sábado, 15 de julio de 2017

La interpretación en el Psicodrama
Ariel Gustavo Forselledo
Licenciado en Psicología
Director de Psicodrama

“En el psicodrama el comportamiento y la actuación del paciente interpretan para el terapeuta en el aquí y ahora; la interpretación del terapeuta se reduce a un mínimo” (Moreno, citado por Kukier, 2005).


Para acceder a lo más profundo del conflicto planteado por el paciente, para favorecer la “iluminación del campo” que le permita el insight, la catarsis de integración que libera y genera un aprendizaje nuevo, en el psicodrama el terapeuta no interpreta, es más preciso decir que nunca interpreta. ¿Por qué?

Porque la “Dramatización, como núcleo del psicodrama, es un verdadero laboratorio que tiene al Escenario como el espacio concreto, que es construido específicamente para tal fin. En este espacio el paciente puede explorar, experimentar y ensayar soluciones o alternativas personales en un campo apropiado (el campo terapéutico) que se logró mediante el caldeamiento específico para el protagonista y para el rol realizado por el Director.

Se plantea una situación que trae el Protagonista. El Director elabora una hipótesis dramática para trabajarla con el Protagonista y los Yo auxiliares. Si esta hipótesis no es rechazada, el Director elabora y pone en práctica una hipótesis terapéutica para ayudar al paciente a tomar conciencia de pensamientos, sentimientos, motivaciones, conductas y relaciones que pueden ser conflictivos o que pueden obstaculizar el desarrollo de una vida autónoma y satisfactoria.

Si la hipótesis terapéutica no es rechazada de hecho por la interacción entre Protagonista y Yo auxiliar, el primero puede alcanzar la catarsis de integración, esto es, un reaprendizaje de vida mediante el ejercicio de su espontaneidad y creatividad.

En la catarsis de integración los roles y vínculos conflictivos son vistos por el Protagonista bajo una nueva luz. Lo que hasta ese momento generaba confusión u oscuridad, toma un nuevo sentido posibilitando que los componentes de la situación o conflicto comiencen a actuar de otra manera, transformándose en "símbolos resolutivos". Luego se integra el sentir, discriminándose e integrándose los afectos que eran contrapuestos de forma coherente con el rol.

Finalmente se integra un valor nuevo (“momento axiológico”), que es el soporte ético que acompañará en el futuro la nueva conducta y el nuevo modo de vincularse. (…)

En la catarsis de integración el protagonista encuentra soluciones, aprendiendo y reaprendiendo, integrando pensamiento, afecto y acto” (Forselledo, 2015).

Siguiendo a Reyes (2008), “En este sentido, esto marca una diferencia crucial entre la interpretación psicoanalítica y la interpretación psicodramática (…).(En el psicodrama),como terapeuta pregunto si al paciente le resuena mi pregunta, entonces continúo. Si no le resuena, pueden existir dos posibilidades. La primera es sinceramente tal vez la más frecuente: que simplemente mi interpretación no corresponda, y creo que en este sentido el modelo psicodramático implica una renuncia al rol del terapeuta como omnisapiente y omnipotente”.

De hecho, un buen Director de psicodrama tiene necesidad de “hablar” muy poco para ayudar a sus pacientes, pero tiene la obligación de dirigir muy eficazmente la dramatización para que el Protagonista pueda encontrar por sí mismo los caminos y las salidas a sus conflictos. Ello supone, adecuada selección de roles y escenas, buenas hipótesis dramáticas y terapéuticas y eficaz manejo de los Yo auxiliares.

Referencias:

FORSELLEDO, A.G. "La esencia terapéutica del psicodrama: La Dramatización y el Grupo". Psicoterapia de Grupo y Psicodrama, 2015. http://temasdepsicoterapia.blogspot.com/p/la-esencia.html

KUKIER, R. “Palabras de Jacobo Levy Moreno”. Ed. Agora. Sao Paulo, 2005.


REYES, G. “Psicodrama: Paradigma y Método”. Ed Cuatro Vientos. Santiago, 2008

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