramatistas en diversos ámbitos académicos y clínicos muestran que el psicodrama terapéutico tiene una respuesta formidable en el tratamiento de los conflictos vinculares.

El diagnóstico del esquema de roles del paciente, esto es, qué tipo de roles tiene, cómo son, y como son sus vínculos con la matriz familiar y social, el tratamiento de las relaciones interpersonales, el desarrollo y enriquecimiento de los roles existentes, la flexibilización de los mismos, la asunción de roles nuevos, el manejo de los conflictos vinculares, son todos aspectos que el psicodrama terapéutico maneja y resuelve con extraordinaria eficacia.

También ha demostrado ser de gran ayuda para los pacientes con introversión marcada, timidez, baja socialización, inhibición, y dificultades para comunicarse. Estos aspectos son frecuentes en personalidades fóbico obsesivas, depresiones neuróticas y esquizotimias.

Otra indicación del psicodrama terapéutico se da en aquellos problemas vinculados a momentos vitales claves, como la adolescencia, la crisis de la mitad de la vida, el retiro laboral y los duelos por pérdidas.

Son conocidos los resultados del psicodrama en psicóticos, fundamentalmente en lo que hace a la recuperación del contacto con el “otro” y el mundo social, así como en el reconocimiento y mantenimiento de la relación con la realidad. El psicodrama aplicado a psicosis crónicas ha sido ampliamente investigado por autores como Jaime Rojas Bermúdez y ha sido fundante en el cuerpo teórico de su escuela.

Asimismo, el psicodrama terapéutico está indicado para el tratamiento del síndrome de stress post-traumático, neurosis de angustia, neurosis de guerra y otras situaciones críticas.

Se puede decir que no es conveniente trabajar con psicodrama terapéutico en las psicopatías y trastornos de conducta con impulsividad y agresividad, así como en las depresiones graves, principalmente durante los episodios de recidiva.

En las neurosis histéricas y caracteropatías histéricas la indicación depende del criterio del Director, dado que el histrionismo y la teatralización de la existencia, pueden obstaculizar el proceso terapéutico del paciente y del grupo.



domingo, 22 de mayo de 2016

El Juego como núcleo del proceso de aprendizaje V
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Tomado de: FORSELLEDO, A.G. “Promoviendo los Derechos de la Niñez en la Escuela. Manual de educación participativa”. UNESU. Montevideo, Segunda edición: septiembre de 2012.

Etapas del proceso de aprendizaje

Siguiendo el modelo adoptado por el autor, el proceso de aprendizaje sigue tres etapas distintas, sucesivas y complementarias (Rojas Bermúdez, 1984, Forselledo, 2000).

La primera de ellas, es la etapa de MEMORIA. Corresponde a la transmisión por parte del educador, de toda la información necesaria para introducir al educando en el tema de consideración. Puede partir de una exposición abierta o de información cerrada por medio de lecturas o materiales audiovisuales.

Lo que ocurre durante la etapa de MEMORIA, es el registro por parte del educando de la información brindada con las siguientes características:

* Es un registro lineal (con símbolos verbales) y con imágenes visuales.
* Predominan los procesos cognitivos.
* Predominan las relaciones sucesivas de ideas.

Partiendo del MODELO DE REFERENCIA aportado por el educador, de esta etapa resulta una IMAGEN DE REFERENCIA, registrada en la memoria del educando.

Luego le sigue la etapa de JUEGO. En ella, el educador pone a disposición del educando todas las condiciones instrumentales y de CAMPO, para que pueda elaborar jugando las diferentes variables involucradas en el tema.

Como se observará, los procesos tradicionales de aprendizaje transcurren fundamentalmente en la etapa de MEMORIA, con los estímulos estructurados apriori por el educador. El educando percibe, razona, conceptualiza, para posteriormente memorizar y evocar.

Al agregar el juego, la participación activa del educando permiten que éste descubra la estructura del conocimiento que se imparte, al transformar el registro lineal de la etapa de MEMORIA, en un registro de superficie, vivencial y cargado afectivamente. "Creados el deseo de aprender y el campo de aprendizaje, basta agregar los instrumentos para el juego dramático (...). La iluminación del campo se consigue a través de la motivación que se desencadena en el protagonista, comprometiéndolo con la dramatización" (Rojas Bermúdez, 1968).

Lo que ocurre en la etapa de JUEGO son todos los procesos de elaboración y descubrimiento de los contenidos temáticos por medio de la acción comprometida y de los registros de superficie con las siguientes características:

* Visión tridimensional y corporal de las variables intervinientes.
* Se añade la vivencia.
* Las relaciones no son sucesivas sino SIMULTANEAS.

Partiendo del modelo REAL, generado en la interacción educador-educando y concretizado en el "aquí y ahora" del juego, se obtiene como resultado una IMAGEN REAL del modelo aprendido.

Finalmente ocurre la etapa de REALIZACION. En ella el educando ajusta el modelo aprendido en la realidad social. Con su imagen real incorporada y registrada en las etapas anteriores, la persona aplica, prueba, ajusta y enriquece con su experiencia lo aprendido en la interacción con el educador y los otros educandos. (3)

El "cierre" del proceso de aprendizaje debe darse en la realidad social de cada persona, por lo que el conocimiento debe sentirse como una herramienta de intervención en aquella.

martes, 17 de mayo de 2016

El Juego como núcleo del proceso de aprendizaje IV
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Tomado de: FORSELLEDO, A.G. “Promoviendo los Derechos de la Niñez en la Escuela. Manual de educación participativa”. UNESU. Montevideo, Segunda edición: septiembre de 2012.

Para abordar específicamente al juego como núcleo del proceso de aprendizaje, es necesario indicar que se parte de una concepción del aprendizaje que reafirma el valor de lo lúdico en la adquisición del conocimiento.

Desde esta perspectiva, el conocimiento no sería la META del APRENDIZAJE, sino el RESULTADO y la CONSECUENCIA del ACTO de APRENDER.

En el ACTO de APRENDER, esto es, en la acción que es posibilitada por el juego, es donde se procesa y elabora la información que provee el entorno para incorporar nuevo conocimiento. Si se considera, por ejemplo, un niño de dos años que está aprendiendo a reconocer el entorno, el juego con objetos, o en la interacción con sus adultos significativos, o mediante la imitación de las conductas que observa, le permitirán avanzar en su desarrollo psicomotor y cognitivo. Si se trata de un niño de 8 años escolarizado, es en el juego donde se pueden focalizar los esfuerzos y utilizar técnicas pedagógicas especificamente preparadas para el tratamiento de los temas de aprendizaje.

Como se dijo más arriba, participación, juego y aprendizaje son procesos integrados que, solamente por intervención de los adultos, pueden llegar a separarse o distanciarse como ocurre en los procesos tradicionales de educación netamente academistas.

Campo de aprendizaje

Así como antes se habló de “campo de juego”, ahora se hará referencia al concepto de “campo de aprendizaje”. Este se define como el “contexto en el que se efectúa el aprendizaje” . Desde una perspectiva etológica, este campo tiene similares características a otros “campos” , esto es: una disposición anímica para aprender, un espacio físico donde aprender (“aquí”), un tiempo para aprender (“ahora”) y la noción de que, 15 mientras se está aprendiendo, en la realidad las cosas todavía son diferentes ("es como si fuera la realidad"). En este campo, el niño, niña o adolescente “ participará jugando para aprender”.

La labor del educador durante el aprendizaje será, fundamentalmente, la de disminuir la tensión del campo para que los educandos se sientan cómodos y centrados en la tarea, así como la de proveer a las personas que aprenden, de aquellos elementos instrumentales (información, reglas, consignas, roles, cosas concretas, etc.) con las cuales pueda jugar y encontrar soluciones (y así adquirir nuevos conocimientos). (Rojas Bermúdez, 1968, 1984).

viernes, 13 de mayo de 2016


El Juego como núcleo del proceso de aprendizaje III
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Tomado de: FORSELLEDO, A.G. “Promoviendo los Derechos de la Niñez en la Escuela. Manual de educación participativa”. UNESU. Montevideo, Segunda edición: septiembre de 2012.

Participación, juego y espontaneidad

Dado que jugar implica necesariamente participar, la participación mediante el juego permite el desarrollo de la espontaneidad, ya que da un margen muy amplio para la aparición de respuestas nuevas e inesperadas. En este sentido, es importante recordar que en el ambiente cultural actual, es tendencia habitual sustituir cada vez más la espontaneidad por respuestas fijas y regladas. Ello podría deberse a la confusión entre espontaneidad e impulsividad o descontrol. 

La coartación de la espontaneidad es una de las principales causas de la disconformidad de la persona consigo misma y con la sociedad. La espontaneidad tiende a limitarse, restringiendo la participación de las personas y eliminando las posibilidades de jugar para aprender.

Restringida pues, su capacidad creativa, la persona se transforma en un simple engranaje social sin posibilidades de participar plenamente en el devenir histórico de la sociedad.

El ejercicio de la espontaneidad que permite el juego (y la participación que él implica), enriquece a quien la ejerce y a su medio, al posibilitar al individuo trasladar a su vida cotidiana un modelo de adaptación sin imposiciones que cercenen su personalidad y al promover en los demás el mismo tipo de respuesta (ver participación finalidad).

"El rendimiento general de un individuo o de un grupo, que posean un alto nivel de espontaneidad, se caracteriza por la relación desproporcionada entre su capacidad creativa y productiva, y el poco esfuerzo realizado. De modo que la fatiga estaría vinculada con el sobreesfuerzo agregado para mantener la pauta obligatoria y bloquear la espontaneidad. Por otra parte es conocido por todos el poco cansancio que provocan las actividades que gratifican en su misma realización. En estos casos, "las horas pasan volando"; en los otros, "no se terminan nunca" (Rojas Bermúdez, 1984).

miércoles, 11 de mayo de 2016

El Juego como núcleo del proceso de aprendizaje II
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Tomado de: FORSELLEDO, A.G. “Promoviendo los Derechos de la Niñez en la Escuela. Manual de educación participativa”. UNESU. Montevideo, Segunda edición: septiembre de 2012.

La evolución del juego en el aprendizaje de vida

Se puede agregar junto a Rojas Bermúdez que el juego se desarrolla naturalmente en 13 el niño, como factor nuclear del aprendizaje de vida. El niño imita (juegos de imitación). Con ello descubre y aprende los modelos que su entorno le ofrece. Ajusta su aparato sensoriomotor a los esquemas de acción que percibe y ensaya los modelos de relación. Imita los roles y las situaciones, invierte los pasos, se coloca en todas las alternativas, hasta que las incorpora (Rojas Bermúdez, 1968, 1984).

Reafirmando el valor adaptativo y de aprendizaje que el juego implica para el niño, Jean Piaget dice: "El juego es el producto de la asimilación que se disocia de la acomodación antes de reintegrarse en las formas de equilibrio permanente, que harán de él su complementario en el pensamiento operatorio o racional. En este sentido, el juego constituye el polo extremo de la asimilación de lo real al Yo, y participa a la par, como asimilador, de esa imaginación creadora que seguirá siendo el motor de todo pensamiento ulterior y hasta la razón" (Sears, Piaget, Erickson 1979).

El juego pues, permite a través de la actuación, mostrar aspectos de la vida interior, resultado de las experiencias pasadas y actuales, así como de los sueños y las fantasías. Permite además liberar la espontaneidad que, en el sentido moreniano, es la capacidad de un individuo de responder con adecuación a situaciones nuevas (Cañeque, 1971).

Involucra la dimensión espacial al situarse en un ámbito determinado, de forma simultánea y no sucesiva. Cosas y personas, ritmos y desplazamientos, tonos y silencios, interactúan significativamente y dejan huellas en los que juegan. La construcción espacial da un contexto real a los hechos que ocurren durante el juego, aunque los que participan tengan conciencia de que es un "como si fuera la realidad".

Integra también la dimensión temporal, concretizada en el presente real, vibrante y compartido, en el "aquí y ahora". Se puede jugar a cosas del pasado o del futuro o de dimensiones fantásticas.


Incorpora la memoria corporal, ya que cada acto, cada actitud postural, tiene su historia que es doble, filo y ontogenética. El desarrollo de la persona y el de la especie se superponen y constituyen la memoria corporal.

lunes, 9 de mayo de 2016

El Juego como núcleo del proceso de aprendizaje I
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

Tomado de: FORSELLEDO, A.G. “Promoviendo los Derechos de la Niñez en la Escuela. Manual de educación participativa”. UNESU. Montevideo, Segunda edición: septiembre de 2012.

El autor adoptó, desde los comienzos de la aplicación del modelo participativo que promovía desde el Instituto Interamericano del Niño (IIN/OEA), una metodología educativo-formativa que despertara en los adolescentes una conciencia crítica, autónoma y responsable, y que promoviera en ellos actitudes positivas y solidarias. Con este objetivo, tomó y adaptó una teoría desarrollada por el maestro argentino Dr. Jaime Rojas Bermúdez, que tiene al JUEGO como eje central del aprendizaje, complementándola con aportes de disciplinas como la psicología evolutiva, la etología, las teorías grupales y la educación popular.

Si se toma como punto de partida a la niñez en la primera infancia, se puede aseverar que participación, juego y aprendizaje son procesos prácticamente inseparables ya que ellos son posibles gracias a la naturaleza gregaria y lúdica del ser humano. Esto significaría que el niño o la niña aprende participando gracias al juego y, con ello, se socializa.

Más tarde, a medida que se alcanzan etapas más complejas de desarrollo y maduración y se adquieren formas progresivamente más complejas de participación, el juego queda siempre e inexorablemente unido a la participación, esto es, no hay juego si no hay participación. Aún en los juegos infantiles en donde el niño se encuentra solo jugando con objetos, él es capaz de “participar” a través de la interacción con “otros” imaginarios. Por ello, en los juegos siempre está presente la dimensión social.

Antecedentes conceptuales e importancia del juego

Como se sabe, desde distintas áreas vinculadas al hombre, filosofía, antropología, psicología, medicina, etc., se considera al juego como una necesidad prioritaria y, al constatar la universalidad del fenómeno y su importancia, se reclama su revalorización.

El historiador holandés J. Huizinga, en 1938, arribó a una primera definición sistemática del juego, por lo que se lo considera el padre intelectual del tema. Él define al juego como "una acción o actividad voluntaria, realizada en ciertos límites fijos de tiempo y lugar, según una regla libremente consentida pero absolutamente imperiosa, provista de un fin en sí, acompañada de una sensación de tensión y de júbilo, y de la conciencia de ser de otro modo que en la vida real" (Huizinga citado por Forselledo, 2000).

Esta definición ya comporta la noción etológica de “campo de juego”, que estaría constituido por: una disposición anímica (deseo de jugar), un espacio físico (los límites donde se desarrolla el juego – “aquí” ), un tiempo (es el momento de jugar - “ahora” ) y la noción de que es "como si fuera la realidad" (la realidad es distinta al juego).

Roger Caillois, seguidor de Huizinga (1958), define que la función propia del juego es el juego mismo. Ocurre para este autor, que las aptitudes que ejercita son las mismas que sirven para el estudio y las actividades serias del adulto (Caillois citado por Forselledo, 2000).

Para Henri Wallon, "en el juego puede entrar la exigencia y la liberación de cantidades mucho mas considerables de energía que las que pediría una tarea obligatoria" (Wallon citado por Forselledo, 2000).

Para D.W. Winnicott, "El jugar tiene un lugar y un tiempo (...). No se encuentra "adentro", tampoco está "afuera" (...). Jugar es hacer. Es bueno recordar siempre que el juego es por si mismo una terapia (...). En él, y quizá solo en él, el niño o el adulto están en libertad de ser creadores" (Winnicott citado por Forselledo, 2000).

Sigmund Freud sostiene que, "cada niño, en su juego, se comporta como un poeta, ya que crea un mundo propio, o mejor dicho, reordena las cosas de su mundo en una nueva forma que le agrada (...). Lo opuesto al juego no es lo serio sino lo real (...). A pesar de toda la emoción que caracteriza al mundo lúdico, el niño establece bien su diferencia y experimenta placer al unir sus objetos y situaciones imaginarias con las cosas tangibles y visibles del mundo real. Esta unión es lo que diferencia el juego de la fantasía". (Forselledo, 1996)

Volviendo al R. Caillois, en su sentido original y primario, el juego tiene algunas de las siguientes características:

1. El juego se articula libremente, es decir, que no es dirigido desde afuera.

2. La realidad en que se desarrolla el juego es ficticia, en el sentido de que se estructura mediante una combinación de datos reales y datos fantaseados.

3. Su canalización es de destino incierto en el sentido de que no prevé pasos en su desarrollo ni en su desenlace. Justamente, la característica de incierto es la que mantiene al jugador en desafío permanente, haciéndole descubrir y resolver alternativas.

4. Es improductivo, en el sentido de que no produce bienes ni servicios.

5. Es reglamentado, en el sentido de que durante su transcurso se van estableciendo convenciones o reglas "in situ", en forma deliberada y rigurosamente aceptada.

6. Produce placer, es decir que la actividad en sí promueve en forma permanente un desafío hacia la diversión.


Todas estas características se ven modificadas y pueden manejarse cuando el juego se regla exteriormente o es utilizado como medio para lograr otros objetivos, como podrían ser la educación, la capacitación laboral, la práctica de ciertos roles, la promoción de actitudes sociales positivas y hasta la participación propiamente dicha.